Cada noche.
Arropamos en nuestras camas.
Un rato antes de irnos a dormir.
Unas botellas de pet cargadas con agua.
Que pasan el día sobre la salamandra.
En pocos días pasaron a formar parte de nuestra cultura invernal.
Verlos bajar por la mañana, con cara de dormidos y abrazados a sus botellas llena de ternura.
Un mimo simple para pasar las noches de invierno.