Tom Van Vleck Analiza el uso de las terminales de computadoras
en los ambientes de programación de los sistemas operativos de
tiempo compartido primigenios.
Los primeros sistemas de tiempo compartidos en el MIT - a comienzos de
los sesentas - ofrecían acceso remoto a los usuarios de unidades de
escritura Flexowriters, conectadas al mainframe por medio de cables
directos. Estos dispositivos - similares a una máquina de escribir -
fueron unas de las primeras "terminales remotas de computadora". Para el
momento en que comencé a utilizar la máquina de cómputo a tiempo
compartido CTSS en el Proyecto MAC en el MIT (en 1963) las terminales ya
se conectaban a las máquinas a través de módems; sólo había que discar
un número para llamar a la computadora por intermedio de una central
telefónica específica, un "conmutador de ramal privado", o PBX.
El hecho que productos similares al módem Bell 103A y la compuntadora de
comunicación IBM 7750 estuviesen disponibles comercialmente ayuda a
demostrar que el MIT no fue de ninguna manera la primer organización en
conectar terminales a computadoras. Los sistemas de reservas de
aerolíneas, tales como el SABRE - y los sistemas de aplicación bursátil
para la venta de acciones para entonces ya eran aplicaciones, pero estas
usualmente proveían servicio computado a terminales que oficiaban de
"estaciones de solicitud remota". (El módem 103A apareció en 1962, BBN
patentó el módem en 1963).
(Foto)
Angus Macdonald jugando Adventure en un terminal SelecTerm en mi
departamento en Waltham, discando al PBX del MIT en 1973.
Las primeras terminales que usé con CTSS eran sistemas IBM 1050, que
usaban la máquinas de escribir eléctricas Selectric, dotadas con el
impresor patentado "de bola de golf", junto a un escritorio substancial,
con grandes cajas de electrónica a los lados de las rodillas, y una
docena de conmutadores de control al frente que seleccionaban los
distintos modos de operación. Unos pocos sistemas 1050 contaban con
periféricos adicionales tales como lectores de cinta de papel perforado,
y las respectivas perforadoras. Con CTSS también usábamos teletipos
Modelo 35, pero estos no fueron tan deseables pues eran más lentos,
ruidosos, y solamente imprimían en mayúsculas, y porque tenían un
alimentador de rollo de papel estrecho, a diferencia del papel mas ancho
de la 1050.
Por entonces, las terminales eran escasas en el MIT, y a menudo se
compartían entre muchos usuarios. Algunos en el centro de computación
disponían de terminales en sus oficinas, y algunos departamentos
contaban con terminales - a menudo compartidas por grupos de varios
usuarios. La mayoría de ellos, sin embargo, obtenían acceso a las
máquinas de cómputo de tiempo compartido recurriendo a terminales
instaladas en salas públicas o semipúblicas. (Recuerdo haber estado
usando CTSS desde la sala de terminales del 8vo piso en el Proyecto MAC
del MIT,en el momento en que se anunció el cierre del Instituto por el
asesinato al Presidente Kennedy) N.D.T, 1963.
Los primeros que tuvieron terminales hogareñas fueron aquellos
operadores de sistemas que podían llamar a cualquier hora para
investigar o reparar un problema con el sistema de tiempo compartido.
Esos tipos se llevaban a casa un terminal que podía costar tanto como
medio año de salario, y tenían una línea dedicada conectada al PBX de
datos del MIT. Fue así que se descubrió que tener una máquina en casa
era útil no sólo para arreglar el sistema operativo, sino también para
programar y escribir documentos cómodamente, y para enviar correo
electrónico a otros usuarios en el sistema del MIT.
##2741
Obtuve mi primer terminal hogareña en 1967, cuando trabajaba en el
desarrollo de Multics en el Proyecto MAC del MIT. Se trataba de una IBM
2741, una máquina estándar para gente de programación. Al igual que la
1050, la 2741 contaba con un mencanismo Selectric montado en un
escritorio - pero uno más pequeño que la 1050, y con una caja de
electrónica más pequeña y menores conmutadores. Las 2741 originales
habían sido diseñadas como "máquinas de consulta": el teclado
normalmente estaba trabado, y se suponía que el usuario debía presionar
el botón ATTN para obtener la atención de la computadora, lo que
destrabaría el teclado y le dejaría mecanografiar una línea, y luego
trabaría el teclado al retornar el carro de impresión. Este modo de
operación no era adecuado para el uso de tiempo de cómputo compartido, y
tuvimos que lograr que le instalaran dos funncionalidades en la 2741
para funcionase con CTSS (y luego con Multics). El papel usado en la
2741 tenia perforaciones a cada lado (como el papel de impresora), y
tenía que tener un alimentador tractor que mantuviese el papel recto
para que no se doblara o trabara. Resultaba molesto que el plato de la
2741 fuese un poco más angosto que el ancho traducional de 14 pulgadas y
7/8 del papel de impresora de líneas regular, por lo que la gente def
Operaciones tuvo que comprar dos tipos de tamaño de papel, y mas de una
vez me traje a casa una caja del tamaño equivocado.
Recuerdo la instalación de mi terminal hogareña en mi departamento de la
Avenida Hurón 130 en Cambdridge. La 2741 pesaba mas de 150 kilogramos y
requirió cuatro personas para que la subieran por las estrechas
escaleras. Luego hubo tres tipos de IBM y General Electric, y dos
telefonistas en el apartamento; los tipos del teléfono hablaban a una
cadena de colegas en varios centrales de conmutación todo a lo largo de
Cambridge hasta el MIT, configurando la línea específica y
"acondicionando" para que estuviese lo suficientemente libre de ruido
para transmitir datos. La 2741 transmitía a 134,5 baudios, algo más
rápido que la velocidad de 110 baudios de las teletipos, y usaba el
conjunto de caracteres EBCDIC de IBM.
Cuando comencé a activar Multics, necesitamos terminales con mayúsculas
y minúsculas capaces de emplear el conjunto de caracterees ASCII, de
modo que comenzamos con las nuevas teletipos Modelo 37, que funcionaban
a la velocidad relativamente elevada de 150 baudios. No muchos en el MIT
tenían los Modelo 37 en casa, pero las 37s eran las terminales
preferidas de la gente de los Laboratorios Bell que trabajaban el
Multics, como Ken Thompson y Dennis Ritchie. Entonces los tipos de
General Electric obtuvieron TermiNet 300s -que operaban en ASCII a 300
baudios- y esas resultaron ser terminales hogareñas altamente deseadas.
La manera más fácil de entender el costo de todos esos dispositivos es
decir que costaban tanto como un nuevo Buick (NdT. un auto deportivo).
Jerry Saltzer escribió sobre las características y costos en el
memoriandum borrador del MIT "Considerations in the Choice of Typewriter
Terminals for Use With Multics".
Los altos costos de las terminales implicaron que los grupos de
desarrollo intentaran encontrar formas de obtener tantas terminales por
dólar como les fuera posible. A comienzos de los 70s, muchas compañías
comenzaron a ingresar al mercado de las terminales, con máquinas que
vendían por menos precio que las de IBM y las Teletipo. Mudé mi 2741 a
varios apartamentos, patra terminar reemplazándola con una Datel-30
ensamblada por Datel utilizando una versión menos duradera del mecanismo
Selectric que habían licenciado a IBM. Este se rompía a menudo, y puedo
recordar haberla llevado a reparar en repetidas ocasiones. Mas adelante
el MIT encontró otro fabricante de terminales que hacía una empleando el
mecanismo de Selectric original, y esta me funcionó bastante bien como
terminal hogareña. Otros programadores tenían que compartir terminales
portátiles, como la Texas Instruments Silent 700 y Execuports,
llevándolas a casa por la noche y volviendo con ellas al trabajo durante
el día.
Uno de los aspectos positivos del mecanismo Selectric como máquina
hogareña era su impresión de muy alta calidad, apta para
correspondencia. La salida de impresor del Teltipo 37, la TerminNet 300,
o incluso las impresoras de línea no guardaban realmente una calidad
digna de correspondencia. Otra ventaja de los mecanismos Selectric era
la posibilidad de reemplazar la bola de escritura, para imprimir con una
tipografía distinta, o correr programas APL.
Aproximadamente en 1970, General Electric introdujo una terminal de 1200
baudios, la TermiNet 1200, pero no creo que nadie tuviese una en casa.
En primer lugar, esta velocidad era muy alta y estaba por encima de lo
que podía lograrse con el módem 103A. Para usar la TN1200 debía
recurrirse a un módem asimétrico (el Bell 202C6), que soportaba un canal
de 1200 baudios de computadora a usuario, y un canal "inverso" de 75
baudios. Los módems alternativos a los de Bell tardaron mucho en entrar
al mercado porque la compañía telefónica imponía reglas complejas "para
proteger la red" de voltajes y señales no estandarizadas. Los
acopladores acústicos- que adosaban un teléfono a unas orejeras de goma
y usaban el micrófono y el auricular del aparato para transmitir datos -
eran utilizados por algunos. Yo usé uno con mi Datel, pero mas a menudo
se utilizaban con las terminales portátiles.
Cuando pasé de trabajar en el MIT a Honeywell, entregué mi 2741 y obtuve
una TerminNet 300 para mi casa, y también me cambiaron la línea dedicada
al MIT por una conexión cedida al PBX de Honeywell. Contar con una línea
al PBX en casa pfrecía maś ventajas además de ser capaz de loguearse:
las PBX de datos tenían líneas conectadas a la PBX de voz regular, de
modo que uno podía llamar a colegas en Phoenix fácilmente, e incluso
realizar llamadas de larga distancia con cobro revertido a la compañía,
lo que era bueno. A comienzos de los 70s, progresivamente la red de
datos ARPANet comenzó a utilizarse para puentear los sistemas de correo
electrónico de las máquinas individuales, de modo que uno podía
loguearse al sistema Multics del MIT y luego comunicarse con otros
usuarios de computadora de todo el mundo.
Contar con un terminal hogareño le permitía a los programadores ser
flexibles en sus horas de trabajo, y hacer más cosas en menos tiempo. Si
la opción era entre competir por una terminal compartida en una sala de
terminales en el trabajo, o permanecer en casa programanado en silencio
y confort, por lo cual a menudo ganaba permanecer en casa. Las
terminales hogareñas permitían obtener acceso a los sistemas de cómputo
de tiempo compartido a altas horas de la noche, cuando el sistema tenía
mejor velocidad de respuesta. Además de las asignaciones regulares, la
gente también se sentía libre de hacer más hackeros personales desde sus
terminales hogareñas, y estos solían convertirse en mejoras no
solicitadas al sistema, que terminaban aceptándose pues eran hechos
consumados.
Con el pasar de los años, hice mucho cómputo desde el hogar, escribiendo
tanto programas y memos, como trabajando en proyectos tanto asignados
como no asignados. Los programadores de sistemas no debieron esperar a
la invención de la computadora personal para poder utilizar sin límites
una computadora no medida en el hogar. A menudo, me logueaba al
mainframe desde casa tan pronto como llegaba allí, y dejaba la terminal
conectada hasta irme a dormir. Si tu proceso estaba inactivo por una
hora, el sistema operativo te deslogueaba, de modo que escribí un
programita que presentaba la hora cada media hora, como si fuese un
reloj cucú de alta tecnología. Si dejaba de imprimirse la hora, sabía
que el sistema se había colgado, y podía llamar a los operadores (si es
que no me habían llamado ellos).
Otra razón por la cual permanecía logueado era para oficiar de
"consultor en línea" con un programa que me enviaba mensajes de los
usuarios con problema a cualquier consultor en línea. Escribí este
programa a comienzos de los 80s cuando trabajaba en el Centro de
Procesamiento de Información del MIT, y al día de hoy sus descendientes
aún se utilizan en el sistema Athena del MIT.
Cuando se produjo la Gran Nevada dek '78, vino con muchas advertencias.
De modo que tomé dos cajas de Ballantine IPA (NdT. cerveza negra) y una
caja completa de papel de terminal a casa, y recordé a los operadores
del MIT que configuraran la máquina Multics para reinicio no atendido.
La nevisca paralizó el área de Boston durante una semana, pero yo pude
seguir trabajando. El Multics del MIT tenía solo unos pocos usuarios
logueados, y la respuesta era excelente. Escribí la mayoría del programa
de procesamiento de transacciones inicial para Multics durante la
nevada, y me arreglé para evaluarlo usando los procesos ausentes.
A finales de los 70s, Honeywell reemplazó mi terminal TN300 con un
dispositivo llamado Rosy-21, que usaba un cabezal impresor de matriz de
agujas. Esas eran buenas terminales, silenciosas, con menos partes
móviles y una confiabilidad muy superior. Por entonces, comenzaron a
aparecer las videoterminales de varios fabricantes. Usar el Emacs de
Multics a través de una la línea de 300 baudios era incordioso pero
posible; las velocidades mayores de módem - primero 1200 y luego 2400
baudios, llegaron en los 80s, justo a tiempo para editar a pantalla
completa.
Por entonces dejé el equipo Multics y acepté un trabajo en Tandem, que
usaba un tipo de terminal muy diferente. Los caracteres aún se enviaban
asíncronamente, pero la terminal podía programase para retener un
"formulario" y enviar un pantallazo completo en "modo bloque". El editor
de pantalla completa de Tandem representaba un gran paso atrás comparado
con Emacs. Pero la compañía me ofreció una terminal hogareña 6520
(fabricada por Zentec) y luego una 6540 con un gran monitor de pantalla
verde, y estas terminales eran adecuadas para dejarme programar y
manejar el correo electrónico desde casa a través de telediscado a 1200
baudios.
Para finales de los 80s, los emuladores de terminal en las PCs
reemplazaron a las terminales. Este cambio se dio en cuatro fases:
primero se reeemplazó solo la terminal con una PC que corría un programa
de emulación de terminales; segundo, - en la medida que el
almacenamiento en disco disminuyó su costo, y aumentó su capacidad - se
mudaron allí las funciones de los mainframes, como tener las agendas de
direcciones, el calendario, actualizar los textos, y bases de datos
personales - todo terminó en la PC; tercero, se emepzó a programar en la
PC, haciendo la edición, compilado y depurado en la PC, el acceso a
recursos de bancos de datos a través de la copia de ficheros; y cuarto,
dispensar con sesiones de terminal excepto para raras operaciones de
mantenimiento, usando todo desde el correo, noticias, carteleras
electrónicas, citas, compartir ficheros, y trabajo cooperativo a través
de clientes locales tipo PC, que se conectaban en todo caso a los
servidores sin usar una sesión interactiva. Las velocidades de módem
también dieron un salto durante los 90s: en 1990, una velocidad de 1200
baudios resultaba respetable; cincoa años después, 28.800 baudios era
considerada una limitación.
Mi esposa trajo a casa una Mac Plus de la compañía a finales de los 80s,
y durante varios años la usamos conectada a la red telefónica para
acceder a los sistemas de Tandem con un emulador de terminal, así como
servicios externos como CompuServe y AOL. Durante un par de años, llevé
una Mac Portable de 9 kilogramos provista por la compañía.
Loguearse desde casa tendía a borronear la línea entre el lugar de
trabajo y el hogar: trabajabas cuando tenías tiempo, inclinación e
inspiración. Las computadoras portátiles y las redes virtuales privadas
dieron un paso más allá, permitiendo llevar la oficina a cualquier lado
y trabajar. El siguiente paso fue la conexión inalámbrica empleando
teléfonos inteligentes, que permitían llevar una oficina portátil en en
bolsillo para acceder toda la información de la compañía.