El año de 1980 venía bien para UNIX: el sistema operativo se había
consolidado fuertemente en los campus de estudio, y no dejaba de sumar
ardorosos adherentes. La implementación de nuevas opciones al mismo iban
generando un ecosistema más o menos heterodoxo, máxime si tenemos en
cuenta que podía portarse a muchos tipos distintos de computadoras. Sin
duda, las minicomputadoras PDP y las nuevas VAX de la Digital Equipment
se observaban como las favoritas.
Bonanza de por medio, Bill y Karen Shannon sacaron del concencionario
una flamante Datsun 280ZX. No era para menos: Bill era ingeniero en la
Digital Equipment Corporation - la segunda empresa productora de
computadoras de la época - y se dedicaba especialmente a la
implementación de UNIX. Como corolario de tan magna oportunidad - y tras
abonar un canon burocrático adicional - solicitó reservarse el
licenciamiento de una chapa patente específica (de las que le dicen
"vanity plate") para adornar la cupé. En grandes letras negras, la
leyenda rezaba "UNIX".
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Armando P. Stettner también era ingeniero en la Digital, pero contaba
con un problema algo menor para resolver que los que normalmente se
dedicaba. Con cierto hábito para el márketing, se encontraba elucubrando
un obsequio que pudiese entregar en la próxima Conferencia de usuarios
de UNIX, la USENIX. No era para menos: la compañía enfrentaba una
solicitud galopante de los laboratorios Bell (desarrollador originario
del UNIX), para incrementar onerosamente el costo de licenciamiento del
software para aplicación comercial, pero sobre todo para el uso en el
ámbito de la enseñanza, hasta los 12.000 dólares. Sólo los rumores de
este desbarajuste de precios había enardecido a los más agresivos nerds
de los centros de cómputo, y elevado las cejas de los encumbrados
facultativos de la ciencia del cómputo estadounidense.
Conciente del caldeado ambiente, Stettner observó una jocosa patente del
estado de Florida en uno de los automóviles que aguardaban frente a un
mall que debía visitar para comprar material de papelería, lo que lo
inspiró para crear una chapa patente de cotillón capaz de oficiar de
obsequio empresarial.
En los Estados Unidos, las vanity plates se consideran aún un medio de
promoción de la Unión, y suelen contar con el lema que el estado se
reserva en la estructura federal de gobierno. Stettner consideró en un
principio que su chapa fuese una licencia del "Estado Soleado" (Miami),
para luego barajar la idea de la "Tierra del Encanto de Nuevo México".
Finalmente se decantó con el lema de las matrículas de New Hampshire, el
famoso "Vivir libre o morir". El anquilosado grito de guerra miliciano
tenía que ver con la orientación minimalista y revolucionaria del UNIX.
Armando Stettner concebió una chapa patente con:
```
------------------------
LIVE FREE OR DIE
UNIX*
*TRADEMARK OF BELL LABS
-------------------------
```
..e insistió en comisionar a alguien del grupo de marketing encontrar
algún fabricante capaz de hacer las chapas patentes esmaltadas.
Notablemente, el Gerente de área de Stettner, Bill Munson, no guardó
reservas con la idea de que DEC no apareciese en la patente, algo
altamente inusual en un obsequio corporativo de eventos (o como se le
decía por entonces, "swag"). Liberó los fondos necesarios para tan magna
empresa, tal vez alertado por los enjundiosos y soeces comentarios en
las listas de correo electrónico de la ARPANET acerca del tino de la
decisión de relicenciar el sistema operativo establecido en las
universidades.
El primer lote de 3.000 chapas patentes se distribuyó como hospitalidad
de la conferencia, y ciertamente cayó como maná del cielo. Una vez
concluida la misma, Bill Munson llamó a Armando a su oficina,
informándole que había recibido una carta de Western Electric que
abonaba la tesis que las chapas violaban el acuerdo de licenciamiento de
UNIX, y se encontraban en contravención de una marca registrada bajo
salvaguarda de su compañía, frente a lo cual DEC podría encontrarse en
problemas. Ante la mirada atónita de Stettler, Munston rió aclarando que
la misiva había arribado al mismo tiempo que una llamada telefónica del
gerente de licenciamiento de UNIX de Western Electric dando por
descontada la misma, diciendo que la ignoraran, y que la considerasen
simplemente como una muestra del hecho de proteger la marca comercial.
Sin ir mas lejos, el perro guardian corporativo pensaba que las chapas
patentes eran graciosas, e incluso pudió algunas para su grupo para
darse por saldado.
En 1982 Bill y Karen se mudaron al oeste del país para ayudar a una
startup, Sun Microsystems, y Stettler aprovechó para registrar la chapa
patente "UNIX" de New Hampshire el primer día que estuvo disponible
(tras desplazarse a la capital del dicho estado, Concord). La nueva
paatente estaba destinada a su Toyota Celica Supra 1983 0 kilómetro.
Digital publicó varias versiones de las chapas patentes, generalmente
cambiando la notación de la marca registrada: ``` * Trademark of Bell
Labs * Trademark of AT&T Bell Labs ``` y eventualmente: ``` * Trademark
of X/Open ``` Incluso reemplazaron - acaso por un corto período de
tiempo - la palabra "UNIX" con "Ultrix" (la versión propia de DEC de
Unix), y luego le agregaron "Tru-64" al borde de la patente. Mas tarde,
en una de las prensadas de la chapa patente, terminó colándose el logo
de DEC.
Con el correr de los años se fabricaron muchas ediciones de estas
patentes de cotillón, y se distribuyeron ampliamente, transformándose en
un objeto de culto entre las cofradías del cómputo estadounidense. Las
codiciadas patentes se colgaban en escritorios de los admnistradores de
sistema, en las oficinas de programadores, pero también en los
dormitorios universitarios. Muchas se "mudaron" a otros países,
migrantes de los Fieles de Unix. Existe una copia de la patente en el
Smithsonian, y también en el Museo de Historia del Cómputo en Mountain
View, California.
En 1985 Armando Stettler se mudó a California. Por cierto tiempo mantuvo
su auto registrado en New Hampshire sólo para conservar las patentes que
tenía colocadas. Esto fue hasta que recibió su primer infracción de la
patrulla de caminos de California. No se debió a una contravención a la
ley de tránsito, sino que le labraron una multa por una mucho más
costosa "violación de equipamiento", por no tener su automóvil
registrado en el Estado.
A finales de 1988, Jon "MADDOG" Hall se había comprado un Jeep Wrangler
con motor diésel y de color borravino, Tras un largo y destacado
historial trabajando para el grupo Unix de Digital Equipment Corporation
desde 1983, y para los Laboratorios Bell antes que eso, MADDOG era por
entonces un reconocido hacker de UNIX bien conciente del legado del
diseño de UNIX, como el de la chapa patente de cotillón de Armando.
Aprovechando que era cero kilómetro, lo quiso patentar su jeepón modelo
89, y se preguntó si Armando había dejado vacante la reserva registral
de su vehículo una vez trasladado a a la soleada California, o y si
alguien más lo habría registrado.
Fue así que MADDOG - al igual que lo había hecho Armando anteriormente,
se dirigió directamente a las grises oficinas del Departamento Estatal
de Vehículos de Motor de New Hampshire en Concord. Tomó un cartón que
hacía de formulario de reserva de licencia y con una lapicera Bic verde
anotó:
* Primera elección: UNIX
* Segunda elección: UNIX&
* Tercera Elección: +UNIX+
Pasó la hoja por la rendija de la ventanilla de recepción. A las tres
semanas recibió por correo una respuesta satisfactoria, le dijeron que
la primer opción estaba disponible para elegir, y un poco después la
chapa patentee "UNIX - Live Free or Die" ya estaba atornillada al
Wrangler. Se quedó con ese jeep por veinte años antes de transferirla a
otro Jeep Wrangler, donde permaneció años mas.
Las versiones actuales de la patente UNIX tienen la frase "UNIX is a
registered trademark of The Open Group."
Y ya saben la historia.
> Cuando obtuve la patente UNIX para mi auto, el DVM de New Hampshire me
> dio un formulario de cartón y escribí UNIX en un marcador. Era para
> usar una matrícula pasavante hasta que me dieran la patente real.
> Realmente usé una patente DEC UNIX de cotillón en el auto unas 7
> semanas hasta que me llegó la otra! Nunca me detuvieron... - Armando
> Stettner.