El gobierno de los Estados Unidos, desde la administración Clinton -
Gore, lanzó un proyecto ambicioso que pretende cambiar toda la cara de
las telecomunicaciones del país, y, por que no, del mundo. El proyecto
se llama informalmente 'la autopista de datos', y más oficialmente,
Infraestructura Nacional de Información. La palabra 'autopista' tiene
mucho signficado para los Estados Unidos. Un país tan grande nunca
habría sobrevivido sin una estructura de autopistas que permitiera
comunicaciones tan rápidas y confiables. Las comunicaciones son lo que
hicieron a los Estados Unidos uno de los líderes del mundo. En este
momento el mundo está enfrentando una encrucijada. Las comunicaciones
están empezando a hacerse digitales en todo sentido. Ya hay telefonía
digital, televisión digital, correo electrónico, etcétera. Como diría Al
Gore, el vicepresidente de los Estados Unidos, y uno de los principales
promotores de la autopista de datos, las industrias de la información se
acercan a un 'big crunch', una unión de todas en un solo medio. Es fácil
ver que la distancia entre las industrias se está achicando cada vez
más. Las películas digitales son una realidad, basta mirar el catálogo
de CD Mundo, por ejemplo, y ver que por $49 podemos comprar una versión
en CD ROM de A hard day's night, la película de Los Beatles. La música
ya se vende casi exclusivamente en CD, un medio digital. Los videodiscos
se están empezando a hacer populares. Es posible comprar el Martín
Fierro, junto con otros libros clásicos de la literatura
hispanoamericana, en CD ROM. En los Estados Unidos algunas compañías de
televisión por cable ya ofrecen conexión a Internet como otro de sus
servicios.
Esta conexión de industrias y servicios es algo natural y necesario. En
este momento, una persona más o menos metida en el tema de las
comunicaciones, cada vez que llega a su casa debe chequear su correo, su
contestador automático, su máquina de fax, y su correo electrónico. Lo
ideal sería tener todo junto en un servicio que combine todos esos
medios en uno solo. El correo va a seguir existiendo, ya que todavía no
hay forma de digitalizar cosas materiales, aunque las cartas y
telegramas normales pueden ser reemplazadas por el correo electrónico.
El teléfono puede ser reemplazado por un servicio digital de transmisión
de voz, que ofrecería servicios de contestador telefónico, aumentado
hasta convertirse en un sistema personalizado de mensajes. El fax
dejaría de existir, ya que el correo electrónico lo transformaría en
obsoleto. El correo electrónico sería aumentado para permitir mensajes
con sonido, imagen y animación.
Todas estas cosas, que parecen sacadas de un cuento de ciencia ficción,
son las que prometen Al Gore y Bill Clinton para un futuro cercano. Este
'big crunch', o gran colisión, será seguida por un 'big bang', o gran
explosión, donde surgirán nuevos servicios en este nuevo medio. Ya se
habla de televisión interactiva, donde el usuario podrá elegir qué
publicidades quiere ver, además de qué película o programa quiere ver.
La televisión interactiva le permitirá decidir si está interesado en ver
un anuncio del último automóvil de Toyota, y dejar sus datos al
anunciante para participar en un concurso para ganarse uno. También va a
poder ver un video de U2 en MTV y comprarse unos anteojos iguales a los
que usa Bono, simplemente accediendo a un menú en la pantalla. Otro de
los servicios prometidos por la autopista de la información es el de
películas a pedido. Si tenemos ganas de ver una película de acción, y
ninguno de los 100 canales de cable nos ofrece nada que nos interese,
podemos pedir que nos transmitan 'El vengador del futuro' sólo para
nosotros. Lo mismo se puede extender a otros medios, como escuchar
algunos temas del último disco de Beastie Boys pagando unos centavos en
concepto de royalties y servicio.
La forma de llegar a esta autopista es extendiendo los servicios
actualmente existentes, y uniéndolos para lograr un único canal de
transporte de información digital de alta velocidad. Lo más parecido que
existe en este momento es el Internet. Pero existen otros servicios que
pueden servir para la autopista de datos. La televisión por cable
transmite enormes cantidades de información, cualquier proveedor de
cable de la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores tiene un mínimo de
50 canales. Tambien abarca áreas muy grandes, yo tuve la oportunidad de
ver HBO en la ciudad de Eldorado, provincia de Misiones, rodeado por la
selva. La gran desventaja que tiene es que el transporte de información
que realiza es en un solo sentido, desde el productor hasta el
consumidor, y no hay forma de que el consumidor pueda enviar información
por el cable en sentido contrario. El teléfono es un sistema que permite
la comunicación en ambos sentidos, pero que no permite 'broadcasting', o
sea, enviar el mismo mensaje a gran cantidad de gente, y tiene un ancho
de banda muy pequeño, o sea, no permite transmitir grandes cantidades de
información, como ser video o sonido de alta fidelidad. Otro servicio
que es un medio interesante para la autopista de datos es la telefonía
celular. Si se pudiera conectar una notebook a un teléfono celular, uno
podría tener acceso a la autopista de datos desde cualquier lado. La
telefonía celular empezó en Buenos Aires como algo exclusivo para gente
de dinero, y ahora casi cualquiera puede tener su teléfono móvil,
gracias a que la competencia ayudó a bajar los precios. La autopiasta de
la información va a ser la suma de todos estos canales de comunicación.
La política del gobierno de los Estados Unidos detrás de todo esto se
puede resumir, sogún Gore, con los siguientes puntos: fomentar la
inversión privada, proveer y proteger la competencia, proveer acceso
libre y abierto a la red, tomar acciones para evitar la creación de una
sociedad de 'ricos y pobres' de información y fomentar una acción
flexible y participativa del gobierno. Al Gore promete que la revolución
de la autopista de datos va a ser para todos. Se habla de que todas las
escuelas van a tener acceso a ella. Se habla de que se va a hacer lo
posible para que no existan 'analfabetos' o 'pordioseros' de la
información, en definitiva, para que nadie se quede afuera. Es indudable
que en los Estados Unidos esa promesa es más fácil de cumplir, pero en
Argentina, donde una línea telefónica cuesta hasta 40 veces más cara que
en Estados Unidos, o una comunicación nacional de una provincia a otra
cuesta más cara que una comunicación internacional desde los Estados
Unidos, es difícil que tengamos acceso a la autopista de datos. Recién
ahora estamos empezando a tener acceso a Internet en forma completa,
aunque sólo desde universidades. Es posible que en el futuro Argentina
sea parte de esta mega-red, pero en un futuro cercano la perspectiva se
ve muy difícil.