Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Exactas
Departamento de Computación
Proyecto Comunicación de Datos
A comienzos de los años 80, se da un rápido crecimiento en el mercado de
computadores personales (más allá de la IBM PC y sus primeros clones),
como la Commodore’64, Tandy Radio Shack TRS-80, Apple II, TI-99, y otras
más.
Pese a la precaria infraestructura que tenían los servicios telefónicos
que en esa época todavía eran provistos exclusivamente por la Empresa
Nacional de Telecomunicaciones (ENTel) dependiente del Estado, y aún con
las restricciones que se imponían en relación a que solamente equipos
“homologados” por ENTel estaban permitidos conectarse a las líneas de
teléfono, poco a poco empiezan a proliferar en Argentina varios
servicios de información en línea o Bulletin Board Systems(BBS).
En el Laboratorio de Micros teníamos por ahí dando vueltas un modem
bastante primitivo, el discado por tonos todavía no existía, en
particular este modem ni discar por pulsos sabía, con viento a favor
lográbamos hacerlo funcionar a 300 bauds, y algunas pocas veces (esos
días en los que uno tendría que haber jugado unos pesitos en la lotería)
llegábamos a 1200 bauds, esto después de hacer la llamada con un
teléfono conectado en paralelo, adivinando si la llavecita del modem
estaba puesta en modo Bell o CCITT, y embocarle al momento preciso para
colgar el teléfono y esperar que el modem detectara las señal portadora
del modem remoto.
A todos nos llamaba mucho la atención el tema comunicación de datos. En
nuestras noches de insomnio en el laboratorio, después de haber tomado
“prestada” la única línea directa que tenia el Departamento de
Computación, con Nicolás Baumgarten y Nestor Felippone nos agarrábamos a
patadas con el modem para intentar comunicarnos con algún que otro BBS,
como Los Pinos, Century XXI, etc., mientras Julián Dunayevich nos
hablaba en chino con su uucp, uucico, uuxqt y passwords aztecas.
En esa época también comenzaba, medio a los golpes, a funcionar la Red
Argentina de Teleconmutación de Paquetes. ENTel había adquirido los
equipos y tecnología TESYS que ya estaban prestando servicio en la Red
de Conmutación de Paquetes de España IBERPAC. Para no intentar ser
demasiado originales la implementación en Argentina se pasó a llamar
ARPAC.
Por medio de la relación del Departamento de Computación con la empresa
Fate Electrónica, y gracias a la interminable paciencia del Ingeniero
Juan Carlos Angió, con Julián, Nico y Mauricio tomamos una serie de
cursos en Fate Electrónica, donde aprendimos mucho más sobre el modelo
OSI, y toda la serie de protocolos y recomendaciones del CCITT
relacionadas con ARPAC, particularmente X.25, y X.28. En una de estas
charlas también participaría Carlos Mendioroz, con quien más tarde
trabajaríamos juntos en el Proyecto de Informática de Cancillería y en
la Secretaría de Ciencia y Tecnología.
En sus oficinas, Fate Electrónica ya disponía de una línea X.25
operativa conectada a una computadora (no recuerdo exactamente el modelo
pero posiblemente fuera una HP-9000 o similar) que nos permitía
establecer conexiones vía ARPAC, hacer seguimiento de los paquetes y
aprender más en detalle como interactuaban todos los protocolos
asociados con X.25.
Uno de nuestros compañeros profesores de Laboratorio I trabajaba en
ENTel y estaba relacionado con ARPAC, como también varios de nuestros
alumnos a quienes tuve la oportunidad de ir a visitar frecuentemente a
la central de la calle Suipacha y Corrientes donde estaba uno de los
nodos más importantes de ARPAC y donde se encontraba la HP-9000 que
recibía toda la información de tráfico para poder hacer la facturación.
Poco a poco junto con Julián Dunayevich, Mauricio Fernandez y Nicolás
Baumgarten, comenzábamos a transformarnos en un pseudo-grupo de
investigación bajo la tutela del Director del Departamento de
Computación, el Dr. Hugo Scolnik.
Cada noche en el Laboratorio se convertía en una nueva experiencia de
ver qué cable tirábamos esa noche para conectar algo, ni la VAX-11/750
se salvó en los momentos en los que el operador estaba mirando para otro
lado.
Siguiendo la iniciativa de Julián comenzamos a aprender más sobre las
herramientas de comunicación que estaban disponibles en Unix,
básicamente todos los utilitarios y procesos relacionados con UUCP (Unix
to Unix Copy), a veces entre las dos NEC APC, y cuando se le ocurría
funcionar, con la NCR Tower.
Cuando se habilitó el acceso telefónico a ARPAC vía el PAD X.28,
empezamos a experimentar de conectarnos a algunas Bases de Datos vía
Tymnet y Telenet, y a los servicios que comenzaba a brindar DELPHI en
Argentina.
Pero nuestras experiencias se iban enfocando cada vez más a la
interconexión de equipos con sistema operativo Unix utilizando UUCP,
sumergiéndonos en los distintos protocolos de comunicación, en las
facilidades de ejecución remota de procesos y el servicio básico de
correo electrónico disponible en Unix. Estas experiencias nos servirían
poco más tarde para poner en práctica lo que veníamos concibiendo
conceptualmente como un posible modelo y prototipo para una red
académica nacional de computadoras.
Obviamente no éramos los únicos en el ámbito académico tratando de
interconectar computadoras. En el CONICET ya existían grupos trabajando
en establecer conexiones DECNET entre distintas máquinas Digital, como
así también la Comisión Nacional de Energía Atómica y otras
instituciones que disponían de mainframes IBM.
Afortunadamente de nuestros experimentos nocturnos, que gradualmente se
convirtieron también en diurnos, nunca tuvimos que llamar a los
bomberos, y más allá de algunas frustraciones cuando algo no funcionaba
como esperábamos no existió algún daño personal o al equipamiento del
Departamento de Computación.
Nuestra experiencia no era única ni original, dado que existen muchas
similitudes con lo que cuentan Katie Hafner and Matthew Lyon en su libro
"Where the wizards stay up late" sobre los orígenes de Internet.
A veces pienso que fuimos afortunados o simplemente fue uno de esos
misterios que nos depara el destino el haber estado en el lugar
apropiado y en el tiempo correcto para ser parte de esta experiencia,
pero por otro lado es importante destacar que aún cuando era una
experiencia divertida y enriquecedora, la misma demandaba mucho esfuerzo
y persistencia, sumado a la creatividad de encontrar de qué forma seguir
adelante con magros recursos y un presupuesto esencialmente nulo.