Orígenes de Internet en Argentina

                       Un testimonio de Julián Dunayevich

Julián Dunayevich
InnovaRed
Buenos Aires, Argentina
[email protected]

       - Resumen—

       En este trabajo Julián Dunayevich testimonia su participación en
       los primeros años del proceso que dio origen a las redes
       teleinformáticas en Argentina. A partir de su trabajo en la
       Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de
       Buenos Aires (UBA), fundó la Red Académica Nacional, el Centro
       de Comunicación Científica de la UBA, coordinó la Red de
       Interconexión Universitaria, Red de Escuelas, fundó LACNIC y
       estuvo involucrado en los más importantes debates y proyectos
       relacionados con el área desde 1985 a la actualidad.

Keywords-component;  Internet;  Historia;  Redes;  Informática;  UBA; Latinoamérica, Argentina


               I.INTRODUCCIÓN

Las primeras computadoras se instalaron en Argentina a partir de 1960 y
la primera carrera de grado, la de Computación Científica (CC), comenzó
a dictarse en 1963 en la Faculta de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN)
de la UBA.  La carrera surgió dentro del contexto de un proyecto
integral con centro en el Instituto de Cálculo, que estaba equipado con
la primera computadora científica del país, una Mercury de Ferranti, más
conocida como "Clementina".

La carrera de CC, concebida como "menor" en términos académicos, de tres
años y medio de duración, estaba orientada a formar profesionales
auxiliares de los científicos y otros usuarios de la computadora, e
institucionalmente dependía del Departamento de Matemáticas.  Pocos años
más tarde se empezó a discutir la conformación de una carrera de
Ciencias de la Computación, al mismo nivel que las de Física o
Matemáticas.  Sin embargo pese a ese comienzo temprano, la inestabilidad
política y las diversas dictaduras que sufrió Argentina en forma
intermitente en los siguientes veinte años, impidieron que este objetivo
se concretase hasta 1982, aunque el contexto represivo aún presente no
favoreció en esa época el acceso a la Universidad a algunos de los
mejores investigadores y profesionales.

La llegada de la democracia, a fines de 1983, planteó un gran desafío
para el espacio académico que había visto nacer a la computación
científica argentina.  Este desafío fue asumido por un grupo entusiasta
de profesores, graduados y estudiantes, liderados por el Dr.  Hugo
Scolnik, que encararon un proceso de restauración de la calidad
académica, complementado muy poco después por la constitución del
Departamento de Computación (DC).1 En este proceso se insertó el autor
de este testimonio, que había retornado al país en 1982, y se había
incorporado como estudiante en la carrera de "Licenciado en Ciencias de
la Computación" en 1984. El contexto político y el clima que se vivía en
el ámbito del flamante DC de la FCEN en el momento en que se produjo su
incorporación –al año siguiente de su llegada a la carrera– es relevante
para comprender el peculiar desarrollo posterior de los acontecimientos.
Lo que se testimonia en este artículo fue, por lo tanto, parte de aquel
proceso y no puede comprenderse en forma aislada del mismo. A la vez,
tuvo una trascendencia que superó el ámbito de una Facultad e incluso de
la Universidad misma, ya que se trata del surgimiento y desarrollo
tempranos de Internet en Argentina y en América Latina.  Uno de sus
pilares centrales fue, sin dudas, el Departamento de Computación de la
FCEN.

En la primera etapa se observa la conformación del grupo originario que
comienza a trabajar con investigación y desarrollo en redes desde la
Facultad y la Cancillería, su paso por diversas instituciones, la
búsqueda de un marco institucional y los contactos con el exterior.  En
la segunda etapa aparecen la Fundación Antorchas y Retina, de gran
importancia en este desarrollo, y nuevos contactos con países de la
región. En la tercera y última etapa tiene lugar la ansiada
institucionalización de este proceso con la creación del Centro de
Comunicación Científica (CCC) de la Universidad de Buenos Aires.


               II. PRIMERA ETAPA

A.De México a Buenos Aires

El surgimiento de las redes académicas en la Argentina tiene que ver con
una etapa muy particular, que fue la creación del DC de la FCEN de la
UBA, en 1985. Yo venía de estudiar Ingeniería en México y había tenido
acercamientos al sistema operativo UNIX, lenguaje C, etc.  En 1982,
regresé a Buenos Aires, en medio de la guerra de Malvinas.  Sabíamos que
estaba terminando la dictadura militar y quería ser parte de la nueva
etapa democrática.  Para 1984 ingresé a la Facultad de Ciencias Exactas
y Naturales de la UBA. Desde un comienzo, participé como estudiante en
la creación del Departamento de Computación.

El primer día que pisé la Facultad como estudiante también la pisé como
docente.  Inicialmente, di una materia de "Computación para quienes no
eran de computación", con la profesora Susana Palchik. La materia era
muy interesante y me permitió también vincularme con los matemáticos,
los físicos, los químicos, etc. Después creamos la materia optativa
"Unix y C".  Al poco tiempo quedé como responsable de la materia, ya que
Susana Palchik dejó la Facultad.  Con lo cual, paralelamente a cursar
mis materias como alumno, fui perfeccionando la cátedra, en donde la
idea no era solo explicar Unix sino hacer prácticas de sistemas
operativos, concurrencia, etc. Cada vez había más gente interesada en el
tema. A la vez, comencé a administrar los equipos donados al
departamento que funcionaban con sistema operativo Unix.  Empezamos con
"Unix y C" pero, en aquel momento, los temas de avanzada eran
diferentes.  Ya estábamos con inteligencia artificial, base de datos,
teoría de lenguajes y otros asuntos sumamente interesantes, que además
se veían como el futuro. Sin embargo, Unix y redes se desarrollaron
rápidamente en la Argentina y en el mundo, fundamentalmente por la
aparición de servidores que no tenían que ser de gran porte como los
mainframe de IBM sino mini o microcomputadoras. Fue la primera materia
que se daba sobre UNIX y lenguaje C en Argentina, y el sistema operativo
contaba con herramientas de comunicaciones, tanto para transmisión de
archivos (uucp) como de ejecución remota (uux).

B. Primeros Equipos y Primeros Sistemas

Estábamos partiendo de un departamento que no tenía nada, era un
apéndice de matemática. El único equipo que había para trabajar era la
VAX 750[2] con varias terminales VT-100.  Al poco tiempo recibimos
donaciones de Fate Electrónica[3], que en ese momento representaba a
NEC, y a través de la relación que tenía Hugo Scolnik como director del
Departamento de Computación con las diferentes empresas, se consiguió la
donación de equipamiento de NEC, una PC con procesador Intel 8086 (NEC
APC III) y de un equipamiento de NCR Tower con procesador 68000.,

Licenciado en Ciencias de la Computación y el primer computador
científico recibido en la carrera de Computación Científica

En 1986 entré como becario en Fate Electrónica bajo la coordinación de
Patricio Castro.  Uno de los integrantes del equipo de Fate era Juan
Carlos Angió[4]. Mi responsabilidad en Fate era encontrar las facilidades
que tenía el equipo UNIX de NEC.  Me permitían investigar con las
diferentes herramientas que tenía el sistema operativo y ver cómo
exprimir los servidores que había.  Empezamos con Juan Carlos a ver la
posibilidad de hacer algo con X.25[5] ARPAC[6].  Estamos hablando de la
etapa de Entel, del inicio de ARPAC. Mientras yo por un lado avanzaba
en el estudio de UUCP, que era la herramienta de comunicación que tenía
UNIX naturalmente, con Juan Carlos organizamos dentro de Fate
Electrónica un curso de X.25. La historia de X.25 fue muy importante
porque a ese curso invité a participar a Mauricio Fernández, a Jorge
Amodio y a Carlos Mendioroz, entre otros. Todos recibimos el curso que
dictó Juan Carlos, y de ahí empezamos a armar un grupito al que le
interesaba el tema de comunicaciones.  Al poco tiempo, también entró
Nicolás Baumgarten como becario a la empresa. Este fue el embrión de un
grupo que quería hacer investigación en esta área, explorar las
capacidades que tenía tanto el X.25 como protocolo, como la herramienta
UUCP como esquema de transferencia de archivos o de información.  Gran
parte fue "autoformación", porque no había muchas personas que
estuvieran en el tema como para ayudarnos en los primeros pasos.  Fue
una cuestión de prueba y error y de ir haciéndonos nuestro camino.  A
partir de allí comenzamos a armar un grupo dentro del Departamento de
Computación de la Facultad, con el esfuerzo absoluto del departamento.
Cabe recordar que el departamento contaba con solo un par de
"cuartitos". Y a pesar de tener el departamento solo un teléfono
directo, nos lo cedieron para que comenzáramos a jugar con
comunicaciones; lo mismo con un interno y uno de los cuartitos de 2X3,
que fue muy importante como inicio[1].  Además, teníamos el equipo NEC,
el NCT Tower y la única PC de IBM (procesador 8088) que contaba con un
impresionante disco rígido de 10 MB, disketera de 5 1/4 y algo de RAM.

       2) La VAX era la base del centro de cómputos administrativo y
       daba servicios a toda la Facultad

       3) Fate Electrónica era una empresa pionera en desarrollo e
       investigación en electrónica, informática y redes. En 1975 lanzó
       la Microcifra, segunda calculadora electrónica portátil del
       mundo

       4) Juan Carlos Angió para esa época ya trabajaba con redes, y
       había sido el primer egresado de la Carrera de Computador
       Científico de la UBA

       5) X.25 es una norma de red de datos pública que el CCITT
       (Comité Consultivo Internacional Telegráfico y Telefónico, un
       organismo de la Unión Internacional de Telecomunicaciones)
       recomendó en 1976 por primera vez, hasta que en 1985 se
       estableció el estándar definitivo. La norma se constituye como
       una interfaz entre redes de conmutación de paquetes y
       dispositivos de usuarios que operan en este tipo de redes.

       6) En 1982 Entel, la empresa pública de telecomunicaciones,
       comenzó a ofrecer el servicio de la primera red nacional de
       datos. La bautizó ARPAC, un nombre derivado de IBERPAC, debido a
       que la empresa que ganó la licitación para llevarla a cabo era
       la misma que la de su par española. Funcionaba con el protocolo
       X.25 y contaba con diversos nodos a lo largo del país, a los que
       se podía acceder por enlace telefónico.

C. Alberto Mendelzon y Cancillería

En aquel momento, además, conseguimos una cinta magnética de carrete,
que tenía los códigos fuente de Unix versión 6.  Me interesaba
utilizarla para la materia que estaba dando en la Facultad.  Sin
embargo, para poder acceder a la información, tenía que encontrar a
alguien que tuviera una unidad lectora de cinta.  Así fue que empezó el
vínculo con Cancillería. Allí trabajaba Juan Franchino, coordinador del
área de software, quien nos dio acceso a la lectora y logramos bajar los
fuentes.  Esto fue en 1985, momento en que en Cancillería funcionaba un
proyecto PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) de
modernización e informatización del Ministerio, coordinado por Aldo
Rosenberg y Sergio Porter.  Fundamentalmente estaban desarrollando
software para la gestión y un sistema de comunicación con las embajadas.
Empezamos a jugar un poco con los fuentes del sistema operativo, con
programación concurrente, podíamos exprimir los conceptos viendo a Unix
desde adentro.  Poco a poco el grupo se fue ampliando. Jorge Amodio y
Nicolás Baumgarten participaban de otra materia, de Assembler, y se
interesaron en participar del trabajo que estábamos haciendo en
comunicaciones.  Tanto la incorporación de Jorge como la de Nicolás
fueron determinantes para el crecimiento del proyecto.  Nicolás
fundamentalmente fue el cerebro tecnológico, yo me dedicaba más a la
coordinación y menos a la parte técnica, y Jorge al tiempo fue consumido
por las tareas en la Cancillería, que por cierto ayudó al nexo con la
red académica.  A través de esa única XT que tenía disco rígido y dos
puertos seriales (RS-232) pudimos hacer muchas cosas.  Empezamos con las
líneas telefónicas a colocar módems y hacer pruebas de comunicación. En
1986 vino Alberto Mendelzon a la Argentina, en su año sabático.  El era
un experto en bases de datos y en inteligencia artificial, y había
colaborado en el libro de Jeffrey Ullman, "Principles of Database
Systems".  Yo lo había conocido a principios de 1986, porque cursé una
materia que dio en la Escuela Brasileña Argentina de Informática (EBAI),
en Campinas, Brasil. Cuando vino a Buenos Aires establecimos una muy
buena relación.  Él estaba muy interesado en lo que estábamos haciendo y
en aprender sobre redes.Al poco tiempo, entró en el proyecto PNUD de
Cancillería.  Su responsabilidad era armar un equipo y me pidió que
colaborara con él para recomendarle perfiles.  Así fue que Carlos
Mendioroz, Jorge Amodio y Mauricio Fernández entraron en Cancillería. De
esta manera, teníamos parte del equipo trabajando en Cancillería y parte
en la Facultad.  Ese es un tema determinante, fundamentalmente por el
interés de Alberto en conectarse con la Universidad de Toronto donde
trabajaba.

D. Inicios del Correo Electrónico

En Fate Electrónica, había comenzado a realizar pruebas de conectividad
UUCP y transferencias de mensajes con comunicación serial punto a punto,
vía telefónica o X.25, pero siempre locales.  Cuando Alberto llega en su
año sabático a la Argentina, empezamos a hacer pruebas tanto por
teléfono como a través de X.25 para establecer comunicación con la
Universidad de Toronto.  Al poco tiempo, Carlos y Jorge, ya estando
Alberto en la cancillería, armaron una conexión estable con la
Universidad, inicialmente vía telefónica.  Esta fue la primera
comunicación de transferencia de mensajes vía UUCP. En esos tiempos,
todavía la forma de enviarlos era definiendo el camino de manera
explícita: en la dirección de correo era necesario decirle "por qué
calle debía ir". Como cuenta Jorge7, para que Alberto recibiera un
mensaje de Toronto, tenían que escribir como dirección de correo
utai!atina!mendel.  Tanto el envío de mensajes vía la Universidad de
Toronto como el avance en las comunicaciones internacionales, las
trabajaron Jorge y Carlos Mendioroz en la Cancillería en 1987.  Carlos
logra hablar con Rick Adams, administrador del Centro de Estudios
Sismológicos en el estado de Virginia, para establecer un enlace directo
con ellos.  Con Sergio Porter acordamos que el servidor de correo de la
Facultad, dcfcen, se conectara con Cancillería para transmitir los
mensajes a las redes internacionales.  Nosotros en la Facultad
concentrábamos las comunicaciones para el ámbito académico el futuro
".edu.ar".  Todo era informal.  No existíamos institucionalmente.  Los
acuerdos con Sergio Porter y Aldo Rosenberg eran de palabra y se
respetaban.  Ese es el inicio del proceso de las comunicaciones
académicas en la Argentina en lo relativo al correo electrónico: íbamos
armando los nodos UUCP conectados a nuestro nodo y nos encargábamos de
registrarlos, uniendo lentamente diferentes centros de investigación y
Universidades.  Dentro de la Universidad de Buenos Aires, conectamos
primero toda la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, luego la de
Ingeniería, y el resto de las Facultades para que tuvieran correo
electrónico.  Le dimos conexión a la ESLAI8, conectamos a La Plata.
Argentina llegó a contar con más de ochocientas instituciones vía UUCP.
Los usuarios UUCP a nivel mundial deciden armar un esquema para
facilitar las rutas de comunicación creándose UUNET, facilitando el
armado de las direcciones de correo.  Al poco tiempo surge el esquema de
dominios en donde la Cancillería logra registrar el dominio principal de
Argentina .ar.  Nosotros empezamos a administrar los dos dominios, el
dominio .uba.ar para todo lo que tenía que ver con UBA y el dominio
edu.ar para comenzar a colocar a todos los centros de investigación,
del Conicet y de otras Universidades. Llegamos a un acuerdo con
cancillería en el que nosotros nos encargábamos de conectar al sistema
científico académico.

E. El Marco Institucional

Es importante colocar este proceso en un contexto institucional muy
particular.  Inicialmente éramos un grupo de estudiantes y docentes del
Departamento de Computación, con un esfuerzo total del Departamento. Al
poco tiempo el resto de la Facultad da un apoyo absoluto al proyecto.
Los matemáticos se meten de cabeza, los físicos se meten de cabeza,
Biología luego también empieza a participar.  Con la central telefónica
que teníamos, nos conectábamos mediante llamadas internas, que no tenían
costo.  Las otras instituciones académicas se conectaban por teléfono.
Con la cantidad de mensajes, de repente las dos líneas no paraban las
veinticuatro horas, los módems no paraban nunca. Al principio eran de
1200 baudios, después de 19200 con compresión de datos, haciendo
maravillas con las comunicaciones.  El apoyo de la Facultad realmente no
fue menor.  La biblioteca del Departamento de Matemática donde
antiguamente estaba Clementina se muda y nos dan el espacio a nosotros.
Necesitábamos crecer, ya ese cuartito de dos por tres metros resultaba
muy chico. A la red la llamamos RAN (Red Académica Nacional), pero
seguíamos siendo una entidad con cero marco institucional, ni siquiera
dentro de la propia UBA.  El rectorado de la Universidad apoyaba al
Centro de Tecnología y Ciencias de Sistemas (CTCS), emplazado en la
Facultad de Ciencias Económicas, como proyecto ligado a la lógica
BITNET9, pero en definitiva no hacían nada. Con lo cual el crecimiento
nuestro, siempre era a voluntad.  No solamente la voluntad nuestra, que
de hecho existía, sino la del Departamento, de la Facultad, y obviamente
el apoyo de todas las entidades académicas y de investigación.

       7) En su libro inédito "Historia de Internet en Argentina"

       8) La Escuela Superior Latinoamericana de Informática fue creada
       en 1985 por iniciativa del gobierno argentino, con el objetivo
       de constituir un centro de excelencia en docencia universitaria
       e investigación en Iiformática para la región latinoamericana.

F. BITNET vs UUCP

Paralelamente a lo que estábamos haciendo en redes había esfuerzos en
otras áreas: la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la
Universidad de La Plata (UNLP), y el CTCS de la UBA trabajaban dentro de
la lógica de los mainframe de IBM impulsando la red BITNET. Es
importante destacar que desde octubre de 1986 estaba en marcha el
Proyecto RUTA, que tenía como objetivo la interconexión de las
Universidades nacionales a través de esta tecnología[10]. Para acceder a
BITNET se requería tener acceso a una terminal de estos equipos, que
eran poco accesibles, y más aún en forma remota. Nosotros, en cambio,
impulsábamos un modelo de computadoras más pequeñas, con mayor capacidad
de capilaridad y de difusión en toda Argentina. Con la red UUCP y luego
TCP/IP, protocolo de la futura red de Internet, alcanzaba con tener una
PC y acceder desde cualquier línea telefónica. Tanto la red BITNET como
TCP/IP, además de líneas telefónicas, utilizaban los servicios de ARPAC
que proveía Entel, como medio de transmisión de datos. Luego se
establecieron líneas punto a punto analógicas y posteriormente
digitales. Con Cancillería nos conectábamos a través de X.25 para hacer
la transferencia de los mensajes, y ellos, mediante un enlace dedicado
analógico de 19.200 bps con Estados Unidos, transmitían los mails al
exterior. X.25 también nos permitió realizar pruebas con Internet sin
pasar por Cancillería. Entel, de alguna forma, tuvo cierta
participación, pero exigía la obligatoriedad del acceso de datos vía
X.25, Luego, la privatización de las telecomunicaciones retrasó aún más
el desarrollo del acceso a Internet.

       9) Esta red nace en 1981 dentro del ámbito universitario
       norteamericano, utilizando el protocolo de IBM llamado RSCS, y
       gobernada desde lo administrativo primero por BITNIC y EDUCOM
       (dos instituciones creadas para ese fin), unidas a fines de la
       década en la Corporación para Investigación y Redes
       Educacionales (CREN). El objetivo central era la comunicación
       entre el campo académico y el medio para conectarse, la línea
       telefónica, integrando otros sistemas que no pertenecían
       solamente a IBM. Tenía presencia en Europa, Asia y Sudamérica.

       10) Amodio recuerda en su libro que "Quizás uno de los proyectos
       más relevantes y ambiciosos de esa época fue el de la creación
       de la "Red Universitaria Teleinformática Argentina" o "RUTA",
       que proponía la interconexión de los centros de cómputos de
       varias Universidades Nacionales como extensión de la propuesta
       original que hiciera I.B.M. Argentina en 1984 de equipar estas
       instituciones con equipos mainframes. Esta propuesta se aunaba
       con los planes de las instituciones que operaban la red BITNET
       en Estados Unidos, luego de una reunión en la Universidad de
       California (UCLA) en 1986 donde explícitamente hicieron saber
       que estaban dispuestos a facilitar la extensión de esa red a
       países de Latinoamérica, con el objetivo de mejorar el
       intercambio de información entre investigadores de ambas
       regiones. Básicamente RUTA consistía en implementar una red
       BITNET nacional utilizando la misma tecnología de comunicación
       que su contraparte en Estados Unidos pero adaptada a las
       facilidades de comunicación existentes en Argentina. En los
       casos donde por su proximidad geográfica fuera factible, los
       nodos se interconectarían utilizando enlaces permanentes punto a
       punto y en otros casos se utilizarían circuitos virtuales
       permanentes sobre la red Argentina de conmutación de Paquetes
       ARPAC."

G. Hacia América Latina

Durante todo ese proceso, empezamos a hacer grupos de desarrollo. Uno de
los problemas que teníamos era la mala calidad de las comunicaciones,
estamos hablando finales de los `80 en donde la inversión de Entel era
realmente baja o nula. Todas las centrales eran analógicas, con
multipares de cobre, telefónicos viejos, un "ruido" impresionante, era
muy difícil la transferencia. Por supuesto el protocolo UUCP tiene un
esquema de corrección de error y retransmite, pero había momentos donde
no se podía transmitir siquiera. Por esa razón, uno de los primeros
desarrollos que hicimos fue modificar los protocolos G y F, que nos
permitían hacer la transferencia de información. Implementamos esquemas
con ventanas de tiempo mucho más holgadas y laxas que conseguían un
esquema de retransmisión más robusto. Como teníamos, y seguimos
teniendo, un sistema telefónico donde se paga por minuto, otro de los
elementos que incorporamos fue el BSMTP. SMTP es el protocolo sobre
TCP/IP que hasta hoy usa Internet para transferir los mensajes. A
diferencia del esquema UUCP en donde cada mensaje se envía por separado,
SMTP establece una "sesión" y envía todos los mensajes pendientes.
Nosotros todavía transferíamos los mensajes sin contar con Internet,
usábamos UUCP sobre la línea telefónica. Agrupábamos todos los mensajes
que teníamos que transmitir, que eran miles y miles, los pasábamos por
un proceso de compresión, los juntábamos en un único archivo bien
compacto y lo transferíamos. Entonces del lado de la Cancillería, se
hacía el proceso inverso, se descomprimía y rearmaba todos los mensajes
para ser retransmitidos al exterior. Otro de los desarrollos que hicimos
con Mariano Absatz consistió en un cliente gráfico de correo
electrónico. No olvidar que la primera versión de Microsoft Windows
recién apareció comercialmente en el 1985. Aquellos que con suerte
tenían PC, en su mayoría contaban con MS-DOS, un sistema operativo en
modo texto. Nuestra aplicación funcionaba en un entorno de un sistema
operativo no gráfico que tenía facilidades para el manejo de pantalla.
También lo habíamos implementado con Claudio Palonsky para UNIX, pero la
mayoría de la gente no contaba con ese sistema operativo. La versión
para DOS la llamamos "CHASQUI". Fue, como todo, una herramienta que por
mucho tiempo los usuarios la aprovecharon y la gozaron y después la
sufrieron, porque tenía sus errores y continuamente la estábamos
arreglando. Además llegó un momento en donde casi todo el mundo ya tenía
Windows pero querían seguir usando chasqui sobre Windows. Esto no tenía
sentido, y lo que nosotros decíamos era "no sigan usando esta
herramienta porque ya es obsoleta".

I. El sueño frustrado de hacer investigación

Tuvimos una reunión muy importante a finales de los ochenta con Norma
Lijtmaer[11], que resultó bastante dura para nosotros. Fuimos con
Nicolás y otra gente para contarle a Norma lo que estábamos haciendo,
como nuestro gran logro y lo importante que era. Le explicamos que por
un lado éramos un grupo de investigación que avanzaba con
internetworking y comunicaciones, y que de alguna forma habíamos logrado
"financiar" lo que hacíamos dando un servicio que nos permitía sustentar
todo lo que hacíamos como grupo de desarrollo y de investigación. Ahí me
acuerdo que nos dio un hachazo. Con toda la razón del mundo, dijo que el
que hace investigación hace investigación, y el que se pone a dar un
servicio es consumido por el servicio y termina haciendo exclusivamente
eso. Nos quería mucho, pero nos dijo claramente para dónde íbamos.

Lo que no lográbamos era constituirnos dentro de un modelo
institucional, y eso era un problema grave porque, como todo, la
voluntad tiene patas cortas. Así ocurrió: fuera de los desarrollos que
pudimos hacer y jugar un poco con el X.25, este grupo se convirtió en un
grupo de servicio. Al principio éramos dioses, éramos venerados y nos
llovían los agradecimientos de todo el mundo académico nacional y
latinoamericano. Al poco tiempo éramos una entidad que, cuando se caía
el enlace nos insultaban, nos empezaban a llover hasta llamadas del
decano para ver qué estaba pasando. Como todo modelo de servicio, al
principio lo que das es único y ya cuando todo el sistema de correo
electrónico se convirtió en algo tan importante como la luz, el gas y el
teléfono, es imposible de parar. Nos consumió el proyecto y obviamente
nos dedicamos a dar el servicio aumentando la cantidad de líneas,
aumentando el tráfico, de a poco pudimos empezar a tener más gente
becaria que nos ayudaba para las consultas. En ese contexto seguíamos
trabajando dentro la Universidad pero sin una legitimación
institucional: la Red Académica Nacional tenía una envergadura
importante y muchas instituciones y usuarios conectados, pero
dependíamos del servicio deficiente que daba Entel, y no contábamos
todavía con una salida propia al exterior.

       11) Norma Lijtmaer fue una destacada científica argentina,
       pionera de la Informática en el país, que desarrolló gran parte
       de su carrera en Italia y participó de la creación de la ESLAI..




               III. SEGUNDA ETAPA

A. Antorchas y la Búsqueda de un Marco Institucional

Hacia 1988, a través de Hugo Scolnik aparece la Fundación Antorchas[12].
Se acercan y dicen que les interesa el proyecto que estábamos haciendo,
y que quieren financiar la red para Argentina. Estuvimos más de un año
negociando, para nosotros era un megaproyecto, porque Antorchas contaba
con muchos recursos económicos. Hicimos documentos, presupuestos,
presentaciones. Entramos en un debate muy fuerte porque nosotros
decíamos que el centro de operaciones tenía que que estar en una
Universidad, en un lugar dentro del campo académico. Ellos insistían en
que debía estar afuera porque la Universidad no era un lugar estable,
que se iba a cortar. Nosotros decíamos que era posible garantizar el
servicio a pesar de una huelga, que era uno de sus temores, porque se
podía garantizar el funcionamiento de determinadas estructuras aún en
esa situación. Resultó en un desgaste y en una pérdida de tiempo muy
fuerte, porque estuvimos más de un año pensando en que esta fundación
por fin iba a ser la entidad institucional que nos permitiría avanzar.
En algún momento, Antorchas planteó que teníamos que contar con una
entidad jurídica, existente o nueva. Hugo nos dice que la fundación
Ciencia Hoy sería muy buena para hacer todo esto, obviamente que
nosotros no teníamos problema, y después de avanzar y avanzar, de un día
para otro, le dan el proyecto a la gente de la CNEA y surge Retina. Fue
uno de los esfuerzos importantes en redes que hubo en Argentina.

       12) La Fundación Antorchas era una institución fundada en 1985,
       que terminó de funcionar en 2006 en Argentina. El grupo
       económico Empresas Sudamericanas Consolidadas decidió vender sus
       activos y, con ese dinero, crear una organización sin fines de
       lucro dedicada a estimular la educación, la investigación
       científica, la cultura y la promoción social. El mismo grupo
       financió entidades similares en el continente como Andes, en
       Chile, y Vítae Apoio à Cultura, en Brasil.

B. Otras Redes y Otros Territorios

No solo Retina comienza fuerte a participar en redes. La cancillería
empieza a tener protagonismo propio en el ámbito académico, la
Secretaría de Ciencia y Técnica también comienza a desarrollar su red,
bautizada luego Recyt. Por otra parte, se constituye bajo la
coordinación de Fernando Guerra, la Red de Salud, con epicentro en el
Hospital de Niños de la ciudad de Buenos Aires, que contaba con el apoyo
de la Organización Panamericana de la Salud.

En marzo de 1991 nos invitan a Nicolás Baumgarten y a mí a la reunión de
SIRIAC (Sistema Interconectado de Recursos Informativos Académicos y
Cientificos) en Santiago de Chile. Florencio Utreras era el anfitrión, y
estaban Tadao Takahashi de Brasil, Roberto Loran de Puerto Rico, Saúl
Hans de la OEA, Ivan Trujillo de Colombia, Guy De Teramind de Costa Rica
y Roberto Bevilacqua, Nicolás y yo de Argentina. Con Brasil establecimos
una relación muy estrecha, con Uruguay también, colaboramos con Bolivia,
Ecuador y con Perú. Realmente fue un trabajo importante de toda la
región. A partir de la reunión de Santiago se organiza el I Foro de
Redes de América latina y el Caribe en IMPA, Rio, Brasil en agosto de
1991. Estuvimos junto a diversos organismos internacionales como OEA,
National Science Foundation (NSF), Unión Latina, RedIris y otros. A
partir de esa reunión integramos la primer Comisión Directiva. En
noviembre de 1992 tenemos el II Foro de Redes de América latina y el
Caribe en Guadalajara, México. Poco a poco se van agrupando las
diferentes Universidades de la región pero sin un marco institucional
claro ni esquemas de representación definidos dentro del área.

               IV. TERCERA ETAPA

A. El Centro de Comunicación Científica de la UBA

Mientras nosotros trabajábamos en la RAN, el Rectorado de la Universidad
seguía apoyando el modelo BITNET a través del CTCS, en el contexto de un
enfrentamiento político entre las figuras visibles de nuestra Facultad y
el propio Rectorado. A principios de la década del noventa se produce un
recambio institucional, el clima se relaja y se produce un acercamiento.

En algún momento de 1992, estando Adolfo Kvitca como director del
Departamento de Computación, junto a Alberto Teszkiewicz me comentan la
idea de armar dentro de la UBA un área de comunicaciones. Comienzan a
dialogar con Mario Albornoz, Secretario de Ciencia y Técnica de la UBA,
quien pide que armemos la propuesta. Empezamos a escribir el proyecto
para el armado de la red de la UBA y, en noviembre de 1992, se logra
crear el Centro de Comunicación Científica de la UBA (CCC), que fue un
hito importantísimo. Fue primero la institucionalización de todo lo que
estábamos haciendo y para el equipo un salto importante: pensar en una
red metropolitana para toda la Universidad con personal estable, con un
espacio y presupuesto. No hay que olvidar que estamos en los inicios de
la privatización de Entel, surge Startel como empresa de datos nacional
y Telintar como empresa internacional de telecomunicaciones. Comenzamos
a implementar la red de la UBA, los enlaces entre las Facultades. En ese
momento los de alta velocidad eran de 64 Kb. En marzo del 1994 Telintar
arma su primer vínculo a Internet y nosotros en abril tuvimos el primer
enlace digital a Internet del país, porque el analógico ya lo tenía
Cancillería. Luego se conectaron otras instituciones, la SECyT y la UNLP
por ejemplo. Es interesante tomar en cuenta que en esa época el costo de
ese enlace de 64 Kb era de seis mil dólares por mes. En abril de 1995,
se abre Internet al ámbito comercial. Telintar cobra por ese mismo
enlace cuarenta mil dólares, pero nosotros teníamos un costo
preferencial de seis mil. En la Universidad habíamos logrado dedicar esa
suma permanente para el enlace, y rápidamente lo fuimos convirtiendo de
128, 256, 512, a 1 mega, 2 megas, y así fuimos dando vuelta con el mismo
dinero. En ese momento dejamos de realizar la conexión con Cancillería y
conseguimos nuestra "independencia".

               V. CONCLUSIÓN

Para llevar adelante proyectos de estas características hay que pelear
contra molinos de viento. Desde ya que la gente interesada en lo que
hacés te apoya y te alienta, vas generando grupos o comunidades de
personas que se entusiasman y se suman. Pero la voluntad tiene un
límite. Llega un momento en que, para que se genere algo sustentable en
el tiempo, es indispensable contar con un marco institucional. Por eso,
en los proyectos de gobierno o académico-científicos, es necesario
llegar a convencer a los sectores de poder y establecer las necesidades
en términos de una política publica.

Cuando comenzamos a trabajar en el proyecto, ni siquiera se hablaba de
Internet, de sistemas abiertos, etc. Aunque en verdad no sabíamos bien
en dónde nos estábamos metiendo, resultó que, finalmente, el modelo que
elegimos fue el exitoso. Esto fue así porque para pensar en una red de
acceso a todo el sistema, especialmente en la década de los ochenta,
había que contar con modelos de equipamiento accesibles, económicos, con
un costo de comunicación bajo y fundamentalmente distribuido en todo el
país, de tal manera que pudiera conectarse hasta el instituto más
pequeño y alejado del país. Por eso, se extendió tan rápidamente la red
UUCP y no la red BITNET, que requería de un mainframe y tener acceso en
línea.

El proyecto nació y se desarrolló en una etapa particular de la vida
política argentina, con el regreso de la democracia y una sociedad
desmembrada. La Universidad estaba reorganizándose y las estructuras de
gobierno se mantuvieron en parte alejadas del desarrollo de las redes
académicas. El proceso se inició en 1985 y recién siete años después
logramos construir un marco institucional. Un punto importante a
resaltar es la posibilidad de haber podido participar, desde el
comienzo, en los diferentes esfuerzos en el desarrollo de las redes en
toda América latina y el Caribe. Esto nos permitió tener siempre un
marco de referencia como guía. A su vez, nuestro trabajo fue reconocido
en estos países, quizá más que en el nuestro, en donde estábamos
desarrollando los proyectos. El trabajo conjunto nos permitió crecer
juntos y fortalecernos.

Es necesario destacar que el proyecto nació del seno mismo de la
Universidad, más específicamente de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales. La iniciativa del desarrollo de las redes surgió como una
necesidad interna, casi natural e indispensable, por lo que tuvimos un
apoyo incondicional de los miembros de la Facultad, en todos los
niveles. Por otra parte, el crecimiento del Departamento de Computación
permitió formar especialistas en redes rápidamente y así desarrollar
internamente las herramientas y aplicaciones necesarias para la
implementación de la red.