comprado muy barato en la tiendita
y empeñado y después visto en el parque
escuchado en la calle, familiar
aunque reconocido apenas, visto
y seguido llevado a casa, puesto
en la almohada, cambiado
o empeñado o perdido,
comprado en la tiendita de la esquina
en el semáforo a las nueve en punto
releído memorizado re-
bobinado, encontrado inapropiado,
destruido hecho pedazos y empeñado,
escuchado en la calle
entrevisto en el día
entrevisto en un sueño
escuchado en el parque
estudiado una noche cuidadosa-
mente por un espeleólogo inglés
de la CSCA, de civil,
copiado en notas en español pobre
perdido en esas notas,
extraño y ordinario
y triste pero cierto
o exagerado pero cierto, cierto
como es cierto que ríe el hombre y vuelan
los gorriones y como exagerado
es que los hombres cambian y el océano
permanece y avanza el hombre y luces
se encienden y es de noche y esto es serio;
como la niña sabe
y es pequeño y es cierto
como sabe el plomero
y es inútil y es cierto
como sabe el anciano
y es grotesco y es cierto,
como ríen los hombres, como piensan,
y esto es serio y es cierto
exagerado y cierto,
comprado en la tiendita de la cuadra
donde las motos dan la vuelta y sopla
el viento y es de noche o es de día,
comprado como un último recurso
y para presumírselo a una estatua
comprado en las rebajas
comprado en el semáforo a las nueve
robado para verse bien comprado
para lucirse para vacunarse
comprado porque sí para tenerlo:
roto o vendido o regalado o usado
y olvidado o tirado
o perdido. perdido.
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Kenneth Fearing, del libro *Angel Arms*, 1929.
Traducción de Alonso Ruvalcaba.