LAS TRAMPAS DEL CAF�
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Misioneros Javerianos
Febrero 2003, N� 393, A�o XL

       El comercio internacional se consolida como una de las grandes fuerzas del actual sistema de globalizaci�n neoliberal. Es un motor clave para el desarrollo econ�mico capitalista y, tambien, un term�metro del estado de salud de la econom�a mundial. Eso s�, su dise�o responde a las necesidades del Norte enriquecido: las barreras arancelarias con que se topan los pa�ses empobrecidos para vender sus productos equivalen a 100.000 millones de d�lares anuales el doble de las ayudas que reciben. Un modelo injusto a todas luces, como se puede comprobar, por ejemplo, en el mercado del caf�.

       Y es que uno de los principales factores que hace que el comercio sea un lastre para los pa�ses pobres es el bajo precio de las materias primas. Y el reparto del dinero, claro.

       Seq�n los datos de la reciente campa�a de Interm�n-Oxfam: 'La verdad sobre el negocio del caf�' y del libro 'Caf� Amargo' de Setem (publicado en 1994), el 93 por ciento de los 8O c�ntimos de euro que cuesta un caf� termina en los bolsillos de las empresas cafeteras y los intermediarios (unos 74 c�ntimos) y s�lo el 7 por ciento (unos 6 c�ntimos) para en el de los campesinos que lo producen.

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La peor crisis
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       Esta estructura de reparto hay que aplicarla en un mercado (el del caf�) que vive la peor crisis de los �ltimos 30 a�os y del que dependen 25 millones de familias campesinas (100 millones de personas de forma directa o indirecta), que han visto c�mo se ha pasado de pagar 180 centavos de d�lar por libra de grano verde en 1997 a 47,3 centavos en mayo del a�o pasado.

       Esto repercute directamente en la econom�a no s�lo de las familias productoras sino de muchos pa�ses en v�as de desarrollo cuya econom�a est� estrechamente ligada al producto. Hace una d�cada, de los 30.000 millones de d�lares que mov�a el mercado del caf�, las naciones productoras recib�an un tercio (10.000 millones). Ahora, el mercado se ha duplicado pero s�lo reciben 6.000 millones, la d�cima parte.

       �Qu� pueden hacer entonces pa�ses como Etiop�a o Burundi donde este cultivo supone el 50 y el 80 por ciento de sus ingresos por exportaci�n, respectivamente? Para algunos, estas p�rdidas superan los beneficios de la ayuda al desarrollo o de condonaci�n de parte de su deuda externa.

       Muchas familias cultivadoras, por su parte, han tenido que reducir su consumo general, sacar a los hijos de las escuelas, asumir con dificultad (si es que han podido) costes sanitarios y emigrar. S�lo en Centroam�rica, la crisis ha destruido 400.000 empleos temporales y 200.000 fijos. En Nicaragua, 12.000 trabajadores cafetaleros reciben ayuda alimentaria de emergencia.

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Las causas
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       Las principales causas del problema son, por un lado, la desaparici�n en 1989 de los Acuerdos del Caf�, que articulaban un sistema de cuotas de producci�n para cada pa�s y una horquilla de precios m�ximos y m�nimos que, con sus imperfecciones, garantizaban una cierta estabilidad tanto en los ingresos como en el volumen de producto que se pon�a a la venta.

       Por otro lado, se da un exceso de producci�n estructural (se produce un 8 por ciento m�s caf� del que se consume; hay unas reservas de m�s de 40 millones de sacos) que ha ayudado a hundir los precios. A esto hay que a�adir una ca�da en la calidad del caf� que ya ha llevado al responsable de la Organizaci�n Internacional del Caf� (OIC), el colombiano N�stor Osorio, a impulsar un plan de mejora en este sentido.

       A pesar de esta situaci�n, quienes se siguen beneficiando de la crisis son las grandes multinacionales del sector. Kraft (due�a de Saimaza), Nestl� (de Bonka y Nescaf�), Procter & Gamble, Sara Lee (con Marcilla) y Tchibo compran cada a�o la mitad de los granos de caf� del mundo. Cada una de sus marcas genera ventas anuales de m�s de 1.000 millones de d�lares. Este oligopolio y la cantidad de pa�ses donde comprar (a veces mezclan hasta 20 tipos de caf�) les da una gran capacidad de negociaci�n frente a los productores.

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Negocio empresarial
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       De hecho, el margen de beneficio de Nestl� en caf� instant�neo es del 26 por ciento; el de Sara Lee, del 17 por ciento. Y es que, mientras los precios del caf� verde ca�an un 35 por ciento en los mercados internacionales (a�os 1994 a 1997), el precio del caf� en los supermercados sub�a en Espa�a un 20 por ciento.

       Tambi�n conviene se�alar las responsabilidades que en los efectos de la crisis han tenido las grandes instituciones financieras (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional) que, con sus recetas econ�micas, han empujado a muchos pa�ses a basar sus econom�as casi en un �nico producto cuando se est� comprobando que el mercado de materias primas apenas revierte valor a�adido a los productores.

       Las Organizaciones no gubernamentales que se han implicado en el asunto insisten en que, junto a medidas paliativas de las crisis a trav�s de los mecanismos que ofrece el mercado (crear especialidades de caf�, fomentar el comercio justo, reducir la producci�n y mejorar su calidad), la aut�ntica soluci�n del problema pasa por impulsar unas nuevas reglas del comercio mundial que faciliten una globalizaci�n m�s integradora.

       Unas reglas sin dobles raseros ni trampas, como las del caf�, con las que unos pocos, los poderosos, siempre ganan a costa de la vida y del desarrollo de una inmensa mayor�a.

PLAN DE RESCATE PARA EL CAF�

       La campa�a iniciada por Interm�n-Oxfam ante la crisis del caf� exige la puesta en marcha de un Plan de rescate del caf� que, a lo largo de este a�o, obligue a adoptar medidas tanto a los Gobiernos de los pa�ses ricos como a las multinacionales del sector.

       As�, pide al Gobierno espa�ol que apoye p�blicamente este Plan que tiene cinco pilares: equilibrar oferta y demanda mundial de caf�, recuperar calidad, elevar los precios pagados a los productores, que �stos realicen parte del procesado del caf� para retener una mayor parte de su valor a�adido y apoyar la diversificaci�n en el desarrollo rural; le pide tambi�n al Ejecutivo de Jos� Mar�a Aznar que financie en parte el Plan; y que apoye la celebraci�n de una Conferencia Internacional sobre el Caf�, con la participaci�n de la ONU, el Banco Mundial y la Organizaci�n Internacional del Caf�.

       A las multinacionales cafeteras asentadas en Espa�a (Kraft, Nestl� y Sara Lee) les exige que garanticen un precio digno a los productores; que destinen paquetes de ayuda a paliar la crisis; que etiqueten el caf� seg�n su calidad; que, en un a�o, compren el 2 por ciento del caf� a productores bajo condiciones de comercio justo, con posteriores incrementos anuales; y que adquieran compromisos claros y verificables sobre respeto a los derechos de los trabajadores, seg�n las convenciones de la Organizaci�n Internacional del Trabajo.

       Para m�s informaci�n. www.intermonoxfam.org

UNI�N DE LA SELVA

       Un ejemplo de alternativa para hacer frente desde el Sur al modelo de comercio internacional neoliberal es Uni�n de la Selva, una organizaci�n de peque�os productores de caf� fundada en Chiapas (M�xico) en 1979, formada por m�s de 1.200 familias, de 42 comunidades distintas (sobre todo, grupos ind�genas mayas). La producci�n conjunta les permite competir con m�s fuerza en el mercado.

       En la Uni�n han escogido la producci�n org�nica de caf� como un modo de mejorar su productividad, garantizar la calidad del producto y preservar el medio ambiente: se excluyen por completo fertilizantes y herbicidas qu�micos; y se cuenta con un certificado especial otorgado tras tres a�os consecutivos de inspecciones independientes, reconocidas internacionalmente.

       La Uni�n de la Selva tambi�n se rige por los principios del Comercio Justo, lo que supone, entre otras cosas, que se paga un precio justo a los cultivadores; se otorgan cr�ditos como anticipo a la venta del caf�; hay programas de mejora de vivienda, de diversificaci�n de cultivos, de gesti�n de servicios b�sicos (luz, salud, educaci�n, transporte...) y de capacitaci�n y asesor�a en distintos aspectos de la producci�n de caf�; y se apoya el desarrollo de la mujer.