#Castigos históricos

Los sucesivos desastres -naturales, politicos, sociales- que han asolado Haití desde su independencia, sugieren a  veces una especie de castigo histórico por el origen cimarrón de su población. Una noticia sobre el vertedero de Nerva, ha traído a mi cabeza la misma sugestión.

Dos barcos cargados de residuos industriales peligrosos, procedentes de Montenegro, han desembarcado en el puerto de Sevilla, desde donde tan venenosa mercancía será transportada en camiones al vertedero industrial de Nerva, una ciudad de la cuenca minera del Tinto, de pasado épico.

Denominada durante un tiempo Ciudad de la Libertad, protagonizó la primera rebelión ecologista de Europa en protesta por la contaminación producida por la quema de mineral a cielo abierto. La represión, por la policía privada de la compañía minera inglesa, fue brutal. En los primeros momentos del golpe de estado franquista, un columna de mineros que acudía a liberar Sevilla de la ocupación de las tropas rebeldes, fue masacrada en el camino.

Tras la crisis de la minería del cobre en los 80, se instaló en las afueras del pueblo el vertedero al que aludía, no sin la resistencia de sus luchadores habitantes. La llegada del convoy con la basura industrial de Montenegro se me figura como una maldición y humillación históricas por sus pasadas rebeldías.