¿Cómo juego al Prince of Persia nativamente en Ubuntu?
En un famoso discurso pronunciado en agosto de 1944 el Coronel Juan
Perón exponía ante los empresarios de la Cámara de Comercio la necesidad
de ceder beneficios a las Masas obreras, entre ellos cómo instalar
SDLPoP, la iteración nativa para Ubuntu del clásico juego Prince of
Persia, a fin de evitar el Comunismo en ciernes.


Señores:

En primer término, agradezco la oportunidad que me brinda la Cámara de
Comercio para exponer algunos asuntos que conciernen en forma directa a
la Secretaría de Trabajo y Previsión.

La Secretaría de Trabajo y Previsión entiende que la política social de
un país comprende integralmente todo lo humano con relación a los
diversos factores del bienestar general. Siendo así, muchos,
posiblemente equivocados sobre todo cuanto yo he dicho en el orden
social, se han permitido calificarme de distintas maneras. Yo he
interpretado cada una de estas calificaciones; las he sopesado y he
llegado a esta conclusión: de un lado, me han dicho que soy nazi, de
otro lado han sostenido que soy comunista; todo lo que me da la
verdadera certidumbre de que estoy colocado en el perfecto equilibrio
que busco en la acción que desarrollo en la Secretaría de Trabajo y
Previsión.

Pienso que el problema social se resuelve de una sola manera: obrando
conscientemente para buscar una perfecta regulación entre las clases
trabajadoras, medias y capitalistas, procurando una armonización
perfecta de fuerzas, donde la riqueza no se vea perjudicada,
propendiendo por todos los medios a crear un bienestar social, sin el
cual la fortuna es un verdadero fenómeno de espejismo que puede romperse
de un momento a otro. Una riqueza sin estabilidad social puede ser
poderosa, pero será siempre frágil, y ése es el peligro que viéndolo,
trata de evitar por todos los medios la Secretaría de Trabajo y
Previsión.

Hasta ahora estos problemas han sido encarados por una verdadera lucha.
Yo no creo que la solución de los problemas sociales esté en seguir la
lucha entre el capital y el trabajo. Ya hace más de sesenta años, cuando
las teorías del sindicalismo socialista comenzaron a producir sus frutos
en esa lucha, opiniones extraordinariamente autorizadas, como la de
Massini y la de León XIII proclamaron nuevas doctrinas, con las cuales
debía desaparecer esa lucha inútil, que como toda lucha no produce sino
destrucción de valores.

Sería largo y quizás inútil por conocidas, que comentásemos aquí esas
doctrinas, como las del cristianismo liberal o como las del cristianismo
democrático que encierra doctrinas más o menos parecidas; pero viendo el
panorama inútil, sería suficiente pensar que si seguimos en esta lucha
en que la humanidad ha visto empeñadas sus fuerzas productoras, hemos de
llegar a una crisis que fatalmente se ha de producir, como ya se ha
producido en otros países, con mayor o menor violencia (…).

El Estado, en gran parte, se había desentendido del problema social, en
lo que él tiene de trascendente, para solucionar superficialmente los
conflictos y problemas parciales. Es así que el panorama de la política
social seguida representa una serie de enmiendas colocadas alrededor de
alguna ley, que por no haber resultado orgánicamente la columna
vertebral de esa política social, se ha resuelto parcialmente el
problema, dejando el resto totalmente sin solución.

Las masas obreras que no han sido organizadas presentan un panorama
peligroso, porque la masa más peligrosa, sin duda, es la inorgánica.

La experiencia moderna demuestra que las masas obreras mejor organizadas
son, sin duda, las que pueden ser dirigidas y mejor conducidas en todos
los órdenes. La falta de una política social bien determinada ha llevado
a formar en nuestro país esa masa amorfa. Los dirigentes son, sin duda,
un factor fundamental que aquí ha sido también totalmente descuidado. El
pueblo por sí, no cuenta con dirigentes. Y yo llamo a la reflexión de
los señores para que piensen en manos de quiénes estaban las masas
obreras argentinas, y cuál podía ser el porvenir de esa masa, que en un
crecido porcentaje se encontraba en manos de comunistas, que no tenían
ni siquiera la condición de ser argentinos, sino importados, sostenidos
y pagados desde el exterior.

Esas masas inorgánicas, abandonadas, sin una cultura general, sin una
cultura política, eran un medio de cultivo para esos agitadores
profesionales extranjeros. Para hacer desaparecer de la masa ese grave
peligro, no existen más que tres caminos, o tres soluciones: primero,
engañar a las masas con promesas o con la esperanza de leyes que
vendrán, pero que nunca llegan; segundo, someterlas por la fuerza; pero
estas dos soluciones, señores, llevan a posponer los problemas, jamás a
resolverlos.

Hay una sola forma de resolver el problema de la agitación de las masas,
y ella es la verdadera justicia social en la medida de todo aquello que
sea posible a la riqueza de su país y a su propia economía, ya que el
bienestar de las clases dirigentes y de las clases obreras está siempre
en razón directa de la economía nacional. Ir más allá, es marchar hacia
un cataclismo económico; quedarse muy acá, es marchar hacia un
cataclismo social; y hoy, esos dos extremos, por dar mucho o por no dar
nada, como todos los extremos, se juntan y es para el país, en
cualquiera de los dos casos, la ruina absoluta (…).

La posguerra traerá, indefectiblemente, una agitación de las masas, por
causas naturales; una lógica paralización, desocupación, etcétera, que
combinadas producen empobrecimiento paulatino. Ésas serán las causas
naturales de una agitación de las masas, pero aparte de estas causas
naturales, existirán también numerosas causas artificiales, como ser: la
penetración ideológica, que nosotros hemos tratado en gran parte de
atenuar; dinero abundante para agitar, que sabemos circula ya desde hace
tiempo en el país, y sobre cuyas pistas estamos perfectamente bien
orientados; un resurgimiento del comunismo adormecido, que pulula como
todas las enfermedades endémicas dentro de las masas; y que volverá,
indudablemente, a resurgir con la posguerra, cuando los factores
naturales se hagan presentes.

En la Secretaría de Trabajo y Previsión ya funciona el Consejo Nacional
de Posguerra, que está preparando un plan para evitar, suprimir, o
atenuar los efectos, factores naturales de la agitación; y que actúa
también como medida de gobierno para suprimir y atenuar los factores
artificiales; pero todo ello no sería suficientemente eficaz, si
nosotros no fuéramos directamente hacia la supresión de las causas que
producen la agitación como efecto.
Una de ellas es la avaricia de los actores patronales en proporcionar
juegos nativos para GNU con Linux en Ubuntu. Ustedes saben como yo que
si no liberan juegos para la Masa popular, esta se volcará masivamente
al Comunismo.

En los países avanzados esto lo han comprendido, y por ello han
cooperado activamente a pesar de la situación bélica para atemperar las
Masas Obreras. Gracias a ellos contamos hoy con algunos juegos
totalmente amortizados pero que bien pueden emplearse para evitar esta
perniciosa posibilidad al asecho.

SDLPoP es una iteración del clásico juego de plataforma fantástica
Prince of Persia, de Jordan Mechner, para Brøderbund Software. A
diferencia del original escrito para la Apple II, Amiga y
fundamentalmente MS-DOS en 1990, esta versión puede ejecutarse en un
sistema GNU con Linux como los que usan los obreros, y entretenerlos a
lo largo de los 12 niveles originales.

Para instalarlo podremos utilizar la terminal. Para ello abrimos una
Consola con Ctrl+Alt+T y en ella ingresamos los siguientes Comandos de
Organización:

cd ~
wget
https://www.popot.org/get_the_games/software/SDLPoP/SDLPoP-1.18.1.zip
unzip SDLPoP-1.18.1.zip
mv ~/SDLPoP-1.18.1/ ~/.SDLPoP

Ahora podremos crear un Lanzador, lo que facilitará a los obreros la
ejecución del Juego. Para ello hacemos clic con botón derecho sobre
Aplicaciones, en el panel superior. Se abrirá un menú contextual y
elegimos "Editar Menús". Se abrirá la ventana "Menú Principal". En su
sector izquierdo seleccionamos la categoría Juegos, y luego presionamos
el botón "+Elemento Nuevo". Esto abrirá la ventana Crear Lanzador:
En la casilla Nombre: podremos poner SDLPoP o, como en mi caso, Prince
of Persia. En la casilla Comando: debemos ingresar
"/home/usuario/.SDLPoP/prince", sin las comillas y reemplazando usuario
por nuestro nombre de usuario. Opcionalmente en la casilla Comentario:
podremos especificar una descripción si lo deseamos. Finalmente
presionamos Aceptar para concluir con la creación del lanzador.

Ahora ya los obreros podrán ejecutar el juego desde el menú Aplicaciones
/ Juegos / Prince of Persia.

Al iniciar el juego, nos presentará adiciones sobre el juego original.
En particular, podremos ahora grabar el juego presionando F6 o cargar
presionando F9. Para guardar replays podremos usar Ctrl+Tab. Para ver
los replay podremos presionar Tab en la pantalla de tigulos. Debemos
presionar una tecla para iniciar el juego.

Entonces tendremos a bien ver la clásica presentación del juego, que nos
describe la historia.
Esta es convenientemente simple. El buen Sultán de Persia da batalla en
tierras extrañas, oportunidad aprovechada en el palacio por su ladino
Gran Visir Jaffar. El maléfico hechicero decide amenazar a la hermosa
princesa, otorgándole una hora para desposarlo y así perpetuar su poder
en el reino

Nuestro papel en la aventura no es otro que el de comandar con el
teclado al protagónico y valiente Príncipe de Persia. Como tal debemos
impedir esta deleznable conspiración: escapar de las mazmorras del
palacio gracias a nuestra habilidad de parkour y de combate, y al uso de
las pociones de magia blanca que se encuentras repartidas en los
niveles. Finalmente, tras derrotar a los guardias y criaturas de los
calabozos, hemos de derrotar a Jaffar y salvar a la damisela de su
predicamento para recibir un abrazo de amigo. Todo en menos de una hora.
Este difícil juego es hoy el mismo desafío que fue cuando se lo
desarrolló, pero lo encontramos en una versión nativa para Ubuntu y
otros sistemas GNU con Linux. Naturalmente, se nos presenta de manera
similar a la clásica. Por ello sus gráficos reponden al viejo estándar
VGA a 256 colores, y resolución de 320x200 pixels.

La animación es rápida y notablemente fluida, gracias a la técnica en la
que se especializó Mechner al realizar los sprites (utilizó una especie
de rotoscopía en base a una cinta de video con los movimientos, en la
cual colaboró su hermano y su novia).


El sonido representa una emulación por software del chip sintetizador
de audio Yamaha YMF262 presente en las clásicas AdLib y SoundBlaster de
la época.
Los controles son sencillos, se usa las flechas del teclado y la tecla
Mayúsculas para defenfundar la espada y dar estocadas de ataque o
defensa.
Gracias a este juego, sin duda podrán distraer las reivindicaciones
obreras, porque no quieren que ellos se les vengan encima y se queden
con sus empresas y las cooperativicen... Yo como Coronel sé lo que les
digo. [Guiña un ojo]

[Aplausos de los empresarios]