## LA TECNOLOGíA ES UNA FUERZA SOCIAL MÁS PODEROSA QUE LA
ASPIRACIóN DE LIBERTAD

125. No es posible hacer un compromiso DURADERO entre
tecnología y libertad, porque la tecnología es de lejos
la fuerza social más poderosa e invade continuamente la
libertad a través de compromisos REPETIDOS. Imagina el
caso de dos vecinos, cada uno de los cuales al principio
posee la misma cantidad de tierra, pero uno de ellos es
más poderoso que el otro. El poderoso demanda un trozo
de tierra del otro. El débil se niega. El poderoso dice,
«Muy bien, lleguemos a un acuerdo. Dame la mitad de lo que
te he pedido». El débil tiene poca alternativa sino es
ceder. Algún tiempo después el vecino poderoso demanda
otro trozo de tierra, otra vez hay un acuerdo, y así
sucesivamente. Forzando a una larga serie de compromisos
al hombre débil, el poderoso finalmente consigue toda
su tierra. Así funciona el conflicto entre tecnología
y libertad..

126. Permiteme explicar porqué la tecnología es una fuerza
social más poderosa que la aspiración de libertad.

127. Un avance tecnológico que parece no amenazar la
libertad frecuentemente más tarde resulta amenazarla
muy seriamente. Un paseante en un principio podía
ir donde quisiera, ir a su propio paso sin observar
ninguna regulación del tráfico, y era independiente de
sistemas de soporte tecnológico. Cuando se introdujeron
los vehículos a motor aparecieron para incrementar la
libertad del hombre. No quitaron libertad al paseante,
nadie tenía que tener un automóvil si no quería uno,
y cualquiera que eligiera comprar uno no podía viajar
mucho más rápido que el paseante. Pero la introducción
de transporte motorizado pronto cambio la sociedad de tal
manera como para restringir gravemente la libertad de
locomoción del hombre. Cuando los automóviles fueron
numerosos, fue necesario regular su uso extensivo. En
un coche, especialmente en áreas densamente pobladas,
uno simplemen-te no puede ir donde uno quiera a su propio
paso; los movimientos de uno son gobernados por el fluir
del tráfico y por diferentes normas. Uno está restringido
por diferentes obligaciones: necesidad de permiso, examen
de conducir, renovación del registro, contrato del seguro,
mantenimiento requerido para la seguridad, pagos mensuales
sobre precio firme. Además, el usar transporte motorizado
no es en adelante opcional. Desde la introducción de
transporte motorizado la distribución de nuestras ciudades
ha cambiado de tal manera que la mayoría de la gente ya no
vive dentro de una distancia de su lugar de trabajo, de las
áreas de compra y de las oportunidades de recreo que puede
hacer andando, por lo que TIENE que depender del automóvil
para transportarse. Si no, tiene que usar el transporte
público, en tal caso tiene menos control incluso de su
propio movimiento que conduciendo un coche. Incluso la
libertad del paseante está ampliamente restringida. En
la ciudad se tiene que parar continuamente y esperar en
los semáforos, que están diseñados principalmente para
servir al tráfico. En el campo, el tráfico motorizado
lo hace peligroso y desagradable para andar a lo largo
de la carretera. (Señalar el importante punto que hemos
ilustrado con el caso del transporte motorizado: cuando
un nuevo artículo se introduce como una opción que una
persona puede aceptar o no como elija, no quiere decir
necesariamente que PERMANEZCA opcional. En muchos casos
la nueva tecnología cambia la sociedad de tal manera que
la gente a la larga se ve FORZADA a usarla).

128. Mientras el progreso tecnológico COMO TOTALIDAD
continuamente estrecha nuestra esfera de libertad,
cada nuevo avance técnico considerado EN Sí MISMO
parece deseable. Electricidad, fontanería interior,
comunicaciones rápidas de larga distancia... ¿cómo
alguien podría argumentar contra cualquiera de estas
cosas, o contra cualquier otro de los innumerables avances
técnicos que ha hecho la sociedad.moderna? Hubiera sido
absurdo resistir la introducción del teléfono, por
ejemplo. Ofrece muchas ventajas y ninguna desventaja. Sin
embargo tal y como explicamos en los párrafos 59-76,
todos estos avances técnicos tomados juntos han creado un
mundo en el cual la suerte del hombre medio ya no está
en sus propias manos o en la de sus vecinos y amigos,
sino en la de los políticos, ejecutivos de corporaciones
y remotos y anónimos técnicos y burócratas en los que
como individuo no tiene poder para influir. Puesto que
alguna gente puede encontrar paradójica la noción de que
un gran número de cosas buenas se pueden sumar para dar
una mala, lo ilustraremos con una analogía. Supongamos que
el Sr. A está jugando al ajedrez con el Sr. B. El Sr. C,
un gran maestro, está mirando por encima del hombro del
Sr. A. Este por supuesto quiere ganar la partida, así que
si el Sr. C indica un buen movimiento para el Sr. A, le
está haciendo a éste un favor. Pero ahora supongamos que
el Sr. C le indica al Sr. A TODOS sus movimientos. En cada
instante particular hace al Sr. A un favor enseñándole su
mejor movimiento, pero haciendo TODOS estropea el juego,
puesto que no hay motivo en que el Sr. A juegue si algún
otro hace todos sus movi-mientos. La situación del hombre
moderno es análoga a la del Sr. A. El sistema hace la
vida de una persona mucho más fácil de innumerables
formas, pero haciéndolo priva a esta del control sobre
su propia suerte. El mismo proceso continuará en el
futuro. La ingeniería genética, por ejemplo. Poca gente
se resistirá a la introducción de una técnica genética
que elimine las enfermedades hereditarias. Aparentemente
no daña y previene mucho sufrimiento. Así, un gran
número de mejoras genéticas tomadas juntas hará de
los seres humanos un producto de ingeniería antes que
una libre creación del azar (o de dios, o de lo que sea,
dependiendo de tus creencias religiosas).

129. Otra razón de porque la tecnología es una fuerza
social poderosa es que, en el contexto de una sociedad
dada, el progreso tecnológico camina en una sola
dirección; nunca puede dar marcha atrás. Cuando se ha
introducido una innovación técnica, la gente normalmente
se vuelve dependiente de ella, a no ser que sea reemplazada
por alguna innovación aún más avanzada. La gente no
sólo se vuelve dependiente como individualidades de
un nuevo producto tecnológico, sino, incluso en mayor
grado, el sistema como conjunto se vuelve dependiente de
él. (Imagina que le pasaría al sistema actual si los
ordenadores, por ejemplo, fueran eliminados). Así el
sistema se puede mover en una sola dirección, detrás
de una mayor tecnologización. La tecnología fuerza
repetidamente a la libertad a dar un paso atrás, pero la
tecnolo-gía nunca puede dar un paso atrás-short to el
derribo de todo el sistema tecnológico.

130. La tecnología avanza con gran rapidez y amenaza la
libertad en muchos puntos al mismo tiempo (hacinamiento,
normas y regulaciones, incrementa la dependencia de las
personas en grandes organizaciones, propaganda y otras
técnicas psicológicas, ingeniería genética, invasión
de la intimidad por medio de dispositivos de vigilancia
y ordenadores, etc.). Para retener CUALQUIERA de las
amenazas de la libertad se requiere una lucha social
diferente. Aquéllos que quieren proteger la libertad
están abrumados por el claro número de nuevos ataques
y la rapidez con la que se desarrollan, en consecuencia,
se vuelven apáticos y no resisten por más tiempo. El
luchar contra cada una de las amenazas por separado
sería inútil. Se puede esperar el éxito sólo luchando
contra el sistema tecnológico como conjunto; pero esto
es revolucionario, no reformista.

131. Los técnicos (usamos este término para describir
a todos aquellos que realizan una tarea especializada que
requiere entrenamiento) tienden a estar tan comprometidos
con su trabajo (su actividad sustitutoria) que cuando
surge un conflicto entre éste y la libertad, casi siempre
deciden en favor de su trabajo técnico. Esto es obvio en
el caso de los científicos, pero también aparece en otras
partes: educadores, grupos humanitarios, organizaciones
de conservación, no vacilan en usar propaganda u otras
técnicas psicológicas para ayudarse a conseguir sus
loables finalidades. Las corporaciones y las agencias
gubernamentales, cuando lo encuentran provechoso, no
vacilan en reunir información sobre personas sin respetar
su intimidad. Las agencias de ejecución de las leyes
están frecuentemente en dificultades con los derechos
constitucionales de los sospechosos y frecuentemente de
personas completamente inocentes, y hacen lo que legalmente
puedan (o algunas veces ilegalmente) para restringir
o burlar esos derechos. Muchos de estos educadores,
funcionarios gubernamentales y oficiales de leyes creen
en la libertad, en la intimidad y en los dere chos
constitucionales, pero cuando estos entran en conflicto
con su trabajo, normalmente sienten que su trabajo es
más importante.

132. Es bien sabido que generalmente la gente trabaja
mejor y más persistentemente cuando lucha por un premio
que cuando intenta evitar un castigo o un resultado
negativo. Los científicos y otros técnicos están
motivados principalmente por los premios que consiguen
a través de su trabajo. Pero aquellos que se oponen a
la invasión técnica de la libertad están trabajando
para evitar un resultado negativo, consecuentemente son
unos pocos los que trabajan persistentemente y bien en
esta tarea desalentadora. Si alguna vez los reformistas
realizan una victoria notable que parece levantar una
barrera sólida contra futuras erosiones de la libertad a
través del progreso técnico, muchos tenderán a relajarse
y desviar su atención a empeños más agradables. Pero los
científicos permanecerán atareados en sus laboratorios
y la tecnología, como progresa, encontrará caminos,
a pesar de cualquier barrera, para ejercer más y más
control sobre las personas y hacerlas más dependientes
del sistema.

133. Ningún acuerdo social, sean leyes, instituciones,
costumbres o códigos éticos, puede proporcionar una
protección permanente contra la tecnología. La historia
enseña que todos los acuerdos sociales son transitorios;
todos cambian o fracasan a la larga. Pero los avances
tecnológicos son permanentes dentro del contexto de una
civilización dada. Supongamos por ejemplo que si fuera
posible llegar a algún acuerdo social que previniera que
la ingeniería genética fuera aplicada a seres humanos,
o prevenirlo de tal manera como para no amenazar la
libertad y la dignidad. No obstante, la tecnología
permanecerá esperando. Antes o después el acuerdo
social fracasará. Probablemen-te antes, dando paso a la
oportunidad en nuestra sociedad. Entonces la ingeniería
genética empezará a invadir nuestra esfera de libertad,
y esta invasión será irreversible (estando lejos de un
fracaso de la civilización tecnológica en sí). Cualquier
ilusión a cerca de conseguir algo permanente a través de
acuerdos sociales debería disiparse por lo que actualmente
está pasando con la legislación ambiental. Hace unos
pocos años parecía que había barreras legales seguras
previniendo al menos ALGUNOS de las peores formas de
degradación ambiental. Un cambio en el viento político
y esas barreras empiezan a derrumbarse.

134. Por todas las razones anteriores, la tecnología
es una fuerza social más poderosa que la aspiración de
libertad, pero esta declaración requiere una importante
calificación. Parece que durante las próximas décadas el
sistema tecnológico-industrial experimentará una severa
cuota de tensión en problemas económicos y ambientales
y, especialmente, en problemas de comportamiento humano
(alienación, rebelión, hostilidad, una variedad de
dificultades sociales y psicológicas). Esperamos que
la tensión que el sistema probablemente atravesará
le causará un colapso, o al menos lo debilitará lo
suficiente como para que ocurra una revolución y tenga
éxito. Entonces, en ese momento particular, la aspiración
por la libertad se habrá mostrado más poderosa que
la tecnología.

135. En el párrafo 125 usamos una analogía de un vecino
débil dejado desvalido por un vecino fuerte que le quita
toda su tierra forzándolo a una serie de compromisos. Pero
supongamos ahora que el vecino fuerte cae enfermo, por lo
que es incapaz de defenderse. El vecino débil puede forzar
al fuerte a devolverle su tierra o lo puede matar. Si deja
sobrevivir al hombre fuerte y sólo lo fuerza a devolverle
su tierra, es un mentecato, porque cuando el hombre fuerte
se recupere volverá a quedarse con toda la tierra para
él. La única alternativa sensata para el hombre débil
es matar al fuerte mientras tiene una oportunidad. De
la misma manera, mientras el sistema industrial está
enfermo debemos destruirlo. Si transigimos y le dejamos
recuperarse de su enfermedad a la larga destruirá toda
nuestra libertad..