## ALGUNOS PRINCIPIOS DE LA HISTORIA

99. Pensad en la historia como la suma de dos componentes:
uno errático que consiste en eventos inapreciables que
siguen una norma no discernible y un componente regular
que consiste en tendencias históricas de periodos largos.
Aquí estamos interesados en estas últimas.

100. PRIMER PRINCIPIO. Si se hace un PEQUEÑO cambio
que afecte a una tendencia histórica de periodo
largo, entonces el efecto del cambio será casi siempre
transitorio la tendencia pronto retrocederá a su estado
original. (Ejemplo: Un movimiento de reforma designado para
limpiar la corrupción política en una sociedad raramente
tendrá más que un efecto de duración corto, tarde o
temprano los reformistas se relajaran y la corrupción
se deslizará otra vez dentro. El nivel de corrupción
política en una sociedad dada tiende a permanecer
constante o cambia despacio sólo con la evolución de la
sociedad. Normalmente, una limpieza política sólo será
permanente si va acompañada de cambios sociales generales,
un PEQUEÑO cambio en la sociedad no será suficiente). Si
un pequeño cambio en una tendencia histórica de periodo
largo se presenta como permanente, es sólo porque el
cambio actúa en la dirección con que la tendencia se
estaba moviendo de antemano, así la tendencia no se ve
alterada, pero sí empujada socialmente un paso adelante.

101. El primer principio es casi una *tautología. Si
una tendencia no fuera estable con respecto a pequeños
cambios, vagaría al azar antes que seguir una dirección
definida; en otras palabras, no sería una tendencia de
periodo largo.

102. SEGUNDO PRINCIPIO. Si se hace un cambio que es lo
suficientemente grande como para alterar permanentemente
una tendencia histórica de periodo largo, eso alterará
la sociedad en su conjunto. En otras palabras, una
sociedad es un sistema en que todas sus partes están
interrelacionadas, y no puedes cambiar permanentemente
ninguna parte importante sin cambiar también todas
las otras.

103. TERCER PRINCIPIO. Si se hace un cambio que es lo
suficientemente grande como para alterar permanentemente
una tendencia de periodo largo, entonces las consecuencias
para la sociedad como conjunto no pueden predecirse de
antemano. (A no ser que varias sociedades hayan pasado
a través del mismo cambio y hayan experimentado todas
las mismas consecuencias, en tal caso uno, puede predecir
en terrenos empíricos que otra sociedad que pase por el
mismo cambio probablemente experimentará consecuencias
similares).

104. CUARTO PRINCIPIO. Un nuevo tipo de sociedad no se
puede diseñar en el papel. Esto es, no puedes planear un
nuevo tipo de sociedad por adelantado, entonces construirla
y esperar que funcione para lo que se ha diseñado.

105. El tercer y el cuarto principio resultan de la
complejidad de las sociedades humanas. Un cambio en el
comportamiento humano afectará a la economía de una
sociedad y a su medio físico; la econo-mía afectará
el medio y viceversa, y los cambios en la economía y el
medio afectarán al comportamiento humano de una manera
compleja e imprevisible. La red de causas y efectos es
demasiado compleja para ser desenmarañada y entendida.

106. QUINTO PRINCIPIO. La gente no elige conscientemente
y racionalmente la forma de su sociedad. Las sociedades
se desarrollan a través del proceso de evolución social
que no está bajo el control racional humano.

107. El quinto principio es una consecuencia de los
otros cuatro.

108. Como ilustración: por el primer principio, hablando
en general, una tentativa de reforma social actúa en la
dirección en que la sociedad se está desarrollando de
todas maneras (así que simplemente acelera el cambio que
hubiera ocurrido en cualquier caso) pues de otro modo sólo
tiene un efecto transitorio, de modo que la sociedad pronto
volverá a su vieja rutina. Para hacer un cambio duradero
en la dirección del desarrollo de cualquier aspecto
importante de una sociedad, la reforma es insuficiente
y se requiere una revolución. (La cual no envuelve
necesariamente un levantamiento armado o el derribo de un
gobierno). Por el segundo principio, una revolución nunca
cambia sólo un aspecto de una sociedad; y por el tercer
principio el cambio que ocurre no hubiera sido esperado o
deseado por los revolucionarios. Por el cuarto principio,
cuando los revolucionarios o utópicos organizan una nueva
clase de sociedad, nunca funciona como la planearon.

109. La Revolución americana no nos proporciona un
contraejemplo. La «Revolución» americana no fue una
revolución en nuestro sentido de la palabra, sino una
guerra de independencia seguida de, más bien, una reforma
política de mucha extensión. Los Padres Fundadores no
cambiaron la dirección del desarrollo de la sociedad
americana, tampoco aspiraron a hacerlo. Sólo liberaron el
desarrollo de la sociedad americana del efecto retardante
del gobierno británico. Su reforma política no cambió
ninguna tendencia básica, sólo impulsó la cultura
política americana a lo largo de su dirección natural de
desarrollo. La sociedad británica, de la cual la sociedad
americana era un retoño, se estuvo moviendo bastante
tiempo en la dirección de la democracia representativa. Y
antes de la Guerra de la Independencia los americanos
estaban ya practicando en un grado significativo ésta
en las asambleas de las colonias. El sistema político
establecido por la Constitución fue modelado en el
sistema británico y en las asambleas coloniales, con
mayor alteración, para estar seguro-no hay duda de que
los Padres Fundadores subieron un escalón importante. Pero
era un escalón a lo largo del camino que el mundo de habla
inglesa estaba ya haciendo. La prueba es que Gran Bretaña
y sus colonias que estaban pobladas predominantemente por
gente de descendencia británica terminaron con sistemas
de democracia representativa esencialmente similares a los
Estados Unidos. Si los Padres Fundadores hubieran perdido
su valor y hubieran rechazado la firma de la Declaración
de Independencia, nuestra forma de vida hoy no hubiera
sido significativamente diferente. Igual hubiéramos
tenido algunos lazos más estrechos con Gran Bretaña,
y hubiéramos tenido Parlamento y Primer Ministro en vez
de Congreso y Presidente. Ningún gran cambio. Así la
Revolución americana no nos proporciona un contraejemplo
para nuestros principios pero sí una buena ilustración
de ellos.

110. No obstante, uno tiene que usar el sentido común
en la aplicación de los principios. Están expresados
en un lenguaje impreciso que permite amplitud para
la interpretación y se pueden encontrar excepciones a
ellos. Así que los presentamos no como normas inviolables
sino como reglas sencillas, o guías para pensar, que
pueden proporcionar un antídoto parcial a las ideas
ingenuas a cerca del futuro de la sociedad. Los principios
deben estar constantemente en la mente, y cuando quiera
que uno alcance una conclusión que entre en conflicto con
ellos uno debe reexaminar cuidadosamente su pensamiento
y sólo retener la conclusión si tiene buenas y sólidas
razones para hacerlo.