## DIAGRAMA ORIGEN DE LOS PROBLEMAS SOCIALES

45. Cualquiera de los síntomas precedentes pueden ocurrir
en cualquier sociedad, pero en la sociedad industrial
moderna están presentes en una escala masiva. No somos
los primeros en mencionar que hoy el mundo parece estar
volviéndose loco. Esta clase de cosas no son normales en
sociedades humanas. Hay buenas razones para creer que el
hombre primitivo sufría menos tensión y frustración
y estaba más satisfecho con su forma de vida de lo que
está el hombre moderno. Es cierto que en las sociedades
primitivas no todo era un camino de rosas. El abuso a las
mujeres era común entre los aborígenes australianos, la
transexualidad era bastante común entre algunas tribus de
los indios americanos. Pero parece que HABLANDO EN GENERAL
la clase de problemas que hemos nombrado en el párrafo
precedente eran mucho menos comunes entre las personas
primitivas de lo que lo son en la sociedad moderna.

46. Atribuimos los problemas sociales y psicológicos de la
sociedad moderna al hecho de que esta requiere gente que
viva bajo condiciones radicalmente diferentes de aquellas
bajo las cuales la raza humana se desarrolló y a maneras
de comportarse que entran en conflicto con los patrones
de comportamiento que desarrollaba mientras vivía bajo
las condiciones iniciales. Queda claro por lo que ya
hemos escrito que consideramos la falta de oportunidad
de experimentar propiamente el proceso de poder como la
más importante de las condiciones anormales a la que
la sociedad moderna somete a la gente. Pero no es la
única. Antes de proceder con el colapso del proceso de
poder como el origen de los problemas sociales discutiremos
algunos de los otros orígenes.

47. Entre las condiciones anormales presentes en la
sociedad industrial moderna están la excesiva densidad
de población, el aislamiento del hombre de la naturaleza,
la excesiva rapidez del cambio social y el colapso de las
comunidades naturales de pequeña escala tales como la
familia prolongada, el pueblo o la tribu..

48. Es bien sabido que el hacinamiento incrementa la
tensión y la agresión. El grado de hacinamiento que
existe hoy y el aislamiento del hombre de la naturaleza
son consecuencias del proceso tecnológico. Todas
las sociedades preindustriales eran predominantemente
rurales. La Revolución Industrial incrementó bastante las
medidas de las ciudades y la proporción de los habitantes
que en ellas vivían y la tecnología agrícola moderna
ha hecho posible para la tierra soportar una densidad de
población mayor de la que nunca hubo antes. (Además,
la tecnología ha agravado los efectos del hacinamiento
porque pone poderes desorganizadores incrementados en las
manos de la gente. Por ejemplo, una variedad de aparato
que haga ruido: un segador potente, radios, motocicletas,
etc. Si el uso de estos aparatos no está restringido,
la gente que quiere paz y silencio está frustrada por el
ruido. Si el uso está restringido, la gente que usa los
aparatos está defraudada por las regulaciones. Pero si
estas máquinas no hubieran sido inventadas nunca hubiera
habido conflicto y frustración generado por ellas).

49. Para las sociedades primitivas el mundo natural (que
normalmente cambiaba sólo despacio) proporcionaba un
armazón estable y por eso una sensación de seguridad. En
el mundo moderno es la sociedad humana la que domina
la naturaleza al contrario que antes, y la sociedad
moderna se transforma muy rápidamente debido al cambio
tecnológico. Así que no hay un armazón estable.

50. ¡Los conservadores son unos mentecatos! Se quejan de
la decadencia de los valores tradicionales y sin embargo
soportan con entusiasmo el progreso tecnológico y el
crecimiento económico. Aparentemente nunca se les ha
ocurrido que no puedes hacer cambios rápidos y drásticos
en la tecnología y en la economía de la sociedad sin
causar cambios rápidos en todos los otros aspectos de
esta, y que esos cambios rápidos inevitablemente rompen
los valores tradicionales.

51. La descomposición de los valores tradicionales a
cierto alcance implica la descomposición de los huesos que
sujetan juntos los grupos sociales de pequeña escala. La
desintegración de estos grupos está también promovida
por el hecho de que las condiciones modernas muchas
veces requieren o seducen a las personas a moverse a una
ubicación nueva, separándolas de sus comunidades. Más
allá de eso, una sociedad tecnológica TIENE QUE
debilitar los lazos familiares y las comunidades locales
si quiere funcionar eficazmente. En la sociedad moderna
la fidelidad personal debe ser primero al sistema y sólo
secundariamente a una comunidad de pequeña escala, porque
si la fidelidad interna a las comunidades de pequeña
escala fuera más fuerte que la fidelidad al sistema,
estas comunidades perseguirían su propio provecho a
expensas del sistema.

52. Supongamos que un funcionario público o un ejecutivo
de una corporación nombra a su primo, a su mejor amigo o
a su correligionario para una posición antes que nombrar a
una persona mejor cualificada para el trabajo. Ha permitido
que la fidelidad personal reemplace su fidelidad por el
sistema, y eso es «nepotismo» o «discriminación»,
pecados terribles en la sociedad moderna. Será que
las sociedades industriales han hecho un trabajo pobre
de subordinación de la fidelidad personal o local a
la fidelidad al sistema, ya que son normalmente muy
ineficientes. (Mira América Latina). Así una sociedad
industrial avanzada sólo puede tolerar esas comunidades
de pequeña escala que estén castradas, domesticadas y
convertidas en herramientas del sistema. Una excepción
parcial se puede hacer con unos pocos grupos cerrados
y pasivos, tales como los *Amish, los cuales tienen
pocas consecuencias en la sociedad lejana. Aparte de
estos, hoy en día existen en América algunas otras
comunidades de pequeña escala genuinas. Por ejemplo,
pandillas de jóvenes y «cultos». Todo el mundo los
considera peligrosos, y lo son, porque los miembros de
estos grupos primeramente son leales los unos a los
otros antes que al sistema, por tanto éste no los puede
controlar. O consideremos a los gitanos. Estos comúnmente
escapan con el robo y el fraude porque sus lealtades son
tales que siempre pueden conseguir otros gitanos para
dar testimonio que «pruebe» su inocencia. Obviamente el
sistema estaría en un serio problema si demasiada gente
perteneciera a tales grupos. Algunos de los pensadores
chinos de principios del siglo XX que estaban interesados
en la modernización de China reconocieron la necesidad
de acabar con los grupos sociales de pequeña escala
tales como la familia: «(Según Sun Yat-sen) La gente
china necesitaba una nueva oleada de patriotismo, la
cual dejaría transferir la lealtad de la familia al
Estado... (Según Li Huang) los apegos tradicionales,
particularmente a la familia, tenían que ser abandonados,
si el nacionalismo debía desarrollarse en China.»
(Chester C. Tan, «Pensamiento Político Chino en el Siglo
Veinte», página 125, página 297).

53. El hacinamiento, el cambio rápido y la descomposición
de las comunidades han sido ampliamente reconocidos como
orígenes de los problemas sociales, pero no creemos
que sean suficiente para relacionar la amplitud de los
problemas que hoy vemos.

54. Unas pocas ciudades preindustriales eran muy grandes y
hacinadas, sin embargo sus habitantes no parecían sufrir
problemas psicológicos en la misma extensión que el
hombre moderno. Hoy todavía hay en América áreas rurales
que no están hacinadas, y encontramos allí los mismos
problemas que en las áreas urbanas, aunque tienden a ser
menos agudos en las áreas rurales. Así el hacinamiento
no parece ser el factor decisivo.

55. En la edad de crecimiento de la frontera Americana
durante el siglo XIX, la movilidad de la población
probablemente se rompió, familias prolongadas y grupos
sociales de pequeña escala, hasta al menos la misma
amplitud que lo están hoy. De hecho, algunas familias
nucleares eligen vivir aisladas, sin tener vecinos en
varias millas, sin pertenecer a ninguna comunidad; sin
embargo, no parecen haber desarrollado como resultado
ningún problema.

56. Además, el cambio en la frontera americana fue muy
rápido y profundo. Un hombre pudo nacer y crecer en
una barraca de madera, fuera del alcance de la ley y el
orden y alimentarse largamente con carne salvaje; y cuando
llegase a viejo podía estar trabajando metódicamente y
viviendo en una comunidad ordenada con ejecución efectiva
de las leyes. Éste fue el profundo cambio que típicamente
ocurrió en la vida de una persona moderna, sin embargo,
no parece haber conducido a problemas psicológicos. De
hecho, en el siglo XIX la sociedad americana tenía
un tono optimista y de autoconfianza, completamente
diferente que en la sociedad actual. Sí, sabemos que la
América del siglo XIX tenía sus problemas, y serios,
pero la necesidad de ser breves nos obliga a expresarnos
en términos simples.

57. Argumentamos que la diferencia es que el hombre moderno
tiene la sensación (largamente justificada) de que el
cambio se le IMPONE, mientras que el hombre de la frontera
del siglo XIX tenía la sensación (también largamente
justificada) de que creó el cambio por sí mismo, por su
propia elección. Así el pionero arraigado en un pedazo
de tierra bajo su propia elección y convirtiéndolo
en granja por su propio esfuerzo. En aquellos días un
condado entero podía tener sólo unos cuantos cientos
de habitantes y estaba mucho más aislado y tenía más
entidad autónoma que un condado moderno. Por tanto el
pionero dedicado a la granja participaba como miembro
de un grupo relativamente pequeño en la creación de
una comunidad nueva y moderna. Uno puede preguntar con
acierto si la creación de esta comunidad fue una mejora,
pero en todo caso satisfacía la necesidad de los pioneros
por el proceso de poder.

58. Sería posible dar otros ejemplos de sociedades en
las que haya habido cambios rápidos y/o falta de lazos
estrechos entre comunidades sin la clase de conducta
masiva aberrante que vemos en la sociedad industrial
actual. Afirmamos que la causa más importante de
los problemas sociales y psicológicos en la sociedad
moderna es el hecho de que la gente no tiene suficientes
oportunidades de atravesar el proceso de poder de
una forma normal. No queremos decir que la sociedad
moderna es la única en la que el proceso de poder ha
sido desorganizado. Probablemente muchas si no todas las
sociedades civilizadas han interferido en el proceso de
poder con una mayor o menor extensión. Pero en la sociedad
industrial moderna el problema se ha hecho particularmente
agudo. El izquierdismo al menos en su forma reciente (de
mitad hasta finales del siglo XX), es en parte un síntoma
de la privación con respecto al proceso de poder.