(C) OpenDemocracy
This story was originally published by OpenDemocracy and is unaltered.
. . . . . . . . . .
uruguay-adolescentes-inau-madres-bebés-muerte-súbita-derechos-explotación-sexual-violencia [1]
[]
Date: 2025-01
Casi un año después del asesinato de Kiara, a comienzos de febrero de 2023, Jéssica, de 17 años y residente en Amatista, acusó a Rodríguez de abuso en un mensaje escrito en su estado de WhatsApp. “Sergio por el abuso a las menores vas a morir”, y “Abusan de las menores en INAU Amatista”, escribió Jéssica, madre de un bebé y de un niño pequeño. Rodríguez la denunció a la policía por difamación e injurias y avisó a las autoridades del INAU, según se narra en el expediente administrativo del caso. Mientras tanto, la asistente social del centro increpaba a Jéssica..
“La forma de abordar la situación fue bastante violenta, acusando a la joven de que iba a romper una familia y remarcándole el daño que estaba haciendo al adulto”, dijo a democraciaAbierta una educadora. El 10 de febrero de 2023, Jéssica se fue de Amatista con sus dos hijos y no regresó.
El INAU decidió entonces separar a Rodríguez de la dirección del hogar, y lo envió a realizar tareas administrativas. En abril de 2023, Correa archivó el caso, alegando que “no surgió prueba” del presunto abuso, y permitió a Rodríguez volver a tener trato con menores. Poco después, le encomendó dirigir el centro Magnolia, cuatro kilómetros al norte del Parque Rodó, al que llegan las jóvenes que van a vivir en hogares del INAU en Montevideo.
En julio, Jéssica llegó a Magnolia buscando refugio, porque ya no figuraba en el padrón de Amatista. Allí se decidió derivarla a un hogar para mujeres adolescentes e internar a sus hijos en un hogar infantil, dijeron fuentes cercanas al caso.
El abogado de la división jurídica que analizó las actuaciones por el abuso denunciado en Amatista, concluyó en septiembre de 2023 que hubo “irregularidades” en los procedimientos para investigar la conducta de Rodríguez, y pidió que se denunciara el supuesto abuso a la justicia, según el expediente del caso. Además, encomendó evaluar el perfil psico-laboral de Rodríguez. La evaluación, en diciembre de 2023, fue tajante: “No se ajusta a la tarea de trato directo” con niños, niñas y adolescentes.
Sin embargo, un mes después, la directora de los hogares de protección 24 horas de Montevideo, Capillera, ascendió a Rodríguez a director del programa de infancia, a cargo de implementar y supervisar las políticas de protección, prevención y asistencia a niñas y niños del departamento, donde vive el 17% de la población infantil del país.
democraciaAbierta habló por teléfono con Rodríguez para pedirle una entrevista sobre las denuncias en su contra. Él nos pidió que enviáramos las preguntas a su correo electrónico laboral, pero nunca respondió.
Mientras transcurría la investigación administrativa de Rodríguez, Mariana Oliveri se hizo cargo de dirigir Amatista. Poco después fue denunciada ante la Comisión de Acoso Laboral del INAU por las educadoras, por presunto maltrato al equipo de territorio. Oliveri fue separada del cargo en julio de 2023 y pasó a trabajar como coordinadora general en Magnolia, junto a Rodríguez. Después estuvo de licencia, y en 2024 renunció. Oliveri no respondió nuestros mensajes ni llamadas.
Omisiones y violencia
Algunas educadoras de Amatista renunciaron a sus puestos ante la falta de reacción de las autoridades. Otras continuaron trabajando en el hogar, mientras Silvia Cedrés, la nueva directora que reemplazó a Oliveri, “terminó de desmantelar” el equipo de territorio, según dijeron las educadoras y corroboró la INDDHH en su informe de febrero de 2024. “Vamos de mal en peor”, dijo una de ellas.
Cedrés, que ingresó al INAU como cuidadora y en 2010 obtuvo el cargo de educadora, asumió como directora de Amatista en junio de 2023, con Desire Bell como subdirectora.
Comedor del hogar Amatista | Cortesía de trabajadoras de Amatista
Ante la persistencia del mal funcionamiento del centro, algunas trabajadoras presentaron, entre diciembre de 2023 y agosto de 2024, tres denuncias ante la INDDHH, la directora de protección de 24 horas Capillera, y el directorio del INAU.
“No se trata de encontrar un chivo expiatorio o un culpable, sino de mostrar cómo la responsabilidad se va diluyendo y no pasa nada, incluso ante situaciones gravísimas”, dijo una de las denunciantes a democraciaAbierta.
En la investigación iniciada por el INAU a partir de estas tres denuncias se afirma que Cedrés y Bell no usaban el sistema informático oficial porque no sabían cómo hacerlo, y tenían un “enfoque punitivo” hacia las jóvenes. “No hay un abordaje técnico, sino gritos y la anulación de la adolescencia de las jóvenes que son madres”, se lee en el expediente administrativo.
Una de esas tres denuncias, anónima, describe 17 situaciones en las que Cedrés y Bell actuaron supuestamente de forma indebida. democraciaAbierta reconstruyó una parte, revisando las acusaciones y documentos oficiales y entrevistando a educadoras. Este artículo describe las situaciones de cinco jóvenes: Gabriela, Victoria, Josefina, Andrea y Micaela.
Otra muerte súbita
Gabriela, de 14 años, llegó a Amatista en marzo de 2024 junto a su bebé recién nacida. Sufría violencia doméstica y no tenía condiciones para vivir en casa de su madre. Antes de cumplir dos meses en el hogar, Cedrés las envió de regreso a la casa materna, porque la convivencia de Gabriela con otras jóvenes no era buena y había tenido una pelea. La directora no tomó ninguna medida para observar el contexto familiar al que Gabriela volvía. Unos meses después, el 9 de junio, la bebé falleció de muerte súbita.
“Podría haber pasado en el hogar, pero pasó afuera, como las otras”, dijo una educadora en referencia al fallecimiento del otro bebé en 2021, y al asesinato de Kiara.
En el velorio, Cedrés le dijo a Gabriela que no volvería a Amatista. “Ya no sos madre”, alegó. Poco después, la adolescente intentó quitarse la vida, e incluso volvió a Amatista pidiendo el reingreso. Como no podía vivir con su madre, estaba en la calle y consumiendo droga, según testimonios de las educadoras y las denuncias presentadas.
“Cedrés se desesperó. En vez de calmarla, le decía que ahí no podía estar y delante de ella empezó a llamar a las autoridades para ver qué hacer. Fue terrorífico”, dijo una educadora. Gabriela pasó esa noche en otro hogar; luego la derivaron a otro centro, donde, según otra educadora, “sigue en una situación de vulneración altísima”.
Baño del hogar Amatista | Cortesía de trabajadoras de Amatista
Victoria, de 18 años, decidió abortar este año en el centro Amatista donde vivía, luego de las consultas médicas correspondientes en las que obtuvo los fármacos necesarios. Cedrés y Bell se negaron inicialmente a que tomara las píldoras en el centro – en Uruguay, los abortos sin cuadros complicados se realizan en domicilio con un control médico posterior. Finalmente la joven pudo completar el procedimiento en el centro, pero sin apoyo, información ni acompañamiento por parte de la dirección.
“Si ella [Victoria] no nos hubiera dicho, la gente que tomaba turno en la noche no iba a saber qué estaba pasando ni qué hacer ante un sangrado o cualquier otra situación que pudiera desatarse”, dijo una educadora. “Encima [Cedrés y Bell] le pidieron que fuera agradecida por todo lo que se estaba haciendo por ella”, agregó.
[END]
---
[1] Url:
https://www.opendemocracy.net/es/uruguay-calamidades-e-incompetencia-en-hogar-estatal-para-adolescentes-madres/
Published and (C) by OpenDemocracy
Content appears here under this condition or license: Creative Commons CC BY-ND 4.0.
via Magical.Fish Gopher News Feeds:
gopher://magical.fish/1/feeds/news/opendemocracy/