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El oleoducto y la protesta: Patience Nabukalu y la lucha liderada por los jóvenes por la justicia climática en África oriental [1]
['Guest Contributor']
Date: 2025-06-02
Por Jacob Weissman
En el corazón de África oriental, donde el fértil campo verde de Uganda se encuentra con el espíritu resiliente de su gente, se libra una batalla… No de armas ni ejércitos, sino de resistencia, fortaleza y voces que se niegan a ser silenciadas. En el centro de esta lucha está Patience Nabukalu, activista climática ugandesa de 27 años, cuya dedicación a la justicia ambiental se ha convertido en un poderoso símbolo de la resistencia liderada por jóvenes frente al Oleoducto de Crudo de África Oriental (EACOP).
El controvertido oleoducto
El EACOP, controvertido proyecto de 5000 millones de dólares, está a punto de convertirse en el oleoducto con calefacción más largo del mundo, con una extensión de 1443 kilómetros (896.64 millas) desde los campos petrolíferos del oeste de Uganda hasta el puerto tanzano de Tanga. Lo está construyendo un consorcio liderado por la gigante petrolera francesa TotalEnergies y la Corporación Nacional de Petróleo Offshore de China, con el respaldo de los Gobiernos de Uganda y Tanzania. El oleoducto está diseñado para transportar 216 000 barriles de petróleo crudo al día, atravesará más de 400 aldeas lo que representará amenazas importantes para sistemas hídricos, tierras agrícolas y vías de paso de los animales silvestres.
La oposición al EACOP ha crecido tanto en intensidad como en alcance. Expertos ambientales advierten del potencial de que el oleoducto emita hasta 379 millones de toneladas métricas de CO durante sus 25 años de vida; más incluso que las emisiones anuales de algunos países industrializados. La ruta del oleoducto también atraviesa zonas ecológicamente sensibles, incluido el parque nacional de las cataratas Murchison y la cuenca del lago Victoria, donde viven decenas de millones de personas que dependen de estas zonas para agua potable y agricultura.
Trabajo y motivación de Patience Nabukalu
Para Patience, estas no son problemas abstractos; son realidades vividas. Creció siendo testigo de la degradación de los recursos naturales de su comunidad y sintió el peso de la inacción frente al cambio climático desde muy joven. Como respuesta, se ha convertido en una voz poderosa dentro del movimiento Fridays for Future, inspirado por Greta Thunberg pero firmemente arraigada en el contexto de la mayoría global. Su activismo combina un conocimiento local profundo con una perspectiva global, y se ha convertido en una figura imprescindible en la resistencia climática de Uganda.
El trabajo de Patience con grupos como Fridays for Future Uganda y el movimiento Rise Up la ha llevado a organizar protestas, dar charlas públicas y participar en colaboraciones transfronterizas. Uno de sus objetivos principales es dar a conocer el costo humano del desarrollo de los combustibles fósiles en África; un costo que, con demasiada frecuencia se ignora en las salas de juntas de los países en desarrollo. En Uganda, el activismo tiene riesgos. A los manifestantes pacíficos por el clima los han arrestado, acosado e incluso golpeado. La estrecha alianza del Gobierno con los intereses petroleros significa que la disidencia no siempre se tolera.
Ganar impulso internacional por el trabajo de activismo climático
A pesar de esto, Patience se niega a quedarse callada. Llevó su mensaje al escenario internacional, tras participar en conferencias climáticas como la COP26 y COP27, ocasiones en las que dio poderosos discursos sobre las realidades a las que comunidades como la suya enfrentan. «Creo en el poder de la gente», dijo.
We want solutions, not promises. We want implementations, not pledges.
Queremos soluciones, no promesas. Queremos implementaciones, no símbolos.
Sus discursos se caracterizan por una inusual combinación de autenticidad personal y claridad estratégica. En lugar de reaccionar ante las crisis, Patience y sus compañeras activistas están replanteando la conversación sobre el cambio climático. Enfatizan la injusticia de que los países que menos contribuyen a las emisiones globales sean los más vulnerables a sus consecuencias. Para Patience, la acción climática debe ir de la mano con la equidad, los derechos sobre la tierra y la responsabilidad democrática.
Mediante su participación en Young Planet Leaders y otras coaliciones juveniles, Patience forma parte de una creciente ola de activistas que resisten proyectos dañinos como el EACOP, y que además proponen futuros alternativos. Estos jóvenes líderes están utilizando la tecnología, la narración de historias y la acción directa no violenta para cambiar la narrativa y movilizar apoyo. No están esperando permiso para liderar, ya están liderando.
La campaña contra el EACOP, organizada en parte bajo el lema #StopEACOP [alto al EACOP], también ha ganado fuerza a nivel internacional. ONG del ambiente, expertos legales y organizaciones religiosas han unido fuerzas para desafiar el proyecto en tribunales, presionar a instituciones financieras y aumentar la conciencia global. Más de 20 bancos y compañías de seguros ya han descartado financiar el oleoducto por al riesgo su reputación y a los problemas climáticos. Sin embargo, el proyecto sigue adelante, respaldado por el apoyo estatal y nuevos financiadores de China y Medio Oriente.
Red de incertidumbre
Mientras tanto, en Uganda y Tanzania, muchos aldeanos siguen atrapado en una red de incertidumbre. Algunos ya han sido desplazados o han perdido sus tierras agrícolas por el oleoducto. Otros viven con el temor de lo que está por venir. Aunque se prometió una compensación a quienes perdieron sus tierras, esto se retrasado, y algunas comunidades informan de falta de transparencia y resolución. Es en estos espacios vulnerables donde activistas como Patience realizan su trabajo más vital de educar, organizar y dar voz a quienes han sido marginados.
Su historia forma parte de un cambio mayor; un levantamiento generacional basado en el amor por la Tierra y la rabia frente a la explotación de su gente. Los movimientos juveniles en la mayoría global están definiendo cada vez más el futuro del activismo climático, no como víctimas ni actores secundarios, sino como protagonistas. Enfrentan la dependencia de los combustibles fósiles, y el legado del colonialismo, el capitalismo extractivo y la represión política.
La lucha contra el Oleoducto de Crudo de África oriental es emblemática de un cálculo global más grande. Obliga a la sociedad a preguntarse: ¿quién paga el precio del progreso? ¿Quién decide cómo debe lucir el desarrollo? Y ¿podemos realmente hablar de soluciones climáticas sin escuchar a quienes están en primera línea?
Mientras el mundo lucha contra la acelerada emergencia climática, personas como Patience Nabukalu ofrecen crítica, y también visión. Su liderazgo es un recordatorio de que otro mundo es posible; y que se está peleando ahora mismo, con valentía, claridad y una determinación sin límites.
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[1] Url:
https://es.globalvoices.org/2025/06/02/el-oleoducto-y-la-protesta-patience-nabukalu-y-la-lucha-liderada-por-los-jovenes-por-la-justicia-climatica-en-africa-oriental/
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