La maniobra de alejamiento de la zona de combate se ha
completado sin incidentes dignos de mención. La decisión se
alcanzó con dificultad en lo emocional pero con determinación en
el plano teórico. La misión principal de esta nave es la de
exploración y el fomento de la paz, la ciencia y la benevolencia.
Entrar en guerra con Fuego, una especie alienígena, incluso
respondiendo a su actividad criminal contra esta nave y su
tripulación, se compadece muy mal con nuestro objetivo principal.
Si la respuesta de la Humanidad ha de ser violenta, deberá ser
conducida por naves como la USFS Roger Chambers.
Nuestro equipo médico y científico ha podido comunicarse,
incluso conversar con las formas de vida de la especie que
denominamos provisionalmente Agua. Nos cuentan, y todos nuestros
datos y observaciones son compatibles con ello, que son
especímenes juveniles de la especie que denominamos Agua. En
una palabra simple pero acaso aventurada: niños.
En cualquier caso los niveles de estrés de nuestros invitados
parecen haber bajado con la misma intensidad con la que nos
alejábamos de Fuego. Nuestra hipótesis de trabajo es, pues, que
Agua está en guerra con Fuego. El equipo de psicología
desaconseja, por el momento, un interrogatorio activo a este
respecto, dejando que sean las formas de vida las que guien la
conversación. Eso limita la velocidad de adquisición de
conocimientos.
Nuestra prioridad a largo plazo debe ser reunirlos con sus
familias, o el equivalente apropiado de su especie. En estos
momento, sin embargo, ni siquiera tenemos referencia de su
sistema de procedencia. Procederemos con cautela.
