The Project Gutenberg EBook of Diario de la expedicion reduccional del ano
1780, mandada practicar por orden del Virey de Buenos Aires, by Francisco Gavino Arias
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Title: Diario de la expedicion reduccional del ano 1780, mandada practicar por orden del Virey de Buenos Aires
Author: Francisco Gavino Arias
Release Date: May 25, 2009 [EBook #28967]
Language: Spanish
Character set encoding: ISO-8859-1
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DIARIO
DE LA
EXPEDICION REDUCCIONAL
DEL AÑO DE 1780,
MANDADA PRACTICAR POR ORDEN
DEL
VIREY DE BUENOS-AIRES,
A CARGO DE SU MINISTRO
D. FRANCISCO GAVINO ARIAS,
CORONEL DEL REGIMIENTO DE CABALLERIA,
SAN FERNANDO.
Primera Edicion.
BUENOS-AIRES.
IMPRENTA DEL ESTADO.
1837.
[Nota del transcriptor:
En esta edición se han mantenido las convenciones ortográficas del
original. Los errores tipográficos y las palabras mencionadas en fe
de erratas están acompañados de una [Nota del transcriptor] con la
versión corregida.]
DISCURSO PRELIMINAR
AL
DIARIO DE ARIAS.
Este diario es un apéndice à otro que tambien forma parte del presente
volumen. Despues de la muerte de Matorras se estableció en la provincia
de Tucuman una junta, llamada reduccional, ó _de Propaganda Fide_, con
el objeto de llevar al cabo los tratados celebrados por aquel
gobernador. Por una singular coincidencia habian dejado de existir los
personages principales de estos ajustes, sin que se entibiára el celo de
sus sucesores, sobre todo por parte de los indios, que en esta ocasion
acreditaron mas lealtead [Nota del transcriptor: lealtad] y constancia
que los Españoles. Arias y Cantillana, que defendian en la junta los
intereses del fisco, recelosos de que se malográra la empresa,
sostuvieron que podia intentarse con cincuenta hombres y 15,000 pesos,
desechando como exagerados los cálculos de los que pedian 200 hombres y
35,000 pesos fuertes. En estas y otras incidencias se pasaron cerca de
cinco años, alcanzando por último la aprobacion del Virey al plan
proyectado.
Entretanto habian llegado á Salta los caciques de los Mocobís y de los
Tobas, á participar la muerte de Paikin, y á traer el baston con puño de
oro, que le habia entregado el Gobernador Matorras, y que devolvia la
viuda por ser de menor edad los hijos y herederos del _Gran Caporal_.
Los PP. Antonio Lapa y José Bernardo de Sena, curas y misioneros de las
reducciones del Salado, fueron encargados de anunciar á los indios la
nueva expedicion, que se aprestaba en Salta á las órdenes del coronel D.
Francisco Gavino de Arias. El segundo de estos religiosos se ahogó en
el tránsito, el otro llegó felizmente á Lacangayé, donde permanecio tres
meses en rehenes, aguardando el regreso de Queyaverí y demas caciques.
Observador diligente de la naturaleza, el P. Lapa nos ha transmitido
varios rasgos de las costumbres salvages de los indios en sus diarios
ineditos. Escogeremos uno que tiene todo el mérito de la originalidad.
Hallábase un dia el Misionero conversando con los caciques Lachiriguin y
Lachiquitin, cuando sobrevino un indio para avisarles que habia
aparecido el pajarito _ytiminí_, lo que indicaba que Queyaverí estaba de
vuelta. Otro adivino confirmó este anuncio, y añadió que el cacique
venia por el camino de abajo de la _Encrucijada de Macomita_. El Padre
Lapa se empeñó en desmentir estos pronósticos, y lo hizo con todo el
fervor que inspira una creencia supersticiosa. Pero, ¿cual no seria su
sorpresa, cuando supo que ambos se habian verificado?
Volvia Queyaverí lleno de confianza en las promesas que habia recibido;
y efectivamente nada se omitió para halagarle. A su llegada á Salta se
le hospedó con su séquito en el Colegio que fué de los PP. Jesuitas, y
se convocó el Cabildo á un parlamento que se celebró el dia 30 de julio
de 1776 en la misma casa del gobierno. Todo cuanto podia contribuir á
dar realce á este acto, fué puesto en obra por el Gobernador que debia
presidirlo. Concurrieron los miembros del Cabildo, el Procurador General
de la ciudad, el Protector de los naturales, y varios caciques amigos
con sus respectivos interpretes. Fueron introducidos los indios como si
fueran embajadores, y despues de las formalidades de estilo, se les
preguntó "si tenian entendido que las tierras del Gran Chaco pertenecian
al Rey?" A lo que contestaron los caciques, con una especie de ironia,
"que ya habian oido decir que _sus tierras_ eran del Rey."
Estos preliminares á nada mas condugeron que á una promesa de enviar
otra fuerza al mando de Arias, cuyo nombre no les era desconocido. Pero,
á pesar de la proteccion que le dispensaba el gobierno, y de la simpatia
que encontraba en el público, tuvo este gefe que diferir su salida hasta
la primavera de 1780. El precursor de esta empresa fué el mismo P. Lapa,
que desde la expedicion de Matorras habia entrado en relaciones
amistosas con los indios. Este infatigable misionero volvia por tercera
vez á las reducciones del Bermejo, librado á la buena fé y hospitalidad
de sus moradores; y llegó dia en que, cercado de pantanos, vió
desaparecer hasta los escasos alimentos que le proporcionaban los
bosques. Es preciso leer sus diarios para tener una idea de sus
padecimientos. Importa tambien estudiarlos para rectificar un error que
se advierte en algunos mapas del Chaco, y como es probable que no
volveremos mas sobre esta materia, entresacaremos de los papeles
inéditos del P. Lapa lo que puede contribuir á ilustrarla.
La extension de la _Senda de Macomita_, desde la Reduccion de Macapillo
hasta las orillas del Bermejo, es de 71 leguas, á saber:
De Macapillo á _Usilasque_[1] (pozo del chañar) 5 leguas
al _Paso de Toleche_ 6
á _Piave_ 19
á _Malaque_ (pozo de Juan Tomas) 15
á _Taslac_ (pozo grande) 6
á _Aquelec_ (pozo del cimbol) 5
á _Macomita_ (orilla de las aguas grandes) 15
----
71
[Nota 1: Estos nombres pueden servir á dar alguna idea del idioma
_mocobí_, uno de los mas desconocidos del Chaco.]
Costeando el rio, aguas abajo, llegó á Lacangayé, que segun sus
cálculos, dista 94 de la _Puerta de Macomita_, á saber:
De Macomita á _Yuisma_ (laguna del pescado) 18
á _Opathole_ (donde murió la india moza) 12
á _Casopelie_ (tren de los Españoles[2]) 24
á _Ymagaye_ (laguna seca) 12
á _Tupaquesinsinit_ (lugar de las grietas pequeñas) 15
á la Rancheria de Lachiquitin 4
á _Lacangayé_, ó rancheria de Queyaverí 5
----
94
[Nota 2: _Tren de Espinosa_ de los otros mapas.]
Estos cómputos pueden ser inexactos, porque, segun se expresa el P.
Lapa, "los indios no saben lo que es legua, y solo se gobiernan por
lunas, y por dias de camino. Cuentan, por egemplo, cinco dias de
Lacangayé al rio Paraguay, siete hasta Corrientes, diez hasta Santa Fé,
etc.; y cuando la distancia que indican, no llega á enterar un dia de
camino, dicen: "hay cerca esto," y este _cerca_ suele tener á veces mas
de doce leguas."--Al salir de Macapillo la Senda de Macomita pasa por
montes y cañadas, y se dirige al este hasta _Malaque_, desde donde se
inclina al norte hasta el Bermejo.
Arias siguió la [Nota del transcriptor: las] huellas de su predecesor
Matorras, y llegó á Lacangayé al cabo de 66 dias de marcha. Acometido
por una enfermedad grave estuvo á pique de perder la vida en el
desierto; y en este estado lo halló el P. Morillo, á quien se juntó
despues para completar el primer ensayo de navegacion del Bermejo. A no
ser por este incidente, ningun interes tendria para nosotros el presente
diario, cuya parte topográfica no es mas que la repeticion del de
Matorras. Ni creemos que deba darse mucha importancia al plan proyectado
de establecer guardias en las orillas del rio. La experiencia ha
acreditado el carácter docil de los indios del Chaco, que solo resisten
á los que los hostilizan. La construccion de estos fuertes, la presencia
de sus soldados, la ostentacion de la fuerza entre hombres sencillos, y
sumamente celosos de su independencia,--todos estos indicios de una
ocupacion á mano armada de su territorio, obrarian en el sentido
contrario á lo que se espera, y alborotarian á las poblaciones en vez de
atraerlas.
La historia de la conquista del Chaco es una serie contínua de
desaciertos. Sus primeros invasores lo sometieron al sistema de
_repartos_, entregando los indígenas á la inhumanidad de los
encomenderos. Este ensayo tuvo los mas funestos resultados. Dispersó á
los habitantes de la Concepcion, los ahuyentó de Guadalcazar, los diezmó
en Esteco. Ningun pueblo formado en el Chaco sobrevivió á su fundador,
sin que estos desastres hiciesen variar de rumbo para evitarlos. Los
mismo [Nota del transcriptor: mismos] errores que cometió el Adelantado
Vera cuando echó los cimientos de la Concepcion, se repitieron en la
fundacion de Lacangayé. Arias, que tenia á su disposicion todas las
costas del Bermejo, obligó á los indios á establecerse en un rincon
anegadizo entre una laguna y el rio, sin ceder á sus protestaciones, ni
retraerse al oir dar á aquella morada el nombre de _tragadora de la
gente_[3].
[Nota 3: Traduccion literal de la palabra _Lacangayé_ en el idioma
mocobí.]
Su primera idea no fué la de fundar reducciones, sino de atraer á los
indigenas á uno de los terrenos que él poseia en las inmediaciones de
Salta. Los caciques, á quienes hizo este ofrecimiento, tuvieron el buen
sentido de reusarlo, aunque deseáran alejarse del Bermejo. Este proyecto
nada tenia de estraño en aquel tiempo, en que eran frecuentes estas
_migraciones_, y formaban el principal objeto de las empresas
reduccionales. A esta mania se debe la traslacion de los Kilmes á Buenos
Aires, de los Calchaquís á Santa Fé, de los Abipones á Corrientes. Se
trasplantaba á los indios con la esperanza de hacerlos mas dóciles, y lo
único que se conseguia era diezmarlos. Aunque sin apego á sus guaridas,
no podian olvidar sus costumbres, ni aclimatarse bajo otro cielo.
Este deseo de civilizar á los indios era tan antiguo como hereditario en
la familia de Arias. Los historiadores del Chaco ponderan el valor del
Sargento Mayor D. Lorenzo Arias, que fué á auxiliar á algunos misioneros
en tiempo del Gobernador D. Fernando Mendoza Mate de Luna[4]. D. José
Arias Rengel y su hermano D. Felix, padre y tio del autor del presente
diario, figuran con honor en las expediciones anteriores, y al primero
de ellos es debido el descubrimiento de la _Senda de Macomita_ en tiempo
del Gobernador Espinosa Davalos. Estos títulos honoríficos, juntos á una
inmensa fortuna que habia heredado de sus mayores, y al influjo que
egercia en su provincia, por haberla gobernado interinamente, colocaban
á Arias en una de aquellas posiciones privilegiadas, en que las empresas
mas árduas se miran sin trepidacion y con confianza. En este estado
calculó con parsimonia los recursos que se necesitaban para dar impulso
á sus planes. Se arrojó á la conquista del Chaco con cincuenta
milicianos sacados de un regimiento de caballeria que mandaba en Salta,
á los que se incorporaron doce presidarios con otros tantos peones y
seis esclavos, sin contar con mas auxilios que un fondo de quince mil
pesos que le franquearon las cajas municipales de la provincia. Es
verdad que todo estaba dispuesto para recibirle amistosamente: ninguna
oposicion esperimentó en el tránsito, y su campamento de Lacangayé se
llenó de caciques de las tribus mas retiradas. Pero con mas elementos de
fuerza hubiera podido explorar gran parte de la inmensa zona, que yace
desconocida entre el Pilcomayo y el Bermejo, y esta investigacion
hubiera dado un nuevo interes á esta expedicion, y una celebridad
merecida á su caudillo. Ella hubiera, sino completado, al menos
ensanchado considerablemente la esfera de los pocos conocimientos que
tenemos del Chaco, de que apenas se hace mencion en las obras mas
modernas de geografia.
[Nota 4: Véase LOZANO, _Descripcion del Chaco_, pag. 257; y XARQUE,
_Insignes Misioneros de la Compañia de Jesus en la Provincia del
Paraguay_, pag. 407.]
Talvez pasen muchos años antes que se llene este vacio. Ninguno de los
estados fronterizos del Chaco se halla en aptitud de acometer esta
empresa, y mientras prevalezcan los falsos principios de colonizacion,
mas vale que no se realice. En estas cosas, como en otras muchas, el
modelo que debe tenerse presente es el de los Estados Unidos, que en tan
corto periodo ha estendido sus límites hasta los bordes occidentales del
Misourí. Los gefes de las tribus han tratado de la cesion de sus
territorios con la plenitud de sus facultades, y un principio de
civilizacion ha dominado en esos convenios, que nunca han sido violados
por la perfidia. Las razas indigenas se han retirado espontaneamente
ante los sucesores de Penn y de Washington, y leyes justas, costumbres
suaves, y todos los goces de una vida activa y laboriosa, han cambiado
sin esfuerzo la naturaleza de estos hombres salvages, que solo necesitan
de buenos egemplos para salir de su embrutecimiento.
Sin duda las ideas religiosas contribuyen á amansarlos; pero no deben
absorver todos sus instantes, ni distraerlos del trabajo, que es el
motor principal de la perfectibilidad de los hombres. Las platicas, las
psalmodias, los rezos, de que tanto se ocupan los misioneros, forman una
transicion brusca entre los hábitos agrestes y la vida contemplativa; y
sin embargo en estos actos de piedad se entretenian los _conquistadores_
del Chaco, de donde se retiraban satisfechos por haber bautizado á unos
cuantos párvulos. Las dos colonias fundadas por Arias, que debian haber
sido otros tantos focos de actividad y de industria, fueron entregadas
al arcediano Cantillana, hombre virtuoso, pero sin talento, y mas
ocupado de la conversion que de los intereses materiales de sus
neófitos. Pasó inutilmente once años en el desierto, viendo disminuir
diariamente su rebaño, y abandonándolo por fin à dos frailes, en cuyas
manos se dispersó enteramente.
No por esto se dejó de abrumar á la Corte de España. Pero, por mas que
se disfrazasen las miras personales en los informes y proyectos, no se
logró ocultarlas, y el sacrificio estéril que el Gobierno habia hecho de
la valiosa estancia del Rincon de Luna para fomentar las nuevas
poblaciones del Chaco, le hizo cerrar el oido á todas estas solicitudes.
La contestacion que el Ministro Galvez dió à una súplica de Arias, es un
comprobante del descrédito en que habian caido sus promotores, y del que
nunca pudieron levantarse[5]. Este gefe acabó sus dias en el año de
1793, dejando un patrimonio menguado, y una reputacion equívoca.
PEDRO DE ANGELIS.
Buenos Aires, 14 de Diciembre de 1838.
[Nota 5: "Aunque en carta de 30 de junio de 1781, n. 518, recomendó
V. E. la instancia hecha por el coronel de milicias D. Francisco
Gavino de Arias, para que se le concediese el grado de coronel de
ejército, y que se le tuviese presente para el gobierno de Córdova
del Tucuman, cuando llegase el caso de dividirse él de aquella
provincia, no ha venido el Rey en condescender con ninguna de estas
solicitudes. Para esta negativa se funda S. M. en haber llegado á
entender por conducto seguro, que este sugeto es uno de aquellos
que, por medio de proyectos y maquinas fantásticas, procuran
hacerse memorables y distinguidos: que está debiendo crecidas sumas
á varios vecinos, y al ramo de sisa 10,422 pesos; y que el proyecto
de formar las reducciones en el Chaco no ha salido como se quiso
suponer, como así se ha verificado despues de haberse gastado
15,000 pesos inutilmente, cuando pudieran haber salido los indios á
las fronteras, como lo habian ofrecido los caciques.
Todo lo aviso á V. E. para su inteligencia y gobierno en lo que
pueda ocurrir en lo sucesivo."
"Dios guarde á V. E. muchos años."
Aranjuez, 31 de Marzo de 1783.
JOSEPH DE GALVEZ.]
_Fé de erratas del Diario._
_Pág._ 3 _lín._ 17 Córboba --_léase_--Córdoba.
4 " 34 Siena " Sena.
14 " 37 mensages " menages.
26 " 29 Scena " Sena.
_Pág._ 27 _lín._ 29 Scena --_léase_--Sena.
id. " 38 id. " id.
35 " 16 Encárgonos " Encargónos.
40 " 1 Curupayetí " Curupaytí.
CATALOGO DE LAS MISIONES DE INDIOS, FUNDADAS EN EL CHACO DESDE EL AÑO DE
1735 HASTA EL DE 1767[6].
1. _Diócesi y Gobierno del Tucuman._
Nombres de las Lenguas que Años de su Misioneros
poblaciones. hablan. Almas. fundacion. en 1767.
------------------ ------------ ------ ---------- ----------------
San Ignacio de Toba, y 600 1756 { Román Arto.
Ledesma Mataguaya { Francisco Oroño.
San Estevan, } Lule 550 1752 { Joseph Ferragut.
ó Miraflores[7] } { Antonio Moxi.
{ Diego Gonzalez.
Ntra. Señora del } Omohampa 200 1763 { Antonio Garcia.
Buen Consejo, ú } { Roque Gorostiza.
Ortega }
San Juan Bautista, } Isistiné, y } 740 1751 { Luis Olcina.
ó Valbuena[8] } Toquistiné } { Tomás Borrego.
Ntra. Señora de } Pasayna 200 1763 { Joseph Iolis[9].
la Columna, ó } { Miguel Navaz.
Macapillo }
San Joseph, ó } Vilela 656 1735 { Pedro Castro.
Petacas[10] } { Josef Vacher,
coadjutor lego.
2. _Diócesi y Gobierno de Buenos Aires._
Concepcion de } Abipona 400 1749 { Pedro Gandon.
Cayestá[11] } { Alfonso Sanchez.
San Xavier Mocobí 982 1743 { Floriano Pauke.
{ Ramon Termeyer.
San Pedro Id. 150 á 300 1765 { Joseph Lekman.
{ Antonio Bustillo.
San Gerónimo Abipona 823 1748 { Francisco Navalon.
{ Pedro Pol.
San Fernando y } Id. 440 1750 { Joseph Klein.
S. Juan Regis } { Juan Quesada.
3. _Diócesi y Gobierno del Paraguay._
Timbo, ó Rosario, } Abipona 350 1763 { Joseph Brigniel.
y San Cárlos } { Gerónimo Rejon.
San Juan Nepomuceno} Guaná, ó Chaná} 600 1767 { Manuel Duran.
{ Manuel Bertodano.
[Nota 6: Extractado del que publicó el P. Iolis en su Historia del
Chaco.]
[Nota 7: Mision fundada en 1711, y restablecida en 1752.]
[Nota 8: Mision mudada á mejor sitio en 1765.]
[Nota 9: El mismo autor de la Historia del Chaco.]
[Nota 10: Mision mudada á mejor sitio en 1761.]
[Nota 11: Mision mudada á mejor sitio en 1752.]
BIBLIOGRAFIA DEL CHACO[12]
[Nota 12: Para completar las noticias del Chaco, que hemos
procurado reunir en nuestros discursos, nos hemos resuelto á
publicar anticipadamente la lista de los documentos impresos é
inéditos sobre esta provincia, extractándola de la que tenemos
preparada para nuestra _Bibliografia General del Rio de la Plata_.
Las obras que llevan un * son las únicas que faltan á nuestra
coleccion particular.]
PARTE PRIMERA.
OBRAS IMPRESAS.
1. Relacion de la entrada al Chaco de los PP. Diego Ruiz y Juan Antonio
Solinas, en 1683. (En la obra del P. Machoni, titulada: "Las Siete
Estrellas de la Mano de Jesus." Córdoba, 1732, in-4.º, pág. 222.)
2. Machoni (P. Antonio). Arte y vocabulario de la lengua Lule y
Tonocote. Madrid, 1732, in-8.º
3. Lozano (P. Pedro). Descripcion chorográfica del terreno, rios,
árboles y animales de las dilatadísimas provincias del Gran Chaco
Gualamba, y de los ritos y costumbres de las innumerables naciones
bárbaras é infieles que le habitan. Córdoba, 1733, in-4.º, con un mapa
del Chaco.
4. Osorio (P. Gaspar). Relacion del nuevo descubrimiento de las
provincias de Chaco Gualamba, y Llanos de Manso, enviadas al Prepósito
General Muzio Viteleschi. (En la obra precedente, pág. 172.)
5. Matorras (Gerónimo). Diario de la expedicion hecha á los paises del
Gran Chaco en 1774. (En el VI tomo de nuestra Coleccion).
6. Arias (Francisco Gavino). Diario de su expedicion al Gran Chaco en
1780. (_ibid._)
7. Murillo (Fray Francisco). Diario del viage al Rio Bermejo en 1780.
(_ibid._)
8. Cornejo (Juan Adrian Fernandez). Diario de la primera expedicion al
Chaco en 1780. (_ibid._)
9. ---- Expedicion al Chaco por el Rio Bermejo en 1790. (En el IV tomo
de nuestra Coleccion).
10. ---- Descubrimiento de un nuevo camino, desde el Valle de Centa
hasta la villa de Tarija, en 1791. (_ibid._)
11. Dobrizhoffer (Martin). Historia de Abiponibus, equestri,
bellicosaque Paraquariæ natione. Viena, 1784, 3 vol. in-8.º _fig._ (El
Sr. Kreil, profesor de la Universidad de Pest, publicó en el mismo año y
en Viena una version alemana de esta obra, y otra vió la luz en
Inglaterra con el título de--_An account of the Abipones, an equestrian
people of Paraguay_. Londres, 1822, 3 vol. in-8.º)
* 12. Rubin de Celis (Miguel). Memoria sobre el fierro nativo del Gran
Chaco. (En las TRANSACCIONES FILOSOFICAS de Londres de 1788, pág. 37)
13. Otra sobre el mismo asunto. (En la ABEJA ARGENTINA. Buenos Aires,
1822, pág. 278.)
* 14. Solis (Ab. Joseph). Saggio sulla storia naturale della provincia
del Chaco. Faenza, 1789, in-4.º (De esta obra no existe mas que el
primer tomo: ignoramos la suerte del 2.º, que el autor dejó concluido é
inédito.)
15. Azara (Felix). Viage al Pilcomayo. (En nuestro discurso preliminar
al Diario de la primera expedicion de Cornejo.)
16. ---- Informe sobre varios proyectos de colonizacion del Chaco en
1799. (En el IV tomo de nuestra Coleccion).
17. Solalinde (Antonio Garcia). Proyecto de colonizacion del Chaco en
1799. (_ibid._)
18. Soria. Informe á los Accionistas de la Sociedad del Rio Bermejo.
Buenos Aires, 1831, in-4.º
19. Dwerhagen. Ensayo sobre la topografia de los rios Plata, Paraná,
Paraguay, Bermejo y Pilcomayo. Buenos Aires, 1831, in-4.º con un mapa.
20. Arenales (D. José). Noticias del Chaco, y del Rio Bermejo. Buenos
Aires, 1833, in-8.º con un mapa.
21. Relacion de los indios que están en la provincia del Chaco Gualamba,
y Llanos de Manzo. (En la obra precedente, pág. 86.)
22. Parish (Sir Woodbine). Notice as to the supposed identity of the
large mass of meteoric iron now in the British Museum, with the
celebrated _Otumpa Iron_, described by Rubin de Celis, etc. (En las
TRANSACCIONES FILOSOFICAS de Londres de 1834, part 1.)
NOTA.--Se trata tambien del Chaco en los antiguos historiadores de estas
provincias, sobre todo en los capít. 18, 19 y 20 del libro 1.º de la
_Historia de la Compañia de Jesus en la Provincia del Paraguay_, por el
P. Lozano. Madrid, 1754, 2 vol. in-fol.
PARTE SEGUNDA.
TRABAJOS GRAFICOS.
23. Croquis del rio Pilcomayo para el viage del P. Patiño en 1721, con
las explicaciones en lengua guaraní. (Autógrafo inédito).
24. ---- del Rio Pilcomayo, para el viage del P. Agustin Castañares en
1741, delineado por el P. Salvador Colon. (Autógrafo inédito).
25. Mapa del Chaco, para la descripcion corográfica de esta provincia,
grabado por J. Petroschi en 1733. (Son muy raros los egemplares de la
obra del P. Lozano que tengan este mapa.)
26. ---- del mismo, para el viage de Matorras en 1774. (Autógrafo
inédito).
27. Mapa del mismo, para el de Arias en 1780. (Autógrafo inédito).
28. ---- del mismo, para la historia corográfica del Dr. Arias Hidalgo,
delineado por D. Diego Angel de Leiva en 1780. (Autógrafo inédito).
29. ---- del mismo, para la historia de los Abipones de Dobrizhoffer,
publicada en 1784.
30. ---- del mismo, para el viage de Cornejo en 1790. (Autógrafo
inédito).
31. ---- del mismo, por el Dr. Arias Hidalgo, presentado en 1806.
32. ---- para el viage á la villa de Tarija en 1791.
* 33. Fuertes y doctrinas de San Estevan de Valbuena, que son de indios
Ecistines y Lules.--(Se hallaba en el Colegio de San Ignacio de Buenos
Aires, cuando fué suprimido).
34. Plano del Rio Bermejo por D. Nicolas Descalzi, publicado en Buenos
Aires, en la Litografia del Estado, en 1831.
35. ---- del mismo, por Soria, publicado en el mismo año.
36. ---- del mismo por el Sr. Arenales.
37. ---- del campamento de Matorras.
* 38. Planos de las nuevas reducciones de S. Bernardo y de Lacangayé.
(En la coleccion de autos y documentos que se conservan en la Escribania
del Gobierno de Buenos Aires.)
39. Un gran cuadro al oleo, que representa las paces ajustadas entre
Matorras y Paikin. (Pintado en Salta en 1774 por Tomas Cabrera.)
PARTE TERCERA.
OBRAS INEDITAS.
§. I.
_Documentos históricos._
* 40. Coleccion de autos y documentos originales sobre el Chaco. (En la
Escribania Mayor de Gobierno de Buenos Aires.)
41. Examen de los mismos, por D. Joaquin Antonio Mosquera. Buenos Aires,
17 de Octubre de 1791.
42. Extracto de los mismos.
43. ---- de todas las actuaciones seguidas por órden del superior
Gobierno sobre conquistas y expediciones del Gran Chaco, desde el año de
1774 hasta el 3 de Agosto de 1808.
44. Parlamento y paces celebradas en Salta con los caciques del Chaco,
en 1776.
* 45. Matrícula de los indios reducidos en los pueblos de San Bernardo y
de Lacangayé. (En la Coleccion del Gobierno.)
* 46. Ordenanzas establecidas por Arias para el gobierno moral y
político de ambos pueblos. (_ibid._)
47. Memoria sobre las costumbres de los Guaycurús.
* 48. Relacion sobre el fierro nativo del Chaco. (Citada en el artículo
de la Abeja Argentina sobre esta materia).
49. Descripcion de la provincia del Gran Chaco, escrita en 1781 por el
Dr. D. Francisco Antonio Arias Hidalgo.
50. Acta de la fundacion de la Nueva Oran en el Valle de Centa, en 16 de
Julio de 1794, por D. Ramon Garcia Pizarro.
§. II.
_Diarios, y proyectos._
* 51. Relacion de un viage al Chaco en 1628 por D. Luis Vega. (Citada
por el P. Lozano).
* 52. ---- del viage que hizo en 1741 el P. Agustin Castañares por las
costas del rio Pilcomayo, para descubrir comunicacion con las Misiones
de Chiquitos y del Paraguay. (Se hallaba en el archivo de los PP.
Jesuitas del Colegio de San Ignacio de Buenos Aires, cuando fueron
expulsados).
* 53. Diario de la navegacion del rio Pilcomayo por el P. Patiño, en 14
de Agosto de 1721. (El Sr. Arenales ha dado un extracto de este diario
en su obra, pág. 5).
54. ---- de una expedicion al rio Bermejo, desde la ciudad de Santa Fé,
en 1759, con un croquis. (Hemos publicado un extracto de este diario en
nuestro discurso preliminar al de Matorras).
* 55. ---- de la expedicion al Chaco de 1764 á las órdenes del Maestre
de Campo D. Miguel Arrascaeta, por Filiberto Mena. (Se ha publicado un
trozo de este diario en la obra del Sr. Arenales, pág. 96).
56. ---- del primer viage al Chaco del P. Antonio Lapa. Macapillo, 23 de
Noviembre de 1776.
57. ---- del segundo viage del mismo. Macapillo, 17 de Mayo de 1779.
58. ---- del viage de D. Jaime Nadal y Guarda, desde Lacangayé hasta las
costas del rio Paraguay. Corrientes, 17 de Setiembre de 1780.
59. ---- de un viage desde Santa Fé hasta la frontera de los Abipones,
por D. Antonio Cerviño, en 1790.
60. ---- de un viage á las tolderias de los Lenguas en las costas del
Pilcomayo, por el mismo, en 1794.
* 61. ---- de la expedicion al Chaco ejecutada en 1794 por D. José
Espinola, de órden del Sr. D. Joaquin Alós Gobernador del Paraguay, con
el derrotero desde Corrientes hasta Córdoba por el Chaco.
62. Plan de una nueva expedicion al Chaco, por D. Francisco Gavino
Arias. Buenos Aires, 6 de Agosto de 1784.
63. ---- de una nueva expedicion para reducir los indios del Chaco, y
abrir un nuevo camino carril entre las costas del rio Paraguay y
Santiago del Estero, por D. Juan José Acevedo, en 1794.
64. ---- para plantificar las reducciones del Chaco, por el Dr. Arias
Hidalgo. Buenos Aires, 10 de Enero de 1796.
65. Memoria con que se acompaña el plan de una nueva expedicion al
Chaco, por el mismo. Buenos Aires, 10 de Febrero de 1796.
66. Proyecto de D. Juan Adrian Fernandez Cornejo para el establecimiento
de fuertes en las orillas del Bermejo. Noviembre de 1790.
67. ---- de fuertes y reducciones en el Chaco, por D. Andres Maestre.
Salta, 25 de Mayo de 1790.
68. ---- de navegacion del Bermejo, por el Dr. Arias Hidalgo. Buenos
Aires, 30 de Enero de 1806.
69. ---- sobre el mismo asunto, por el mismo. 10 de Abril de 1806, con
un mapa. (_ibid._)
§. III.
_Informes, representaciones y cartas._
* 70. Informacion jurídica de los descubrimientos hechos por el
Gobernador Ledesma en sus expediciones al Chaco, hecha en Santiago de
Guadalcazar, á peticion del Procurador de la ciudad, Lucas Rendon, en
1630. (La cita el P. Lozano en su Descripcion del Chaco, pág. 5.)
* 71. ---- del martirio de los PP. Gaspar Osorio y Antonio Ripario de la
Compañia de Jesus, (murieron en la frontera de Jujuy en 1639) hecha por
el Gobernador del Tucuman y remitida al Consejo. (Citada por el P.
Julian Pedraza en su _Memorial sobre las cosas del Paraguay_.)
72. ---- sobre los negocios reduccionales del Chaco desde 1774 hasta
1783.
73. ---- sobre el estado de las nuevas conquistas del Chaco, por el Dr.
D. José Arias Hidalgo, en 1780.
74. ---- sobre la necesidad de erigir un presidio en el paso de los
Guaycurús y Ranchos de Amelcoy, por D. Francisco Gavino Arias, en 1786.
75. ---- sobre los establecimientos Portugueses de Matogroso y del Rio
Paraguay, por la banda del Chaco.
76. ---- sobre un proyecto de establecer guardias en el Chaco por D.
Joaquin Alós. Asumpcion, 8 de Abril de 1790.
77. ---- sobre los proyectos de fuertes en las márgenes del Rio Bermejo,
por D. Melchor de Echagüe y Andia. Santa Fé, 5 de Mayo de 1790.
78. ---- del Obispo Cantillana proponiendo por Intendente del Chaco al
Dr. Arias Hidalgo, de 16 de Octubre de 1793.
79. ---- sobre el estado ruinoso de las reducciones del Chaco, por el
mismo, de 8 de Agosto de 1795.
80. ---- para que los curas del Chaco vuelvan á sus doctrinas, por el
mismo, de 15 de Octubre de 1795.
81. ---- sobre el estado de las reducciones del Chaco por el Cabildo de
Corrientes, de 31 de Julio de 1797.
82. ---- sobre el mismo asunto por el Comandante de armas de Corrientes,
de 21 de Junio de 1797.
83. ---- sobre los caminos carriles del Chaco, de 1797.
84. Informe para hacer volver las reducciones del Chaco adonde estaban,
por Felix Diaz Colodrero. Corrientes 15 de Octubre de 1798.
85. Representacion sobre los negocios reduccionales del Chaco, por D.
Lorenzo Cantillana, en 1776.
86. ---- sobre las reducciones del Chaco, por D. Agustin Fernando de
Pinedo. Buenos Aires, 23 de Mayo de 1778.
87. ---- para reedificar la ciudad de Guadalcazar, por D. Juan Adrian
Fernandez Cornejo. Salta, 29 de Octubre de 1791.
* 88. Carta del P. Alonso Bársena al P. Juan de Atienza escrita en el
año de 1588 desde las provincias del Chaco, de lo que le pasó en ellas
en la conversion de los indios. (Citada por el P. Lozano en su
Descripcion del Chaco, pág. 109.)
* 89. ---- del P. Pedro Añasco al P. Provincial del Paraguay, en que
trata de la conversion de los indios Matarás, Abipones y otros cercanos
á la ciudad de la Concepcion. (Citada en la misma obra, núm. 117).
* 90. ---- del P. Gaspar Osorio, de 3 de Setiembre de 1628, al P.
Nicolas Mastrilli Duran, de su llegada al Chaco, á reconocer y predicar,
y de sus muchas naciones de indios; con otra de 16 de Febrero de 1630 al
P. Francisco Vasquez Trujillo, de su mision á los indios Tobas y
Mocobís, (Citadas en la misma obra, fol. 167, y 127.)
91. ---- del P. Francisco Morillo, en que da cuenta de las varias tribus
del Chaco. Corrientes, 17 de Agosto de 1782.
§. IV.
_Gramáticas y vocabularios._
* 92. Bársena (P. Alonso). Arte, catecismo y vocabulario de la lengua de
los indios Abipones y Quiroquinís[13]. (Citados por Pinedo en su Epitome
de la Biblioteca Occidental, y por Hervas en el Catálogo de las lenguas
americanas, pág. 105.)
* 93. ---- Arte y vocabulario de la lengua Tonocote. (Citada por Hervas,
pág. 104).
94. ---- Arte y vocabulario de la lengua Toba. (Autógrafo).
* 95. Brigniel (José). Arte y vocabulario de la lengua Abipona. (Los
cita el P. Caballero en su suplemento á la Biblioteca de la Compañia de
Jesus).
96. Cerviño (Pedro). Vocabulario doméstico de los indios Lenguas.
(Autógrafo).
* 97. Labrador (José Sanchez). Vocabulario y fraseologia de la lengua de
los Mbayás[14]. (Citado por Caballero.)
[Nota 13: Pinelo escribe equivocadamente _Quiranguis_.]
[Nota 14: Los Mbayás son originarios del Chaco, de donde fueron
trasladados á la costa oriental del rio Paraguay para formar la
reduccion de Belen.]
NOTA.--De las varias lenguas del Chaco se trata con bastante exactitud
en la obra citada del P. Hervas, pág. 164 á 192. Dobrizhoffer da una
idea competente de la lengua de los Abipones, en el tomo 2.º cap. 16 de
su historia.
Todos estos idiomas son dificilísimos, y no solo no presentan la menor
analogia con los de las naciones inmediatas, sino que tampoco la tienen
entre si mismos, lo que hace casi insoluble el problema de su origen. En
la imposibilidad de contraernos por ahora á estas investigaciones, nos
limitamos á presentar, como un _specimen_ de estos dialectos, los
números cardinales de cuatro de las principales tribus del Chaco,
poniéndolos en cotejo con los de otros pueblos de esta parte de América.
ABIPONES[15]. | TOBAS[16]. | LENGUAS[17]. | LULES Y
| | | TONOCOTES[18].
| | |
1--iñitára. | 1--nathedac. | 1--gezle. | 1--alapeà.
2--iñoaka. | 2--cacayni, _ó_ | 2--tigaké. | 2--tamòp.
| nivoca. | |
3--iñoaka yekaini.| 3--cacaynilia. | 3--diakegzglna.| 3--tamlip.
4--geyenk ñaté, | 4--nalotapegat. | 4--dipegai. | 4--locuèp.
(_el pié de un | | |
avestruz, que | | |
tiene cuatro | | |
dedos._) | | |
5--hanám begem, | 5--nivoca | 5--chumaja. | 5--locuèp moitlè
(_los dedos de | cacaynilia, | | alapeà, (_uno
una mano._) | (_tres, y | | despues de
| dos._) | | cuatro._)
| 6--cacayni | 6--naiguep. | 6--locuèp moitlè
| cacaynilia, | | tamòp, (_dos
| (_dos veces | | despues de
| tres._) | | cuatro._)
(Faltan los | 7--nathedac, | 7--takjuabo. | 7--locuèp moitlè
demas.) | cacayni | | tamlip,
| cacaynilia, | | (_sobre el
| (_uno, y dos | | cuatro tres._)
| tres._) | |
| 8--nivoca | 8--lacoguí. | 8--locuèp moitlè
| nalotapegat, | | locuèp,
| (_dos | | (_cuatro sobre
| cuatro._) | | cuatro._)
| 9--nivoca | 9--laguk. | 9--locuèp moitlè
| nalotapegat, | | locuèp alapeà,
| nathedac, | | (_uno sobre
| (_dos cuatro,| | ocho._)
| y uno._) | |
10--lanám rihegem,| 10--cacayni | 10--chemajari | 10--ysyavòmp,
(_los dedos de| nivoca | | (_los dedos de
ambas manos._)| nalotapegat, | | ambas manos._)
| (_dos cuatro | |
| y dos._) | |
20--lanám rihegem,| | |
cat gracherhaka | | |
anamichi rihegem, | | |
(_los dedos de las| | |
manos y de los | | |
pies._) | | |
muchos--_póp_. |muchos--_layosoú_| |muchísimos--_euypán
| | | euyquép, ó
| | | euyquépsp_.
innumerables, | | |
_chicleyekalipí_| | |
[Nota 15: Indios fronterizos de la provincia de Santa Fé.]
[Nota 16: Indios del Bermejo, y del Pilcomayo arriba.]
[Nota 17: Indios de las bocas del Pilcomayo, cerca de la Asuncion.]
[Nota 18: Indios de las antiguas reducciones del Salado, en las
fronteras de Salta y Tucuman.]
GUARANI[19]. | QUICHUA[20]. | ARAUCANA[21]. | AIMARA[22].
| | |
1--peteì. | 1--huc. | 1--quiñe. | 1--maa, ó maya.
2--mokoí. | 2--iskay. | 2--epu. | 2--paa, ó paya.
3--mbohapí. | 3--quimza. | 3--cula. | 3--quimsa.
4--yrundí. | 4--tahua. | 4--meli. | 4--pusi.
(No tienen mas | 5--piscka. | 5--quechu. | 5--piscka.
números. Para | 6--zokta. | 6--cayu. | 6--chokta.
decir _cinco_, | 7--kanchis. | 7--relghe. | 7--pakallco.
usan de la | 8--puzak. | 8--pura. | 8--quimsakallco.
palabra | 9--yiskon. | 9--aylla. | 9--llallatunka,
_peteipó_, "una | | | (_poco menos
mano:" y para | | | de diez._)
decir diez, de | 10--chunka. | 10--marí. | 10--tunka.
_mokoipó_, "dos | | |
manos." Para | | |
decir mas, se | | |
valen de la voz |mucho--_ascka_. |muchos--_aldùn_.|
_hetá_, muchos, ó|muchisimos--_mana|muchisimos, |
de _hetá-hetá_, | yupana_ (que | _cauchu_. |
muchísimos, ó de | no se puede | |
_ndipapahábí_, | contar.) | |
innumerables--) | | |
| | | número
| | | infinito--_hunu
| | | hunu_.
[Nota 19: Lengua del Paraguay y de una gran parte del Brasil.]
[Nota 20: Lengua del Perú, y de Quito, á la que llaman tambien
_Lengua del Inca_.]
[Nota 21: Lengua de Chile, y de los indios Pampas, ó del sud de
Buenos Aires.]
[Nota 22: Lengua de algunas provincias del Alto Perú ó Bolivia,
como la Paz y Chuquito.]
DIARIO DE ARIAS.
En el año 1780, à 25 de Marzo, recibiò el Sr. Coronel D. Francisco
Gavino de Arias, en su hacienda de _Vista Alegre_, el superior despacho
de V. E., su fecha 2 de Marzo, cuya substancia era encomendarle la
verificacion de las dos reducciones que se van à efectuar en el centro
del pais enemigo, confiriéndole título de Comandante General de dicha
expedicion, y al Dr. D. Lorenzo Suarez de Cantillana, Arcediano de
Còrdoba, el título de Superior y Visitador general de todas las
reducciones, y que, asociado con el expresado Comandante, procediese al
fin indicado: acompañando á esta providencia libranza de 15,000 pesos,
dada por el Sr. Intendente de Egèrcito y Real Hacienda contra las cajas
matrices de Jujuy, à disposicion del expresado Coronel, con el gravámen
de reintegro que debe hacer la ciudad à cuya jurisdiccion se acumulen
dichas reducciones, y con la precision de rendir cuenta de su
distribucion el sugeto que los administre.
Y como à la sazon se hallaba en Córboba [Nota del transcriptor: Córdoba]
el Sr. Arcediano, por el correo de Abril le dirigió el Sr. Arias un
testimonio del superior despacho, con carta instructiva del tiempo en
que habian de verificar dicho ingreso, para que se pudiera aprestar y
venir al Real Presidio de San Fernando para donde le citaba; por deberse
allí juntar, con motivo de que por el citado despacho debia sacar de
allí los cincuenta hombres regulados para su convoy, carruages y labor
de las capillas.
Y hallando el Sr. Arias por conveniente nombrar un sugeto, que
recibiéndose de dicho dinero corriese con su distribucion y aplicacion
en los efectos necesarios y aparentes, hizo nombramiento en D. Diego
Angel de Leiva, vecino da Salta, para que en calidad de Proveedor
desempeñase estos encargos, documentando sus inversiones y empleos en
debida forma.
Enterado este del nombramiento y obligaciones de su cargo, prestando su
consenso, procedió al juramento de fidelidad que lo hizo ante S. S. y
testigos de asistencia, y fué prevenido de formar un libro de caja
jurado, en el que debia sentar por menor todas las aplicaciones,
documentando las de mayor cuenta con sus competentes recibos, y las de
menor por formal cuenta jurada.
En esta virtud el 19 de Abril le dió S. S. libramiento de 13,000 pesos,
que debia recibir en las cajas reales de Jujuy, acompañando esta órden
con la minuta de los efectos en que debian distribuirse: dejando en
dichas cajas el residuo de 2,000 pesos para las futuras ocurrencias,
reservando para su tiempo cotejar y reconocer los efectos aprestados,
con los documentos de su respectiva inversion.
A consecuencia recibíose dicho Proveedor de la cantidad librada, y desde
el dia 20 de Abril hasta el 10 de Mayo, puntualizó todos los efectos de
su cargo, con lo que desde el 12 de Mayo empezaron à caminar de _Vista
Alegre_ para el Real Presidio los carros y carruages en que venian todos
los víveres, vituallas, abalorios, efectos y miniestras necesarias: de
modo que el 26 de Mayo llegó todo el tren, el Sr. Comandante con su
Auditor, y el Dr. D. José Antonio Arias Hidalgo, à esta fortaleza del
Rio del Valle, y mandò se acampàra todo el tren en el paraje _de los
Corrales_, distante como una legua del presidio, quedando en él S. S. y
su Auditor para aprestar los cincuenta partidarios.
No puede omitirse que los milicianos del regimiento del Sr. Coronel
Arias han coadyuvado hasta aquí en el arreo de ganado y mensages, con
tanta exactitud y empeño, que desde las fronteras de Salta hasta este
lugar no han perdido una cabeza, desempeñando sus fatigas con la mayor
puntualidad y vigilancia: por lo que S. S. diò à los cabos principales
las debidas gracias, haciendo igual oficio por medio de estos con los
milicianos. Y por tan distinguido servicio los relevó S. S. por escrito
de las pensiones del socorro que habian de prestar personalmente á este
real presidio, durante la expedicion presente, en turno con las demas
compañias, contemplando estar enteramente compensadas sus fatigas con
las que se refieren.
Y acordando S. S. que el R. P. Fray José Bernardo de Siena [Nota del
transcriptor: Sena] habia perecido en una travesía, caminando en calidad
de misionero, precursor de la presente expedicion, al paraje de
Lacangayé, y que con su fallecimiento habia dejado en el paraje del
Salado, jurisdiccion de Santiago del Estero, varias miniestras y
abalorios con que le aviò S. S. para que gratificàra á los infieles,
dàndole en varios efectos el valor de 500 pesos; dió òrden, que el 29 de
Mayo caminase por aquella via D. Juan Santos de Zea con el partidario
Antonio Burgueño, à recojer los expolios y sacar el cadáver de dicho P.,
para darle competente sepulcro.
Con efecto, caminaron los nominados el dia prefijo, llevando òrden de
salir al paraje de Lacangayè; cuyas resultas se colocarán en su lugar
respectivo, con la noticia que estos trajesen de aquel camino, que
siendo idòneo podrá traficarse en lo futuro: y àmbos van encargados de
que, si llegan primero à su destino, informen á los indios del fin de
nuestro ingreso, y que procuren descubrir terreno aparente para las
reducciones.
Practicadas estas diligencias, el día 30 de Mayo puntualizò el
Comandante del Presidio 50 partidarios y reclutados, que pertrechados y
amunicionados, los entregò á disposicion de nuestro General, quien les
advirtió que para el dia 2 de Junio estuvieran prontos en el paraje de
los Corrales para seguir la marcha. Igualmente entregó algunos
presidarios, para que ayudasen á las faenas, desmontes y demas que fuese
necesario, por providencia que para ello tuvo del Justicia Mayor de
Salta, quien prometió indultarles á su regreso, siempre que fieles
desempeñasen sus fatigas.
Y contemplando S. S. necesario el nombramiento de Secretario, para
autorizar las actas de la presente campaña, y coordinar los papeles
concernientes, hizo eleccion en el Capitan de milicias urbanas D.
Gerònimo Tomas de Matorras, Escribano público y Real Hacienda que fué de
la ciudad de Salta: à cuyo favor despachó S. S. el competente título,
tomàndole el juramento acostumbrado, y asignàndole el honorario de 200
pesos, que se le entregaron.
_Sugetos concurrentes á esta expedicion._
Comandante General de ella, D. Francisco Gavino de Arias, Coronel del
Regimiento de Caballería nombrado _San Fernando_.
_Eclesiasticos._
El Dr. D. Lorenzo Suarez de Cantillana, Dignidad de Arcediano de la
catedral de Córdoba, Superior y Visitador general de todas las
reducciones.
Capellan y Misionero, el R. P. Fray Antonio Lapa, del órden seráfico.
Auditor, el Dr. D. José Antonio Arias Hidalgo, Abogado de la Real
Audiencia del distrito.
Secretario, el Capitan D. Gerónimo Tomas de Matorras.
_Plana Mayor._
El Capitan de Forasteros D. Jayme Nadal y Guarda, General Mayor de
órdenes.
Inspector, D. José de Plazaola, Comandante reformado.
Proveedor, que hace de Intendente de Egèrcito, D. Diego Angel de Leiva.
Guarda Mayor de almacenes, el Sargento D. Miguel Losada.
Protector de indios, que hace de asistente, el Capitan reformado D. Juan
Antonio Caro.
Ayudante Mayor, D. Juan Crisostomo Sardina.
_Plana Menor._
Capitan Comandante de Migueletes, D. Juan José Acevedo.
Teniente de Batidores, D. Bartolomé Paez.
Alferez, D. Miguel Texerina.
Sargentos, Manuel Astigueta.
---- Pedro Juan Ibacachi.
Cabo de escuadra, Domingo Ramos.
50 partidarios del Real Presidio y sus piquetes, inclusos los oficiales
nominados y reclutas; cuyos nombres constan del estado ó planilla
formada por el Comandante del Presidio.
Médico y Cirujano, D. Antonio Gutierrez del Castillo.
_Oficiales de mecánica._
Panadero, D. Juan Rodriguez y su hijo.
Maestro de zapateria, Miguel del Castillo.
Maestro de albañil, Miguel Burgos.
Maestro sastre, Ascencio Enojos.
Herrero, José Manuel Moreno.
Con 3 carpinteros.
_Arrieros._
4 conchabados para la conduccion de las cargas.
16 peones conchabados para picar carretas y arreos de ganados.
12 presidarios del fuerte y sus piquetes.
6 esclavos de S. S. y una cocinera.
8 indios ladinos Mataguayos, que voluntariamente van guiando la marcha y
ayudando en las faenas; que con sus familias, y los suyos serán como
200.
_Armas y herramientas._
35 trabucos, 37 pares de pistolas, 9 fusíles, 583 cartuchos y un sable,
que se han entregado á los partidarios.
3 esmeriles, 3 trabucos, 4 lanzas españolas, 8 contrahechas, un par de
pistolas, una bayoneta, un machete y un trabuco, que se llevan de reten,
y á cargo del Guarda Mayor de almacenes.
4 palas, 24 achas, 24 asadones, 2½ quintales de fierro, 6 azuelas, 2
achuelas de albañil, que todo viene al cargo de dicho Guarda, y á mano,
para la labor del camino y desmonte.
Víveres y vituallas con los demas aprestos que se llevan en 5 carretas,
un carreton y 40 cargas de mula, se especificarán en su lugar, cuando el
Proveedor haya manifestado la cuenta de su cargo, y se haga formal
cotejo y reconocimiento de todos los efectos aprestados: cuya diligencia
se reserva, para que se efectúe con asistencia del Sr. Canónigo (que aun
no ha llegado) y de mis oficiales.
_Animales._
150 mulas mansas para la conduccion de las 40 cargas.
800 vacas para la manutencion de la marcha, fuera de las que ha puesto
de su parte el Sr. Comandante General.
50 bueyes para los carros.
Y no deberán estrañarse en una reduccional expedicion las armas y
pertrechos de guerra que se conducen contra lo prevenido en novísima
real cédula del año de 76; porque, aunque el objeto de esta marcha es
reduccional, tambien es constante que las naciones Toba y Mocobí se
hallan en el centro del Chaco, y para llegar allí tenemos que pasar por
medio de cinco, no menos numerosas que belicosas naciones: como son, la
Mataguaya, Chunupí, Malbalá, Vilela y Signipè, y de estas las últimas
nominadas están unidas y confederadas.
Por lo que parece prudente precaucion caminar abroquelados, así por el
riesgo de las vidas como por asegurar cuanto se lleva; sirviendo las
armas solo de respeto para contener el bárbaro orgullo con que otras
veces han asaltado traicioneros nuestras marchas, quitando cuando menos
las caballadas y ganados. Pero todos caminamos advertidos que estos
pertrechos no son armas ofensivas sino defensivas.
JUNIO.
(_4 leguas._) Con estos preparativos, el 2 de Junio salió la marcha de
los Corrales, como á las 12 del dia, y tomando su giro por las márgenes
del Rio del Valle, (asì llamado porque riega y fertiliza con sus
cristales el famoso valle en que esté colocado el Real Presidio)
caminando á la parte del N, vino á acamparse nuestro tren en el paraje
_de las Sepulturas_, distante cuatro leguas del tren pasado. En cuanto
al orígen de este rio, y los demas que bañan esta dilatada provincia del
Gran Chaco, se dirá lo conveniente en la descripcion geográfica con que
se ha de cerrar este diario.
Y aunque caminó el tren, como se ha dicho, quedó S. S. en el Real
Presidio, asaltado de un cólico accidental, hasta mejorarse. Lo que dió
mérito á mandar que caminase todo el carruage y los animales sin pèrdida
de tiempo, pero con lentitud hasta las resultas, yendo todo á cargo del
Proveedor D. Diego Angel de Leiva, del Ayudante Sardina y del Guarda
Mayor de almacenes, á quien el Auditor, por mandato de S. S., impartió
órden de que con pausa siguiesen sus jornadas hasta el Rio del Dorado, y
que allí se acampasen, por la comodidad de los pastos y agua, hasta
segunda órden: dando órden al Proveedor de que subministrase á toda la
gente diariamente carne, y semanal racion de bizcocho, yerba y tabaco.
(_2 leguas._) El 3, como á las 11 del dia, caminó la marcha siguiendo
las vegas y márgenes del Rio del Valle por el rumbo del N, y vino á
parar en la _Cruz del Chañar_, que dista dos leguas _de las Sepulturas_:
escapándose de este real por la noche dos presidarios, que buscados con
toda diligencia, no se pudieron encontrar.
(_1½ leguas._) El 4, como á las 11 del dia, caminó la marcha,
siguiendo las vegas y márgenes del Rio del Valle por el rumbo del N, y
vino á parar en un paraje nominado la _Cabeza del Toro_, que dista como
legua y media del pasado, sin que se pudiera avanzar mas camino, por lo
penoso y guadaloso de este plano.
(_2 leguas._) El 5, saliendo como à las 9 del dia, por el mismo rumbo y
vegas, vino à parar á la ramadita, llamada del _Sr. Matorras_, porque en
ella se acampó el finado Sr. Gobernador en el año de 1774, dando
principio à esta reduccional expedicion; acompañado del actual nuestro
Comandante General, que en calidad de tal le acompañó: y dista este dos
leguas del pasado tren.
(_2 leguas._) El 6, saliendo la marcha de este real, como à la 1 de la
tarde, vino á parar en el _Pozo Verde_, distante dos leguas del pasado
tren. Este pozo dicen se ceba de los derrames del Rio del Valle, y que
por todo el año mantiene agua, aun en las mayores secas. Su situacion es
dentro de un bosque, á un lado del camino, á la parte del S. Hasta aquì
ha seguido la marcha el camino antiguo, parando en este tren dos dias,
por dar tiempo à un desmonte que de órden de S. S. está allanando el
Ayudante Sardinas con los partidarios, presidarios, peones é indios
voluntarios, para abrir nuevo carril, por estar informado S. S. ser este
mejor y mas recto que el antiguo.
(_2 leguas._) El 9, saliendo del Pozo Verde, tomó la marcha el rumbo al
naciente, y traspasó un gran bosque desmontado, pasando tambien el Rio
del Valle, que ya habia quedado à mano derecha, y un copioso madrejon,
que pudieron pasarle solo por un puente que se formó. Y habiendo
caminado como dos leguas, volviò á inclinarse este carril hàcia el N,
cuya direccion siguió la marcha, y vino à parar en un lugar llamado _San
Antonio_, distante tres leguas y media del Pozo Verde: y aquí parò tres
dias, dando treguas al desmonte que se estaba haciendo mas adelante.
(_4 leguas._) El 10 saliò de este tren la marcha, y siguiendo el rumbo
al N por la comodidad del agua, se acercó à las vegas del Dorado, y se
acampò en frente de _San Simon_, distante cuatro leguas del pasado tren,
donde parò hasta el dia 14, esperando òrdenes de S. S.
El 11, convalecido nuestro General de su dolencia, habia salido del Real
Presidio como à las 9 del dia, en compañìa de su Auditor, su Secretario,
del Mayor General de órdenes que llegò el dia 10, del Inspector y del
mèdico, y vinieron à dormir en la Ramadita, distante doce leguas del
Presidio.
De allì salieron el 12 bien temprano, y vinieron á alcanzar el tren,
acampado en el lugar referido, sin que hasta aquí haya llegado el Sr.
Arcediano, que suponemos le hayan atajado las crecientes de los rios,
porque hasta hoy ni noticias hay de S. S., sin embargo de habérsele
dirigido cartas del Real Presidio.
Acordò S. S. con el R. P. Lapa, que el año de 1774 se hallaron en el
mismo sitio acampados, dia del glorioso San Antonio de Padua, por lo que
mandó S. S. que en honor de este ilustre taumaturgo se celebrase el
santo sacrificio de la misa, y que à este real acompañamiento se
titulase _el Tren de San Antonio_. Hízose así, y en él paramos todo el
dia 13, por objetarse una montaña que era preciso allanar para seguir el
carril nuevo. Este dia nuestro General, asociado de toda la oficialidad,
paseó aquellas amenas campiñas y màrgenes del Dorado, haciendo ver á
todos lo cómodo y aparente del lugar para mudar allí el Real Presidio de
San Fernando. Reconocimos todos lo idoneo de aquel plano, por los
pastos, por el agua, por la leña y maderas; finalmente, por ser precisa
puerta y transito de todas las naciones, que no pueden traficar por otra
parte: porque al naciente lo embaraza una dilatada travesia, y por el
poniente la eminente Sierra del Alumbre (alias _Santa Bárbara_),
avanzàndose sobre 20 leguas de terreno à favor de la provincia. Todo
pareció consentaneo; y asì acordes todos aprobaron por justo y útil el
pensamiento, presenciando tambien esta diligencia el R. P. Misionero.
(_6 leguas._) El 14 salimos de este tren, y traspasando un bosque
desmontado, de mas de dos leguas, vinimos por el rumbo del N à
acamparnos en distancia de 6 leguas á las márgenes del Dorado, en una
còmoda y deleitosa isleta, que tiene un famoso potrerillo para la
seguridad de las bestias sin el subsidio de ronda: y como aquí nos
asaltase una deshecha tormenta de viento y agua, que principiando con la
noche terminò con la luz del dia siguiente, le titulamos el _Tren de la
lluvia_, donde paramos dos dias, asì por la general inundacion de los
campos que causó pesados lodazales, como por ofrecerse delante nuevo
desmonte.
Con este motivo acordó nuestro General sería conveniente, que el
R. P. Misionero fuese instruyendo los párvulos de la nacion Mataguaya en
algunos ritos de nuestra Santa Fé: y ejecutàndolo con gusto dicho P.,
insinuò á los ladinos que al toque de la campanilla ocurriesen los
pequeños, y los adultos que gustasen instruirse: y con efecto principió
el R. P. el dia 15 esta espiritual tarea, enseñándoles á persignarse y
repetir _Ave María purísima &c..... Viva Jesus.... muera el pecado_: lo
que repetian con gusto y claridad, aunque con alguna torpeza: no siendo
menor la complacencia de dicho P., de nuestro General y de toda la
marcha, al ver exaltado el santo nombre de Dios en estos remotos
laberintos, como feliz exordio de la conversion de estos gentiles, por
quienes incesantemente pide nuestra piadosa Madre la Iglesia.
El 16 continuó el P. Misionero su doctrina, enseñándoles el _Padre
Nuestro_ y el _Ave María_; y este dia se publicaron á usanza militar,
los tìtulos de los oficiales de plana mayor y menor, dándose posesion
del empleo à cada titulado, mandando S. S. que el Auditor llevase la
formacion de este diario.
(_2½ leguas._) El 17, como á las 12 del dia, salió nuestra marcha de
este tren, y traspasando con gran trabajo un grande monte pantanoso, con
las cargas, mensages y ganado vacuno, sin que pudieran traspasarle los
carros hasta el dia siguiente à boca de noche, se perdieron 25 vacas en
la estrechura, de las que solamente se pudieron hallar tres, y vinimos à
parar en un descampado distante, dos leguas y media del pasado tren.
El 18 se paró todo el dia, esperando las carretas, y de este tren se
principiaron á poner centinelas, pasar el santo, é impartir órdenes para
la distribucion de cuantos oficios y ministerios, en que se habian de
egercitar todos y cada uno: encargàndoles S. S. el desempeño de sus
destinos y el cuidado y vigilancia en las rondas y custodia de ganados y
mensages, continuando el P. su enseñanza.
(_1 legua._) El 19, como á las 3 de la tarde, salimos de este escampado,
y siguiendo al N las màrgenes del Dorado, llegamos en distancia de una
legua á un vistoso campo de palmares, donde se nos acopiò tanta multitud
de Mataguayos, que en número serian como 500, y todos pidiendo
reduccion, y ofreciéndose à guiar la marcha y ayudar en los desmontes:
por lo que mandó S. S. que diariamente se les repartiese carne.
Dió mérito à esta prudente disposicion; lo primero, venir estos
infelices acompañando la marcha, y ayudando en las fatigas; lo segundo,
presentarse en calidad de amigos, y pidiendo reduccion; lo tercero,
vernos precisados à transitar por su territorio, y necesitar su
consenso; lo cuarto, asegurar el todo sacrificando la parte, y
finalmente no pedir estos desdichados otro premio por su personal
trabajo, que la carne que en su idioma llaman _guaséta_, que aprecian en
mas que el oro y la plata, por la miseria y hambre con que siempre
viven.
(_4 leguas._) El 20, como à las 11 del dia, salimos de este lugar, y en
distancia de cuatro leguas al rumbo del N, vinimos á parar sobre el
Dorado, en una amenísima ensenada, y valle de palmares eminentes, que
medidos tenian veinte varas de altura: y aquí, recogido el Dorado en un
estrecho canal, corre por algun trecho, y en caso preciso seria fácil
transitarle por puente que se formàra à poco costo.
Aquí parò la marcha hasta el 22, esperando el aviso del Ayudante
Sardinas, que nos lleva cuatro dias de delantera, explorando camino, y
el P. continuò su espiritual tarea.
(_3½ leguas._) El 23, como á las 10 del dia, caminamos, siguiendo el
rumbo al N, las vegas de un dilatado y pantanoso _saladillo_ que forman
los derrames del Dorado, y por ser abundante de patos, habiendo parado
en un extremo de dicho saladillo, le titulamos _el Tren de los
patillos_, que dista como tres leguas y media del real pasado.
El 24, dia de San Juan Bautista, parò la marcha todo el dia, y se
celebró el santo sacrificio de la misa.
(_2 leguas._) El 25 traspasamos con gran molestia las cargas, trastes y
ganado, por un gran monte desmontado y pantanoso, por la lluvia que cayó
la noche antecedente, y los carros no pudieron dar un paso y se quedaron
allí: la marcha se acampò en un estrecho escampado, distante dos leguas
del anterior.
El 26 paramos aquì, y mandò S. S. se llevaran treinta mulas aparejadas
para aliviar el peso de los carros y facilitar su caminata: las mulas
volvieron por la tarde cargadas, pero ni por esto pudieron pasar las
carretas, por ser inusitado el camino y haber ocurrido la lluvia casual.
El 27 con gran trabajo salieron à boca de noche.
El 28 paramos todavia, dando treguas á un desmonte y puente que se
estaba fabricando, como tambien por esperar al Sr. Canònigo que aun no
ha llegado. Y en esta sazon llegó el dia de hoy el indio Josengo con
carta de S. S., en respuesta de otra que le dirigiò nuestro General del
camino; y en ella avisa estar cerca, y la causa de su demora.
El 30 paramos esperando al Sr. Arcediano, que llegó como à las 11 del
dia, y por no haber llegado su carruage, paramos aquí hasta el dia
siguiente. Trajo S. S. consigo 2 carros, 13 mulas, 32 vacas, 27
caballos, 2 soldados partidarios y 6 del regimiento de nuestro General,
3 negros y 2 negras, esclavos suyos, y 2 indios Tobas, el uno de la
reduccion de Ledesma con un mulato mas esclavo.
Estos suplicaron à nuestro General, recabase de los Mataguayos la
libertad de algunos indios cautivos de su nacion, que en las pasadas
hostilidades les habian quitado. Hizo este oficio S. S. con buen fruto,
porque los Mataguayos, defiriendo al punto, entregaron cuatro cautivos,
de que S. S. les mostró grande agrado, y los Tobas no menor al sugeto
interpuesto.
El mismo dia practicaron los indígenas otra accion no menos generosa que
la pasada, y fuè dar á nuestro General cuatro hijos suyos, para que
S. S. los hiciese catequizar, trayéndolos consigo: para que, ladinos è
impuestos en el rezo y demas necesario para cristianarse, pudiesen estos
enseñar á los suyos con el mismo objeto à que con anhelo aspiran:
pasando de punto en su resolucion convenirse dos gandules,
espontaneamente resueltos à servir en cuanto se les mande, y acompañar
la marcha hasta su regreso, con tal de que se les rudimente y catequice.
JULIO.
(_3 leguas._) El 1.º de Julio, como à las 10 del dia, salimos del real
antecedente, y pasando un dilatado bosque desmontado, de mas de dos
leguas y media, pasamos un puente para salvar un cuantioso madrejon que
viene como del S, y se junta con el Dorado, ignoràndose su orígen, y à
poco trecho en unas cañadas que estàn á las màrgenes del Dorado: en
distancia de tres leguas del pasado tren vinimos à parar. En este
transito se perdieron 15 cabezas de ganado vacuno, y porque se tuvo
razon que seis de ellas habian aprovechado los indios, mandó S. S. que
en tres dias no les diesen racion.
De aquí se volvieron las reclutas que habian conducido al Sr. Canónigo,
y con ellos se volvieron 16 caballos por flacos, con carta para que los
entregaran á D. Josè Chaves, y 7 mulas. Y este dia, que fué el 2, paró
la marcha, y el General de òrdenes pasó con el Inspector y Capitan de
Migueletes al Rio Grande, à explorar el mejor plano para sacar camino
hasta la Esquina: y con la razon que estos trajeron, el dia 3 pasó el
Ayudante con los de su cargo à desmontar, parando la marcha todo este
dia.
(_3½ leguas._) El 4, como à las 11½, salimos de estas cañadas, y
siguiendo el rumbo al N por las costas del Dorado, venimos à parar al
Tren de la Esquina, que dista del pasado como tres y media leguas. En
las estrechuras del monte se perdieron 30 vacas, sin que pudiera S. S.
remediar este desgreño, ni con haberse venido con los vaqueros, ni con
haber duplicado gente: y de todas estas reses solamente una se logrò,
porque hallada la mataron y cargaron, y con ella se arracionò la gente.
Aquí se junta el nuevo con el antiguo carril.
Entre otras utilidades que nos presenta el nuevo camino, es la una
habernos manifestado con la evidencia, en obsequio de la verdad, que los
planes antiguos han errado el concepto en cuanto á la direccion del Rio
Dorado, y en cuanto á su desague, y el del Rio del Valle: porque el
primero se incorpora con el segundo poco mas arriba del _Tren de las
lluvias_, y ambos en un cuerpo, con el madrejon del S, se precian de
tributarios del Bermejo, con quien se incorporan en este paraje,
contribuyéndole no pequeño caudal.
De que se evidencia el errado computo de los que figuran uno y otro rio
terminando su cauce en una gran laguna, llamada de los _Caimanes_, cerca
de un grande palmar: siendo uno de estos el R. P. Pedro Lozano de la
extinguida Compañía, quien en el pàrrafo 3 de su Descripcion
Corogràfica, al folio 19, asì lo asienta. Padeciendo igual equívoco en
cuanto à figurarlos corriendo del E à O, siendo asì que con la aguja en
mano hemos caminado las riberas de uno y otro, y giran sin disputa de S
á N, desde que se desprenden de las ùltimas serranias que estàn al
poniente.
En este paraje de la Esquina paró la marcha el dia 5, para que se
refaccionáran las bestias en un potrerillo tan seguro como abundante de
pastos. Y teniendo noticia S. S. de que habian pasado de la otra banda
gran multitud de indios Mataguayos confinantes con los Chiriguanos, con
ánimo de invadir el ganado y mensages [Nota del transcriptor: menages],
mandó al General de órdenes doblase la gente y ronda, previniendo à
todos el peligro y encargando la vigilancia; con lo que no hemos
experimentado lesion alguna.
Hasta aquì los indios Mataguayos han acompañado nuestra marcha, ayudando
y sirviendo con fineza y lealtad: y tratando de volverse, mandò S. S. se
les diesen seis reses. Repartióles cuchillos, tabaco y gorros, dando á
los principales poncho y sombrero para distinguirlos, con lo que se
volvieron muy contentos; y mucho mas, por haberles prometido S. S.
informar al Sr. Virey acerca de su reduccion.
(_2 leguas._) El 6, como á las 12 del dia, salimos de este tren, y
siguiendo las márgenes del Rio Grande, caminamos ya por el rumbo del
naciente, y venimos á parar en distancia de dos leguas en el tren que
titulamos de la _Conversion_, porque en èl uno de los indios gandules
Matacos, que dijimos venian de sirvientes, y se llama _Lorenzo_, pidió
se le bautizára. Prometióselo S. S. siempre que se rudimentase, y para
animarlo principiò S. S. á enseñarle à rezar, insinuándole que siempre
que en él conociese constancia en su propósito él mismo lo apadrinaria.
La descripcion de este famoso rio, que es el mayor que se halla en esta
vereda, y por eso se titula _el Grande_, se reserva colocar en la
descripcion Geogràfica.
(_4 leguas._) De aquí salimos el 7 á las 12½ del dia, y siguiendo las
màrgenes del Bermejo al oriente, venimos à parar en distancia de cuatro
leguas en el tren llamado de _Millan_; hasta donde alcanzan las
rancherías de los Mataguayos por esta vereda.
Esta nacion es numerosa, dòcil, sencilla, valiente y aplicada al
trabajo. Su situacion la tienen á las màrgenes de los rios del Valle,
Dorado, Bermejo, Centa y Pilcomayo; y principiando sus rancherìas desde
el Rio del Valle, terminan en este paraje, ocupando de S à N como 80
leguas, y de oriente á poniente 150 leguas, desde las cercanias del
curato de Humaguaca.
Es utilísima á las ciudades de Salta, Jujuy, Tucuman y Santiago del
Estero, porque colocados en el terreno que se refiere, siendo como son
hà mas de 30 años amigos y confederados nuestros, están de fronterizos
de dichas ciudades, estorbando el transito á las innumerables naciones
que ocupan este vastísimo continente. A mas de esto, bajan por familias
à servir conchabados en las obras pùblicas y particulares de Salta,
sirviendo à los partidarios de los presidios y sus mugeres en calidad de
criadas.
Y si en nuestros dias vieramos verificada su reduccion en el paraje de
San Simon sobre el Dorado, que es en donde estos la procuran, se
lograria su perpetuidad, tanto por la aptitud del terreno, cuanto por
tener à mano el Real Presidio de San Fernando, cuyo respeto los habia de
traer á raya: y mucho mas si el presidio se avanzaba à colocarse sobre
el Dorado; cuya traslacion daria sin disputa mucho ser á esta reduccion,
y mucho terreno à la provincia, estando, como está ya, casi inútil en el
sitio donde hoy se mantiene.
Y aunque esta nacion es innumerable, los que estàn en esta nuestra
vereda son en número como de 1,000 indios de àmbos sexos, entre adultos
y pequeños, y piden todos reduccion: siendo los principales ladinos los
mandones que los gobiernan, y estos son 10, à saber: Josengo cristiano,
Cayetano, Tineo, Lopez Grande, Lopez Chico, Amaya cristiano, Ignacio el
grande, Ignacio el mozo, Luis y Francisco, sin otros que mandan, y por
no ser ladinos son incognitos.
(_2 leguas._) El 8, saliendo del tren referido, como á las 10 del dia,
se adelantò de la marcha el Sr. Canónigo, y à poco de haber caminado,
encontró un indio jòven de la nacion Chunupí, à quien los suyos habian
mandado á explorar los movimientos de la marcha: y S. S. recibièndole
con mucho cariño, le asegurò ser vanos sus recelos, porque lejos de
querer ofenderles buscabamos su amistad y conversion, á cuyo fin se
dirijia esta campaña. Con lo que, viniéndose con S. S., topó la marcha,
y nuestro General le recibió con mucho agrado, practicando iguales
oficios que el Canónigo: y venimos á parar en compañía del jòven en el
_Tren de Yuchan_, que dista dos leguas del pasado.
(_2 leguas._) En este tren nos detuvimos el dia 9 hasta las 3 de la
tarde, dando tiempo à un desmonte, por haber obstruido la rapidez del
rio el cauce del antiguo carril. Y saliendo à la hora citada venimos á
parar en una vistosa vega, que dista del Yuchan como dos leguas.
En este tren nos salieron dos jòvenes Chunupìes, hermanos del referido,
quienes dijeron venian mandados por los suyos à saber la causa de la
tardanza del hermano. Con este motivo descubrieron haber venido
recelosos por la otra banda del rio, y que preguntando por su hermano à
algunos Mataguayos que toparon, les avisaron como venia en nuestra
marcha con mucha paz y amistad: con lo que se habian resuelto à pasar el
rio, y presentarse en nuestro real.
Inquiriendo S. S. la distancia de sus rancherias, y movimiento de los
suyos, á lo primero dijeron, que estaban de allí como diez leguas sus
poblaciones, y en cuanto à lo segundo dijeron, que los suyos estaban
sobresaltados, y que decian que, para que se pudiesen presentar à
nosotros sin recelo, fuera á sacarlos el R. P. Lapa.
Resolvió nuestro General y el Sr. Arcediano, que caminase el P. á
convoyarlos. Propúsosele á este, que con la prontitud que siempre, y con
el celo acostumbrado dispuso caminar el dia siguiente con el interprete
Corro, los tres indios y dos Sinipés que consigo traia.
Con efecto, el 10 marchó por la mañana, encargado de satisfacer
apostólicamente á aquellas naciones, asegurándoles nuestra amistad.
Este dia paró la marcha, por haberse quebrado dos carretas, y ser
preciso refaccionarlas. Trabóse reñida contienda entre algunos
Mataguayos de arriba con los de abajo, acerca de cobrar un caballo que
habian robado los unos de los otros: pero, menos bárbaros que atentos,
pidieron vénia para ello á nuestro General, quien apreciando la
atencion, les afeó el hecho de estimar en mas sus bestias que sus
paisanos, y que como amigos del español debian imitarle en la paz y en
la union, no esgrimiendo sus armas por cosas tan ridiculas; y que él
prometia darles un caballo á su satisfaccion, á fin de que no pasasen en
su contienda. Con lo cual conformes, y como avergonzados cesaron,
dejando la riña solo en desafio.
En este real, por acaso, descubrimos tener estas selvas la caña dulce de
que se forma el azúcar, miel y alfeñiques; lo que descubrió el Ayudante
Sardina, que aislado en busca de camino, topó con un cañaveral. Y
trayendo á nuestro real una, por el zumo, por la hoja, por el peso y por
el gusto, conocimos ser caña dulce, aunque no era muy fino el sabor; lo
que talvez proviene del jugo inepto, por ser el terreno salitroso, ó por
la ninguna cultura que le asiste. Los indios dicen que hay mucha en los
montes, pero no la comen, porque, no sé porque motivo, la titulan
_flecha del Diablo_. De aquí se escapó un presidario.
(_4 leguas._) El 11, como á las 9 del dia, salimos de este tren y
venimos á parar en distancia de cuatro leguas, en un dilitado [Nota del
transcriptor: dilatado] escampado á las márgenes del rio, siguiendo el
mismo rumbo al naciente: de aquí empiezan las rancherias de los indios
Sinipés, y nuestro P. Capellan hasta hoy no ha parecido. Titulamos este
_el Tren del Yelo_, por el excesivo que tuvimos esta noche, en que se
perdieron 8 vacas y 2 caballos.
Estos indios Sinipés en la expedicion pasada prometieron al Sr. Matorras
sugetarse á reduccion, quien así les prometió egecutarlo en mas oportuno
tiempo.
(_3 leguas._) Del Tren del Yelo salimos el 12, como á las 12 del dia, y
vinimos á parar en distancia de 3 leguas, en una cañada de muchos pastos
y trebol: y aquí topamos el R. P. Lapa con 40 bizarros indios Sinipés y
un Malbalá, y segun la relacion de dicho P. le toparon los indios con
bastante recelo. Y enterándoles su R. del fin de nuestra entrada (por
medio del faraute), se entregaron y resolvieron á venir; y segun se han
explicado, adoptan siempre el proyecto de su reduccion, y de salir (en
su caso) á discrecion de los superiores. El cacique no vino por enfermo,
pero mandó recado á nuestro General, que se esforzaria á salir en su
distrito, donde trataria lo conveniente en cuanto á capítulos de paz y
reduccion: por lo que para allí se reserva estampar lo que ocurriese.
Esta noche hospedamos en nuestro real á estos indios, y mandó S. S. se
les aviase de carne: repartíoles gorros, cuchillos y otras baraterias de
que quedaron muy agradecidos. Esta noche nos cayó otra helada mucho mas
rigurosa que la pasada. Titulamos á este _el Tren del Apio_, por abundar
sobremanera esta yerba en estos bajios.
(_3 leguas._) El 13, como á las 9 del dia, caminamos siguiendo el propio
rumbo, y llegamos al parage de _Santa Rosa_, en distancia de tres
leguas. Y como se adelantase de la marcha nuestro General y el Sr.
Arcediano, con el P. Capellan é indios advenedizos, llegaron á una
eminente barranca del Rio Bermejo, al frente de las rancherias de los
indios Chunupíes: y pasándole aviso S. S. al principal cacique
_Atecampibáp_ (famoso caudillo, y poderoso por las naciones que
comanda), apenas recibió el recado político que se le pasó, se puso en
camino, y metido en una balsa de cuero, acompañado de un lucido y
numeroso convoy, á pesar del sanguineo Bermejo, surcando sus corrientes
en este alado aunque tosco bajel, llegó con presteza á nuestra banda, y
sacándole en brazos los suyos, saltó á tierra.
A penas se aproximó à nuestro General, le echó este los brazos, y lo
recibió con suma gratitud, haciéndole entender por medio del faraute,
cuanto se complacia de verle, conocerle y tenerle por amigo. Igual
diligencia practicó el Sr. Arcediano y Capellan, y á todos respondió el
cacique con iguales expresiones de cariño, vertiendo en este acto
copiosas lágrimas de regocijo.
Acompañaban á este caudillo, á mas de las chusmas y _guardias de corps_,
3 capitanes como cortesanos suyos: el primero Chinchin, mandon de la
nacion Malbalá; Dupulem, cacique de los Sinipés, con Guanchil, capitan
de los Chunupíes; cuyas naciones confederadas hacen un cuerpo, siendo
su principal cabeza el expresado Atecampibáp, caudillo nunca visto ni
comunicado de los españoles: y serian por todos en número los
aparecidos, como 200 indios de ámbos sexos, quedando los demas en sus
habitaciones.
Y como el principal cacique se hallase indispuesto con una cerrazon de
pecho que apenas se le apercibia lo que hablaba, convidóle S. S. á
nuestro real, para que allí pasase la noche con los suyos, y que con
este motivo podria medicinarle el médico de la expedicion. Aceptó
gustoso, y se vino á nuestro acampamento, donde à este y los suyos mandó
S. S. proveer de carne y bizcocho para aquella noche, y el médico le
curó.
El 14 amaneció mejorado de sus dolencias, y por ser dia del Seráfico Dr.
San Buenaventura, celebróse el santo sacrificio de la misa, y luego se
formó consejo para parlamentar á estas naciones. Hízose conclave de toda
la oficialidad, presidiendo S. S. y el Sr. Canónigo. Juntamente por su
órden se sentaron todos los mandones, y por medio del faraute, Silvestre
Corro, hizo nuestro General se les hiciera preguntar ¿si querían
reducirse al catolicismo, y ponerse en reduccion? Y que determinasen el
tiempo oportuno y lugar que elegian para su pueblo, para dar cuenta de
todo al Superior Gobierno, cuyo subdito era y comisionado para dar
reduccion á los Tobas y Mocobíes: y que aunque por sí no podia resolver
en el particular, confiado en la piedad del Soberano, y de su Virey de
Buenos Aires, les aseguraba que serian atendidos en esta parte.
Respondió el principal, y á su egemplo todos, que deseaban con anhelo
reducirse, y que sin novedad se sugetarian á reduccion, con tal que
nuestro General corriese con la erreccion de su pueblo, y los arreglase
sus temporalidades: á quien desde luego elegian por su Protector por el
afecto que le tenian, conociendo que ninguno los habia de mirar con mas
amor y caridad; y que al mismo tiempo pedian que el R. P. Lapa los
viniera á sacar á su tiempo, con quien saldrian á su disposicion sin
recelo alguno. Que en cuanto al tiempo, seria para el año próximo
venidero á nuestro regreso, por estar en el dia muy mal de caballos para
conducir sus chusmas. Que en cuanto al lugar, elegian desde luego la
_Cañada del P. Roque_ (que es un sitio constituido sobre el Rio del
Pasage, ó el Algarrobo, alias _Ramada_), que está sita en medio del
Piquete de Pitos, y Real Presidio de San Fernando, y en medio de 6
reducciones establecidas en nuestra jurisdiccion.
El Sr. Arcediano hízoles presente, que venia de superior de todas las
reducciones, y que dejando sus comodidades, venia sin otro objeto que
reducir almas y procurarles á los conversos todo alivio: que por lo
mismo viviesen ciertos de que los habia de proteger en lo posible,
dándoles curas doctrineros escogidos, para que con amor y cariño los
enseñasen; y que cuando así no lo cumpliesen, con su aviso estaría
pronto á mudarles pastor, dándoles un sugeto aparente.
Agradecieron muy deveras este oficio, y suplicaron á S. S. que así lo
cumpliese para que pudiesen subsistir en su conversion, estando ciertos
que de su parte no se haria novedad en lo tratado.
Y repitiendo la súplica á nuestro General, que les protegiese y
acompañase en calidad de protector para su fundacion, le respondió
S. S., que con sus bienes y con su persona, coadyuvaría gustoso al
intento; estando ciertos de que daria cuenta de todo al Superior
Gobierno, y que cuando S. E. confiase de otro sugeto esta comision, no
por eso dejaria de cooperar en cuanto le fuese posible y condugese á su
alivio: pues sin otro objeto, dejando sus negocios pendientes, y
postergando el adelantamiento de sus intereses, venia á fundar las dos
reducciones que se refieren. Quedaron gustosos y satisfechos, firmando
los capitulos de concordia S. S. y demas oficiales, por ante el
Secretario de la expedicion. El Capitan D. Juan Antonio Caro, que hace
de protector, lo firmó, haciendo personeria por los indios y el
intérprete Silvestre Corro: dióseles á los ladinos sombreros, ponchos,
gorros y cuchillos, repartiendo á las mugeres agujas, gualcas y
bizcochos. Concluyóse esta funcion con vivas y abrazos, no siendo
pequeña nuestra complacencia: batíose la real bandera, y repitiendo todos
_Viva el Rey_, cerróse esta funcion, titulando este _el Tren de la
Buenaventura_, por no ser pequeña la que hemos logrado en la conversion
de estas no menos numerosas que belicosas naciones: y todo este dia se
paró, por dar lugar al desmonte que se está allanando.
(_½ legua._) El 15, como á las 8 del dia, nos despedimos de los
indios, y mandó S. S. se les dejaran en pie ocho reses, y una para que
entregasen al Coronel Cornejo, que esperamos venga por el rio: á quien
por el mismo conducto dejó S. S. carta instructiva, y venimos á parar en
distancia de media legua en la ceja de una espesísima montaña.
No pasamos este dia mas adelante por obstar este monte, y haber robado
el rio el fulcro del antiguo carril; y S. S., para estimular al trabajo
á los partidarios, peones y presidarios, tomó el hacha en la mano y
empezó á trabajar con gran calor: siguió al General el Sr. Canónigo, y
á este toda la oficialidad, á estos toda la gente, con tanto empeño y
ardor, que en menos de tres horas se traspasó con la tala todo el bosque
que tenia mas de legua; no siendo los operarios mas que 46 en número,
inclusive nuestro General y gente voluntaria: de modo que pudieron pasar
los carros á dormir al otro lado, quedando de este la marcha con todo el
resto del tren, y titulamos esta jornada _el Tren de las fatigas_.
(_6 leguas._) El 16 salimos de este tren, y á las 3 leguas de camino,
atajándonos igual tropiezo de monte, aunque no tan espeso ni tan largo
como el pasado. Estimulando S. S. á los subalternos con su egemplo,
consiguió en dos horas allanarle, de modo que tuvimos tiempo de pasar
con todo el tren, ganados y mensages: y caminando otras tres leguas,
anduvimos seis en aquel dia, y venimos á parar en un escampado grande,
compuesto de unos eminentes palmares, y titulamos este _el Tren del
Càrmen_, por haber llegado á él la vispera de Nuestra Señora. Esta noche
se perdieron del pastoreo 36 reses, que no se pudieron hallar por mas
que se buscaron: por lo que se presume las hayan robado los Mataguayos
que andan por acá dispersos.
(_2 leguas._) El 16, saliendo de este tren, venimos à parar en distancia
de dos leguas en un grande palmar y simbolar: y no pudimos avanzar mas
camino por estorbarlo una montaña espesa de mas de legua. Pero
repitiendo S. S. el mismo afán que en el pasado desmonte, siguiendo la
oficialidad y demas concurrentes, se logró traspasarle en menos de
cuatro horas, y hubo tiempo para que pasasen las carretas á dormir al
otro lado, quedando de esta banda el resto del tráfago, ganados y
mensages, por la comodidad de los pastos y agua. Esta noche se perdieron
9 caballos.
Teniendo noticia nuestro General, que los indios Mataguayos dispersos
los habian robado, significólo á los Chunupíes amigos, que por via de
convoy venian con la marcha, y al punto se volvieron en pos de los
ladrones: cuyas resultas se colocarán en su lugar.
(_4 leguas._) El 17, como à las 11 del dia, siguiendo el mismo rumbo y
direccion del rio, venimos á parar en una loma, que dista del pasado
tren cuatro leguas, y está poco mas adelante del _Real de los Tucumanos_
(así llamado por el levantamiento que estos suscitaron allí el año de 74
en la pasada expedicion). Aquí se juntò en un cuerpo todo el congreso de
la presente campaña, y le titulamos _la Congregacion de San Alejo_, por
haber llegado aquí la vispera del santo.
Correspondió la denominacion al denominado, porque á las cinco de la
tarde, despues de haber parado, se presentó en nuestro real el Capitan
de Sinipés, Dupulem, con mas de 50 indios de su nacion, y un inmenso
número de mugeres y párbulos [Nota del transcriptor: párvulos]. Mandó
S. S. se hospedáran en nuestro real aquella noche, y que se les proveyera
de carne y bizcocho: y al siguiente dia, parlamentados acerca de su
ratificacion, no hicieron novedad, y antes dijeron, que para pruebas de
estar firmes en su proposito, salian trayendo sus chumas [Nota del
transcriptor: chusmas], como por género de política y subordinacion.
Pero que suplicaban á S. S. protegiese su reduccion, y les formalizase
sus temporalidades. Prometíoles para su consuelo, que si posible fuese
vendria con su muger é hijos á vivir con ellos cuando se tratase de su
poblacion: con lo que quedaron satisfechos; y mandó se les repartieran
gorros y cuchillos á los varones, dando poncho al principal, y á las
mugeres rosarios, gualcas y agujas; á todos bizcocho y carne,
haciéndoles dejar en pié 6 reses, de que quedaron muy agradecidos y se
despidieron con estrechos abrazos.
(_3 leguas._) Este mismo dia, que fué el 18, como á las 9 de la mañana,
salimos de este tren y venimos á parar en distancia de tres leguas, á
las márgenes de una gran laguna, que titulamos _del Cayman_, porque
herido uno de un balazo se ocultó en el agua.
De este tren dista como legua y media la Puerta de Macomita (alias la
_Encrucijada_), así llamada, porque allí se junta este nuestro carril
con el de Macomita que descubrió el General finado D. José Arias Rengél,
padre de nuestro General, en la entrada que hizo el año de 1759 en el
gobierno del Sr. Espinosa Davalos.
Este camino, aunque montuoso y escaso de agua, es tan recto, que por él
se ahorran sobre 40 leguas de camino, segun la relacion de los indios, y
de los sujetos prácticos que le han traficado. A mas de esto, es camino
sin riesgo de enemigos ni esteros; y siendo el único embarazo para que
le trafiquen las marchas, el agua y el monte, podrian removerse estos
obstáculos, el primero con quemazones y talas, y el segundo cavando
fosas y tajamares: y con este alivio en todas las estaciones del año
habria paso franco, así para la entradas, como para sufragar socorros á
las reducciones que van á crearse en el centro del Gran Chaco.
(_2 leguas._) El 19 salimos de la laguna, y vinimos á parar en distancia
de dos leguas al pié de la barranca del rio, donde, aunque las
crecientes habian robado el antiguo fulcro, habian formado un cómodo
potrerillo, en que se aseguraron todas las bestias esta noche.
(_2 leguas._) Y porque robado el antiguo carril era preciso peinar la
eminente barranca que se objeta, y allanar un retazo de monte que
subsigue, el 20 repitió S. S. y oficiales la fatiga de los pasados
desmontes, y con igual ardimiento talaron mas de media legua de montaña,
y concluyendo temprano, tuvimos tiempo de pasar al otro lado con todo el
tráfago, y en distancia de dos leguas venimos á acamparnos en una
cañada.
El 21, como á las 7 del dia, nos alcanzaron 8 indios Sinipés con el
capitan Dupulem, trayendo los caballos que se robaron los Mataguayos.
Agradecíoles S. S. accion tan bizarra, y para estimularlos á continuar
en operaciones tan recomendables, les mandó repartir carne, ropa, yerba,
tabaco y bizcocho. Con estos indios llegó el Sr. Canónigo, que por
haberle tomado la noche con sus carros, en distancia de media legua mas
atras, paró allí á dormir: y titulamos à este _el Tren de los caballos_.
(_3 leguas._) Del que salimos el propio dia, como á las 12, y vinimos á
parar en el totoralcito que dista tres leguas de aquel tren.
Aquí paramos todo el 22, dando tiempo á la apertura de un dilatado
bosque, que fué preciso romper por haber faltado el plano del antiguo
carril.
Y teniendo noticia nuestro General que las dos naciones que son el
objeto de esta espedicion [Nota del transcriptor: expedicion] se
hallaban turbulentas, y maquinando temores y recelos, por los maléficos
influjos que les habian prestado contra nuestro intento la gente de la
parte del Paraguay; en tanto grado que les habian hecho creer veniamos á
pasarlos á cuchillo con capa de paz y reduccion, confederándonos con los
de Santa Fé para tomarlos en medio y hacer seguro el sacrificio; por lo
que intentaban ponerse en fuga cuanto antes: deseando nuestro General
poner remedio en tan pernicioso cisma, acordó seria conveniente
despachar adelante al P. Misionero, para que este apostolicamente les
satisfaciese, y quitase los recelos, informándoles de la realidad del
suceso.
Significó nuestro General al Sr. Arcediano este pensamiento, y
adoptándolo S. S., resolvieron hacerlo como lo pensaron. Propusiéronle
al R. P. Lapa; y conociendo en su religiosa prontitud no haber embarazo,
aviándole de lo preciso, le despacharon á las tres de la tarde para
Lacangayé, en consorcio de Silvestre Corro el intérprete, de tres indios
Tobas y dos Pasaynes: y como distan estas rancherias sobre 70 leguas de
este acampamento, las resultas se colocarán en su lugar.
(_5 leguas._) El 23 celebró misa el Sr. Canónigo al romper el dia, y
salimos de este real como á las 7 de la mañana; y siguiendo siempre el
rumbo al naciente, venimos á parar en distancia de cinco leguas sobre la
barranca del rio en un monte ralo.
(_6 leguas._) Aquí el 24, en honor del glorioso Apóstol del Chaco, _San
Francisco Solano_, celebró misa al alba el Sr. Canónigo, y le titulamos
_el Real de San Solano_: del que salimos como á las 7 del dia, y venimos
á parar en el _Tren del Sr. Espinosa_, por haber llegado hasta allí
dicho Gobernador en la campaña que hizo el año de 1759.
El 25, dia del glorioso Apóstol _Santiago_, mandó S. S. se enarbolase la
real bandera con la salva acostumbrada, y que formada la gente
partidaria, asistieran al santo sacrificio de la misa, que se celebró
con la posible celebridad, llenàndose los árboles de diversos
gallardetes, y haciendo las competentes descargas. El Sr. Arcediano oró
una erúdita oracion, parando la marcha todo el dia por dar descanso á
las bestias, y porque toda la gente se lavára, para cuyo efecto se les
mandó repartir jabon.
(_4 leguas._) El 26, saliendo de este tren, venimos á parar al paraje
nominado _Lataruec_, que dista como cuatro leguas del pasado.
Aquí encontramos algunos indios Vilelas, que venian de Lacangayé para
Petacas, de cuya reduccion dicen que son. Preguntados por los Mocobíes y
Tobas, dicen se han retirado tres dias de camino mas abajo de Lacangayé.
Del P. Lapa no dan razon alguna, y solo dicen que viene á toparnos el
indio Lachiquitin, Mocobí, con algunos de su nacion. Y como estos
pasasen á su destino, dirigió S. S. por este conducto letras al Gobierno
de Salta, dándole noticia de los sucesos hasta aquí acaecidos.
(_5 leguas._) El 27, como á las 8 de la mañana, salimos de Lataruec, y
vinimos á parar en los zanjones que distan 5 leguas. Y aqui topó S. S.
algunos Tobas que trageron cartas del P. Lapa, quien expone vá caminando
en pos de los Mocobíes; y que los que deja atras estàn muy conformes
esperando nuestra marcha.
(_4 leguas._) De aquí salimos el 28, y vinimos á parar en la _Cañada de
la Princesa_, distante 4 leguas: se intitula asi por el encuentro que
en ella tuvo la pasada expedicion con la hermana del famoso Paikin.
(_3½ leguas._) El 29, como á las 11 del dia, salimos de esta Cañada,
y vinimos á parar en otra igual, que dista de aquella tres leguas y
media.
Aquí nos encontró el R. P. Lapa, de regreso con el cacique Lachiquitin,
y otros indios Tobas que le acompañaban: dió razon dicho Padre haber
encontrado estos indios bien cerca de Lacangayé, y que, anoticiándoles
del fin de nuestra marcha, tuvieron por conveniente venirse con el Padre
á toparla: y porque los suyos estaban abajo convocados para presentar
batalla á los Abipones sus enemigos, tuvieron á bien hacerles chasque,
para que, noticiosos de la marcha, omitieran aquella perniciosa
hostilidad, tratando solo de disponerse para reducirse: con lo que
suponemos se haya deshecho la conspiracion. Y habiendo llegado á nuestro
real, recibió S. S. y el Sr. Canónigo al cacique referido y sus
acompañados con mucho júbilo, abrazos y cariño, mandándoles repartir
carne para aquel dia.
(_5 leguas._) El 30, salimos de este tren como á las 10 del dia,
acompañados de los dos caciques é indios de su comitiva: venimos á parar
en distancia de cinco leguas en el _Tren de Lachiriquin_, así nominado,
por el encuentro que con él tuvo la marcha de la pasada expedicion, tan
feliz como deseada, por la alianza que con este famoso caudillo de los
Mocobíes se consiguió, de que resultó todo el alivio de los
concurrentes.
(_5 leguas._) El 31, salimos de este tren como á las 10 del dia, y
venimos á parar en la Laguna de las Perlas, que casi formadas en su seno
matriz se encontraron en la expedicion pasada, pegadas en algunas,
semejantes á las que se encuentran en las ferias y pesquerias:
confrontando con esta relacion lo que en el particular escribió el
R. P. Lozano de la extinguida Compañía, quien al párrafo 2.º fòlio 11 de
su Descripcion Corográfica, afirma haberlas en algunas lagunas de este
vasto continente, citando diversos autores que lo apoyan. Cuya
profundidad, y el ningun tráfico de los españoles por estos lugares,
hasta hoy no han descubierto su formal existencia, y en la presente
campaña esperamos averiguar su realidad. Dista este tren del pasado
cinco leguas.
AGOSTO.
(_4 leguas._) El primero de Agosto, como á las tres de la tarde,
salimos de este tren, por haberse ofrecido un desmonte y venimos à parar
en distancia de cuatro leguas, en una ceja de monte, donde llegamos de
noche, y por lo tenebroso de ella le titulamos _el Real de las
tinieblas_.
(_7 leguas._) De donde salimos el 2, como á las 8 de la mañana, y
vinimos á parar en distancia de siete leguas à las márgenes de una
hermosisima laguna que forma un semicírculo, en la que se tomaron tres
caimanes pequeños, por lo que se le titulò _la Laguna de los
caimancitos_.
(_4 leguas._) De esta salimos el 3, como à las 11 del dia, y à poca
distancia topò á nuestro General el cacique Ketaydí, à quien recibiò con
mucho agrado: y tratándole de su reduccion, dijo que la diesen á los
Tobas de adelante, que luego se le daria á él: repugnándole bastante la
situacion de Lacangayé para pueblo, por justas razones que alegò; siendo
la principal el ser pavimento que frecuentemente lo inunda el Rio
Grande. Despidíose de nuestro Comandante, y por ir de camino solo se le
dieron tres reses en pié, y se fué à su rancheria. Vinimos à parar à las
márgenes del rio en unos algarrobos, donde està situada una rancheria
desierta, y dista del pasado real como cuatro leguas, distando cuatro de
Lacangayè. Aquí paramos todo el dia 4, por haber comodidad de pastos y
aguas, respecto de estar todo el campo quemado: hallandose por ahora
indeciso S. S. en cuanto al sitio de nuestra residencia, y plano de las
dos reducciones.
El mismo dia, como à las 5 de la tarde, se presentaron en nuestro real
el cacique Keyabirí con cerca de 20 indios, y con ellos D. Juan Zea y el
partidario Antonio Burgueño, (que como se dijo atras, los mandó S. S.
por el Salado á que sacasen los huesos del finado P. Scena [Nota del
transcriptor: Sena] y su carruage). Recibiò S. S. à los indios con toque
de tambor, y formada la gente miliciana, díoles estrechos abrazos
nuestro General, el Sr. Canònigo, P. Capellan y toda la oficialidad.
Dándoles á entender por el intèrprete el fin de nuestra entrada,
contentos respondieron unánimes, eran muy gustosos, y que siempre
estaban en lo que prometieron. Por lo que S. S. con particular jubilo
les mandò batir la real bandera, que traia por hasta una cruz; y á voces
claras se proclamò diciendo, _Viva el Rey_.
Nuestro General mandòles sentar, y que les dieran refrescos.
Significòles la piedad, gratitud y amor con que el Rey su Amo y Sr.
natural, estaba empeñado en buscarles por todos medios su bien y
alivio, deseoso de que se reunieran al gremio del catolicismo, para cuyo
fin generoso habia franqueado sus reales arcas; y que si posible le
fuera buscarlos en persona lo haria, segun el amor y caridad con que los
miraba, ampliándoles todas las leyes à su favor, y llenándolos de
privilegios, sin otro mérito que ser conversos, pobres, míseros y
desvalidos, hasta colocarlos bajo su real proteccion y patronato: y por
no poder emprender estas empresas personalmente, las confiaba á sus
Ministros. Oyeron todo con grande atencion, y luego respondieron estar
ciertos de todo, sin embargo de que lo contrario les habian informado, á
lo que no habian querido dar crédito.
Concluida la oracion, pidieron que gustarian de ver hacer el ejercicio
de armas, y mandó S. S. se hiciera sin fuego. Mandólo el sargento
Losada, Guarda Mayor de almacenes, y efectuado integramente con todos
sus movimientos, conversiones y evoluciones, quedaron estos como
pasmados de verle: con lo que mandò S. S. se retirasen á descansar y
acomodar sus bestias, y luego se les proveyò de carne y bizcocho para
que cenáran. Por la noche para divertirlos se dispusieron varios fuegos
y dansas, que efectuaron los partidarios con grande gusto y complacencia
de todos: y concluido à la retreta, se recogieron à dormir, celebrando
nuestro General la satisfaccion con que los indios asistieron á la
diversion.
(_3 leguas._) El 5, como á las 9 del dia, celebròse el santo sacrificio
de la misa en honor de _Nuestra Señora de las Nieves_, dia en que
tambien los hijos de Salta veneran el prodigioso milagro _de las
lágrimas_. Salimos de los Algarrobos, y venimos à parar en una ensenada
sobre el mismo rio, donde habia una rancheria despoblada, distante tres
leguas de la pasada, y aquì estaban alojados D. Juan Zea, y Burgueño con
algunas cargas, mulas y caballos: y como sacasen el respetable cadáver
del R. P. Scena [Nota del transcriptor: Sena], se le cantò un responso
por el Sr. Arcediano y P. Capellan, acomodando los huesos para darles
competente urna. Y deseando nuestro General elegir sitio para el
destacamento y poblaciones, se pasó en consorcio de los caciques, de su
Ayudante Sardina y del Capitan de Migueletes, D. Juan José Acevedo, á
Lacangayé: y habiendo encontrado lugar aparente y de comun consenso de
los indios, se regresó à nuestro real, y el dia de mañana pasaremos al
lugar prefijo con el favor divino.
(_1 legua._) El 6, despues de haber celebrado el Sr. Arcediano y el P.
Lapa, que aplicò el sufragio por el finado P. Scena [Nota del
transcriptor: Sena], salimos de esta ensenada como à las 12 del dia, y
vinimos á parar en Lacangayé, ó Canaganayé, que en idioma Mocobí dice
_Tragadora de gentes_, por la sumersion que cuentan hubo muchos años há
en estas inmediaciones, pereciendo sepultados muchos indios de ámbos
sexos que ocupaban una numerosa rancheria. Antes de llegar al lugar
prefijo, encontramos grabada en un algarrobo, con letras claras, una
inscripcion, que dice: _Julio á 25, año de 1774_. + _Aquí estuvo
en este lugar el Sr. Gobernador del Tucuman Matorras, con 196 hombres, y
el Comandante D. Francisco Gavino Arias._ Llegamos al lugar destinado,
que dista del pasado tren como una legua, sin novedad considerable: de
que damos incesantemente las gracias al Dios de los Egércitos, y pedimos
nos acompañe, y aliente hasta la perfeccion de tan piadosa obra.
El 7 compareció en nuestro real el cacique Keyabirí con algunos indios
de su nacion, y despues de haberles parlamentado S. S. por los
interpretes, acerca de hallarse pronto à erigir la capilla y reduccion,
respondiò este y los suyos, prestando su consenso, pero con alguna
tibieza, siendo el motivo de esta inquietud, la guerra que estos
actualmente mantienen con los Abipones. Imaginando nuestro General ser
estos efectos de la genial veleidad de estos bárbaros, les significò con
energia y resolucion, que si acaso no eran gustosos nada habia perdido:
que S. S. solo venia mandado de sus superiores á cumplirles la promesa,
porque viesen que el español siempre guardaba su palabra sin los
resabios y novedades que ellos; y que se volveria con la misma facilidad
con que habia venido, y que solo sentiria su perdicion, y el tiempo
inutilmente gastado en buscarlos, con tanto costo y dispendio del real
haber.
Oyeron ellos esta relacion con grande atencion y no sin fruto; porque
entonces, corriendo el velo á sus cautelosos resabios, digeron que no
habria novedad, y que S. S. empezase su labor cuando gustase: que si
ellos callaban en muchas cosas, era porque de genio son taciturnos, y
que todavia no habian perdido el miedo al español, y que poco á poco se
irian entregado conforme les fuesen tratando y comunicando. Mostró S. S.
quedar satisfecho de ellos, y les mandó tragesen sin recelo sus familias
para vestirlos y darles raciones de carne: y al punto mandò poner una
camisa al cacique, un uniforme y calzones; diósele sombrero y cuchillo,
con otras gratificaciones para que llevára á la muger, y les mandó matar
dos reses. Vistíose á los demas, dandoles chupa, camisa, calzon,
cuchillo y sombrero: con lo que se fueron á traer sus familias.
El 8, à las 5 de la tarde, cayó de la esfera un globo igneo que causò un
terrible estruendo y consternacion en los indios, cuyo estallido todos
percibimos, y algunos le vieron caer en una laguna fétida y sulfúrea,
que dista de nuestro real como seis leguas.
El mismo dia vino el cacique Lachequitin con los principales de su
rancheria; con quienes se practicò igual diligencia que con los
referidos, y tras estos vino un cristiano, natural de Salta, que se
apellida Ibacachi, de madura edad, cuyo nombre aun el mismo ignora, por
haberlo cautivado muy pequeño. Vive enteramente connaturalizado con los
gentiles, y està casado con una india Mocobí: tiene en ella algunos
hijos, y enteramente olvidado del castellano, solo habla Mocobí; y
conociendo en nuestra marcha algunos parientes suyos, los ha mirado con
mucho cariño. Tratòle S. S. acerca de la reduccion, y está muy gustoso
en recibirla y hacer cristianos à los suyos: habiendo gastado todo este
dia los partidarios en fabricar su cuartel, y vestir las indias y
pàrvulos de àmbos sexos.
Por la noche vino el indio Agustin Toba, de quien antes dijimos se
adelantó con el P. Lapa, y habiendo corrido hasta el Rio Pilcomayo,
trajo la noticia de que por el dia 8 ò 9 de este mes, estarian con
nosotros los caciques de su nacion, con los principales indios, à tratar
de su reduccion que la deseaban sin novedad. A cuyo fin se le dejó
venir, trayéndolo el Sr. Arcediano de su reduccion de Ledesma para este
fin, como instrumento proporcionado: y efectivamente ha correspondido al
concepto de su conducta.
A todo esto es digna de notarse la fineza del cacique Lachequitin,
anciano Mocobí, el cual desde que salió à toparnos en el Real de los
Correntinos hasta hoy, nos acompaña con mucha fineza y cariño: siendo al
mismo tiempo grave y circunspecto, tan hallado con los españoles, que,
abandonando su casa è hijos, no se separa de nuestro real, y cuando lo
hace, pide venia à nuestro General, y tan pronto como vá se vuelve. Por
lo que presumimos sea este uno de los escogidos, entre tantos llamados à
nuestra Santa Fè: y cuando se le avisa de las novedades de los suyos,
satisface, diciendo que no les hagan caso, que como muchachos son unos
locos y bandoleros, pero que èl los ha de reducir: con lo que tenemos en
este indio no pequeña columna para el intento.
Este dia tambien llegaron los Atalaláes como à las 4 de la tarde,
pidiendo á S. S. los reuniese à su antigua reduccion de Macapillo,
ofreciéndose para trabajar en la fabrica de las capillas, con tal que se
les diese carne, y de vestir. Consolò S. S. al ladino Estevan, aceptando
su propuesta, y mandó se alojáran inmediatos à nuestro real, como lo han
hecho.
El dia 9 llegò tras estos el cacique Keyabirí, con Lachepí, Nachinquin
capitan, y otros 20 indios Mocobíes, trayendo sus familias, las que se
mandaron vestir, y se les proveyò de carne y bizcocho.
Nuestro General ha pensado conciliar estas dos naciones con la Abipona,
á fin de que subsistan estas reducciones, y aquella no padezca las
irrupciones que hasta hoy. Y contemplando medio proporcionado para el
premeditado fin avistarse con su cura doctrinero, ha pensado así
practicarlo, cuyas resultas, y la concordia ó discordia, se colocarà en
la parte que corresponda.
Desde el dia 10 se empezaron los preparativos de adobes y cortes de
madera para la construccion de la capilla y demas oficinas, dàndose
órden de los sugetos que habian de custodiar los ganados y mensages: y
los Atalaláes van desempeñando su promesa, sin que el 11 haya ocurrido
novedad alguna, ni el dia 12.
El 13 llegaron ya los Tobas, cuyos principales son, Asakairí, Kigrí,
Naponarí, Cuniquirí, con 11 capitanes: y parlamentados acerca de su
ractificacion [Nota del transcriptor: ratificacion], dijeron no haber en
ello novedad, y en cuanto al sitio para su reduccion, aunque intentaron
fuera en la otra banda del Rio Grande, à persuasion de S. S. y del Sr.
Arcediano, que les hicieron ver por el faraute los inconvenientes que
tenia dicha eleccion, y persuadidos enteramente, eligieron por sitio un
plano, cuya situacion queda á la parte del poniente, à un lado del
carril que hemos traido, llamado _Tren de Concha_, cerca de Lataruec:
terreno por cierto muy adecuado, en que quedaron acordes con nuestro
General, sin que el 14 ni el 15 hasta el 18 haya ocurrido novedad
considerable.
El 19 hízoles S. S. largo parlamento, que tambien presenciaron los
Mocobìes; en el que por exordio les significó el excesivo amor que les
tenia el Todo Poderoso, que á costa de su vida y de su sangre les habia
facilitado su conversion, para que pudiesen por la puerta del bautismo
entrar en el grémio de los fieles, en vida y en muerte, á gozar las
eternas delicias de su gloria, que no han de acabarse jamas. Hízoles
presente el Sr. Arcediano la inmortalidad del alma, las penas del
infierno preparadas para los malos, y el prèmio de la gloria para los
buenos: que bautizados serian nuestros hermanos, y de Jesú-Cristo segun
la carne, quien encarnó por amor suyo y nuestro, padeciendo y muriendo
en una cruz: que eran hijos de la iglesia, y por consiguiente
participantes del infierno, tesoro de las gracias, indulgencias,
remisiones y perdones: que bautizados se trocaban de esclavos de Satanàs
en hijos de Dios y herederos de su gloria.
Que el santo leño de la Cruz era una reliquia digna de toda veneracion,
así por haber muerto en ella todo un Dios humanado, cuanto por ser
instrumento de nuestra redencion; y que asì, cuando se les grabase este
madero, lo mirasen con toda reverencia.
Continuò nuestro General retratando la grandeza de nuestro Soberano, su
cristiano celo, y deseo de la conversion suya; la generosidad con que
para aliviarlos franqueaba sus arcas y tesoros. Y decifrados estos
puntos con los mas vivos colores que le dictó su prudencia y amor al
Soberano, les oyeron absortos y quedaron en todo muy contentos.
Abrazóles S. S., el Sr. Arcediano y oficiales, con repetidos vivas;
batíose el real estandarte; y mandó S. S. vistieran á los principales de
uniforme, repartiéndose à todos los demas que no estaban vestidos,
camisas, solapas, calzones, ponchos y sombreros, carne y bizcocho para
aquel dia: se les dieron en pie 4 reses.
El 20, dia del glorioso San Bernardo, patron del Chaco, enarbolòse la
Santa Cruz, que se bendijo por el Sr. Arcediano; cantóse misa solemne,
con asistencia de los indios referidos, y concluido el sacrificio,
hízose la adoracion de la Santa Cruz, que principió el Sr. Arcediano,
vestido de capa magna, siguiendo á este el orador, que fuè el R. P. Lapa:
á este, siguió nuestro General, asociado del principal cacique; siguió
el Auditor asociado con otro de los caciques, y siguiendo el propio acto
el Secretario, el Mayor General de òrdenes y los demas oficiales,
continuó la tropa, que asistió formada haciendo sus descargas. Con lo
que se concluyó esta cristiana diligencia, repicándose las campanas con
universal júbilo de todos.
El 21, han facilitado los caciques camino para la ciudad de las
Corrientes, que dicen distará de nuestro acampamento seis dias de
camino: por lo que presumimos sean 60 leguas de distancia.
Con lo que el 22 acordó nuestro General, seria conveniente que por esta
via caminase D. Jaime Nadal y Guarda, Mayor General de órdenes, con
algunos partidarios, à traer ganados y otros efectos necesarios para el
abasto de la gente, y de los indios à quienes se piensa despachar el 31
del corriente, lo que se anotarà en su lugar: dando màrgen para esta
resolucion contemplar esta ciudad mas inmediata, y que los ganados y
demas efectos estàn en ella mas baratos.
El 23 y siguiente nada ocurrió digno de nota.
El 25 caminò para Salta Silvestre Corro con cartas de nuestro General,
y libranzas para sacar de las cajas reales de Jujuy los 2,000 pesos de
residuo, para que, invertidos en ropa, cuchillos, granos y otros efectos
necesarios para estas reducciones, los condusca á este lugar. Y este
mismo dia se agravó à nuestro General el colico accidente de que adolece
por lo comun, y en tanto grado la avanzò, que el 26 estuvo casi en los
ùltimos periodos de la vida, y aunque le ha durado hasta hoy 28, ya ha
declinado su actividad y se halla mejorado, aunque siempre en cama.
Este dia, que lo es del Dr. San Agustin, egecutaron los Mocobíes dos
acciones dignas de notarse: la primera, que insinuándoles la necesidad
que habia de gente para el acarreo de adobes y lo urgente del tiempo,
sin que quedàra uno, desde el cacique al mas pequeño de ámbos sexos,
trabajaron todos en el acarreo. Concluida esta diligencia, celebró el
Sr. Arcediano misa por la salud de nuestro General, y luego al toque de
la campana todos concurrieron, inclusos los caciques, á rezar y à
instruirse en la doctrina: accion que hasta hoy no habian egecutado los
mandones, porque solo mandaban à los párvulos.
El mismo dia por la tarde asaltó á nuestro General el propio accidente,
con tanta fuerza y rigor, que desauciado del medico, no tenia ya aliento
para formar testamento, y se contentò solo con otorgar su poder, pasando
toda aquella noche en un lastimoso conflicto.
El 29 al amanecer, se confesó y recibió el Viàtico, y no embargante de
haberle desauciado, como se mudasen los pronòsticos del accidente, se
halló este dia algo mejorado: tratando de remitir al Superior Gobierno
este diario con el competente informe por la via de Corrientes.
El 30, dia de la gloriosa _Santa Rosa de Lima_, Patrona de estas Indias,
amaneció S. S. mucho mejor de sus males: por lo que el Sr. Arcediano
cantò la misa de gracias con toda solemnidad, dándolas toda la
oficialidad y concurrentes al todo Poderoso, por haber restablecido à
nuestro General, que aunque se mantiene en cama, está ya tan placentero
que desde allí distribuye diariamente las òrdenes para el trabajo y
demas fatigas, mostrando en todas sus acciones el ardiente deseo que le
asiste de perfeccionar esta obra, en que se interesa el servicio de
ámbas Magestades.
El 31 amaneciò continuando la mejoria de nuestro General, por lo que el
R. P. Lapa celebrò el santo sacrificio con la posible solemnidad, y
egecutaron varias devotas preces, y deprecaciones con el mismo objeto
que el dia anterior: y este dia se resolvió caminar para Corrientes el
Mayor General de Ordenes, D. Jayme Nadal y Guarda, para el mismo fin que
se tenia pensado.
_Nomínanse los caciques y principales mandones de todas las naciones
conversas, que han pedido y piden reduccion._
MATAGUAYOS. | MOCOBÍES: _que ya están en pueblo,
| por haber muerto_ Paikin _á manos
Josengo, cristiano. | de los Abipones, y haberse ido
Arroyo. | Lachiriquin á la reduccion de San
Amaya. | Pedro: son los siguientes._
Tineo. |
Luis Grande. | Queyabirí Cacique.
Luis Chico. |
Lope Mozo. | Lachiquití }
Lope Viejo. | Lachinquin } Capitanes.
Francisco. | Unanquin }
|
Que con sus familias serán como | Lachepí Consultor.
1,000 individuos. |
| Dastiquí }
| Piligosoyrí }
| Neraicay }
| Nebatiorin } Capitanes.
| Zelaperí }
| Quetogoy }
| Raamatác }
|
| Que con sus familias serán en número
| como 300.
-----------------------------------|-------------------------------------
|
CHUNUPÍES, MALBALAES Y SIGNIPES. | TOBAS.
|
General de todos ellos, | Azacairy }
Atecampibáp. | Quiyguiry }
| Naponary } Caciques.
Capitan de Malbaláes, Chinchin. | Cuniquiry }
|
Capitan de Signipés, Dupulem. | Azitory }
| Diguity }
Y serán en número con sus chusmas | Pasequirí }
como 400. | Copetayquí } Capitanes.
| Quetonocoyquí }
| Similgoy. }
|
| Tegnocory Curáca.
|
| Nedegoydí } Capitanes.
| Nicotagay }
|
| Que siendo esta nacion mas numerosa,
| serán como 500.
-------------------------------------------------------------------------
Por lo que debemos contar con 2,000 conversos, por la menor parte.
Expresados los principios y medios de la presente reduccional expedicion
en esta ciudad, se continuaràn en otra separada los fines y operaciones
de esta campaña, que concluiràn con la relacion geogràfica de toda la
provincia del Gran Chaco Gualamba: cerràndose aquí nuestro diario, para
dar parte con este cuerpo al Superior Gobierno, á fin de que quede
enterado de las ocurrentes operaciones y estado de nuestra reduccional
conquista, como se hará con la segunda cuerda, cuando se hayan cumplido
las superiores disposiciones. Y para comprobante de la verídica relacion
de nuestro diario, vá firmado de S. S. el Sr. Coronel y Comandante
General, del Sr. Arcediano y toda la oficialidad de plana mayor,
autorizado del Secretario de la expedicion. En este real acampamento de
Lacangayé, en 31 dias del mes de Agosto de 1780.
_Francisco Gavino Arias._--_Dr. Lorenzo Suarez de Cantillana._--_Fr.
Antonio Lapa._--_Dr. José Antonio Arias Hidalgo._--_Jaime Nadal y
Guarda._--_José de Plazaola._--_Juan Antonio Caro._--_Juan Crisostomo
Sardina._--_Diego Angel Leiba._--_Juan José Acevedo._--_Miguel
Losada._--Ante mí, _Gerónimo Tomas de Matorras_, Secretario.
SEGUNDA PARTE.
SETIEMBRE.
Queda visto como el primero de Setiembre caminò para Corrientes el Mayor
General de Ordenes, quedando nuestro General en cama aunque ya mejorado
de sus males: pero al cerrar la noche del dia primero casi fué el
postrero de sus dias porque asaltándole con total violencia le puso en
tal estremo, que á las nueve de la noche se confesó con gran priesa; y
temiendo no alcanzar á formar su testamento, otorgó solo poder, é hizo
formal nombramiento de sucesor para el caso de su fallecimiento en mí,
el referido Dr. Arias, que hacia de Auditor de Guerra, dejando á mi
cuidado el desempeño de su comision en todo lo temporal, y que en los
asuntos de reducciones espirituales, procediese asociado con el Sr.
Arcediano, como superior eclesiástico, visitador general que es de todas
las reducciones, y eclesiástico interventor en esta reduccional
expedicion.
Encárgonos [Nota del transcriptor: Encargónos] á ambos, en su fatiga
mayor, el desempeño de las confianzas superiores, el servicio del Rey
Nuestro Sr., el celo y eficacia en llevar adelante hasta su conclusion
la labor de las capillas y pueblos, haciéndonos presentes cuanto se
interesaba en todo el aumento y la gloria de ambas magestades.
Dispuestas sus cosas de esta suerte, como amaneciese con vida el dia 2,
pidió se le administrase el viático, y continuó con su fatiga hasta el
dia 3, en el que el médico de la expedicion le desaució de todo punto,
con gran conflicto nuestro y valerosa resolucion del paciente, que oyó
tan dura sentencia con mucha entereza.
Continuó la renitencia del accidente hasta el dia 6, hasta que el dia 7
amaneció mejorado, y segun se vé promete la mejoria venturosos
progresos.
Apenas conoció su mejoria, cuando ya comenzó á operar su aplicacion,
noticioso que los indios del pueblo de Macapillo se hallaban con ánimo
de desamparar su reduccion, y venirse á estas de nuestro cargo; así por
estar aquí su cura doctrinero, Fr. Antonio Lapa, y presumirse lo hayamos
de dejar en alguna de estas reducciones, como por el parentesco y liga
que tienen aquellos con estos indios de nuestro cargo. Deseando remediar
este desgreño, dirijió S. S. letras al _Curaca_ Colompotóp, cuya
substancia contenia mas artificios que renglones: porque le conjura por
todos los respetos y leyes de la amistad, suplicando no desampare su
pueblo, porque quedaría S. S. muy displicente con ella, sin poderle
admitir en estas nuevas reducciones, donde solo tenia órden de colocar
los Tobas y Mocobíes recien conversos, y no otras naciones, maxime
extraviadas de sus respectivos pueblos.
Considerando al mismo tiempo no ser menos poderoso estímulo el interés
en estos bárbaros, le incluyó libranza de 50 cabezas de ganado vacuno
contra su mayordomo de la hacienda del Rosario, para que entretenidos el
Curaca y los suyos en recibir aquel socorro gracioso y aprovecharle, se
entretuviesen contentos en su pueblo, y se mantuviesen hasta que
regresase su pastor, al que les prometió restituir S. S., concluida su
comision; con lo que esperamos se hayan aquietado.
Desde el 8 hasta el 13 se empleó la gente partidaria en seguir la faena
de adobes, cortar maderas, arar, sembrar y cercar los rastrojos que se
han puesto, de maiz, trigo, sandías y calabazos: y habiéndose abierto
los cimientos del templo el dia 12, en que ya nuestro General se hallaba
en pié, colocóse por la tarde la Santa Cruz en el lugar acostumbrado; y
al siguiente dia, en que los vecinos de Salta celebran con grandeza el
triunfo de N. Sra. del Milagro, se bendijo la piedra angular, segun las
ceremonias del ritual romano, y se colocó en el lugar respectivo, siendo
los padrinos nuestro General y el Sr. Arcediano.
Desde el 14 hasta el 30 se ha ocupado la gente toda con los indios en
trabajar la iglesia, y parte de la gente partidaria en acarrear las
maderas. Este dia compareciendo en este real como 50 indios de la nacion
Chunupí, que ya quedaron amigos como se indicó en la primera parte del
diario, dijeron, que deseando continuar la amistad pactada, habian
venido á visitarnos desde su lejana habitacion.
OCTUBRE.
El 1.º de Octubre, dia de Ntra. Sra. del Rosario, se enarboló el real
estandarte.
El 5 llegó un cacique llamado _Anequelcody_, con 18 grandules, 10
párvulos, 15 mugeres adultas y 7 mozas, todos cristianos de la reduccion
de San Pedro: hízoles presente S. S. lo mal que hacian en desamparar su
pueblo; á que satisfacieron con decir venian de paseo á visitar á los
Mocobíes de nuestro cargo, deudos suyos.
El 7 llegó el caporal Coytogoquí, Mocobí de nacion, con 9 indios
grandules, 59 mugeres grandes, 7 mozas y 11 párvulas, y mandó S. S. que
distinguiendo al caporal, se vistieran todos, dándoles á la mugeres á
mas del vestuario, rosarios, gualcas, sortijas y agujas. Y tras estos
llegaron los caciques Contoquí y Yatagayquí, Mocobíes, con 4 indios
grandules, 15 mugeres entre grandes y chicas y 6 párvulos, y á todos
mandó vestir S. S. con la debida proporcion.
El 8, como á las 3 de la tarde, caminó S. S. con el P. Capellan, el
Capitan de migueletes, y el médico para el Tren de Conchas, á elegir
sitios para el pueblo, y dar disposiciones para las faenas.
El 9 llegó el cacique Goytamatí con un hijo suyo, y 10 indios grandules,
25 mugeres adultas, 7 mozas, chicas 10 con 13 muchachos, todos mocobíes
que se han vestido, distinguiendo siempre al principal.
El 13 llegó el cacique Alaiquí con su familia, que se componia de 8
mugeres adultas, 2 mozas y 6 párvulos.
El 17 dió la vuelta nuestro General, trayendo la noticia de haber
elegido un famoso sitio para la reduccion de Tobas, enfrente de la
Laguna de las Perlas, donde ha puesto el real acampamento, y deja
fabricado un ramadon de 30 varas, desmontando un bosque, por donde
conducir el agua para la faena de adobes.
Ha admirado S. S. la copia de indios que han salido allí á poblacion,
que dice excederán en número á los de este pueblo en duplicada cantidad,
y que le informan los mismos, que desde muy lejos están viniendo y
vendrán, pues allí no están todavia ni la tercia parte de los de su
nacion.
Chinchin ha venido con la noticia que su General Atecampibáp, de quien
hablamos en la primera parte del diario, queda desauciado, y y [Nota del
transcriptor: y] que ya le contempla difunto en el dia: que estando en
esta situacion, juntó á los suyos, y les hizo en sustancia el siguiente
parlamento. "Conociendo estoy, carísimos y leales vasallos, que mi vida
se acaba, y que mis dias se han cumplido sin apelacion. Y porque
vosotros sois testigos de las paces estipuladas con el español nuestro
amigo, os suplico cumplais sin defecto: lo que yo á nombre de vosotros
prometí, porque conosco que el cristiano nos quiere bien, y su amistad
nos es muy útil. Por esto pues os encargo, os suplico y os ruego, que
sin perder tiempo, alguno de vosotros con la competente escolta pase á
Lacangayé, donde se halla el General Arias, y le haga presente mi
infausta situacion, para que no extrañe mi defecto en el caso de su
regreso; y que aunque yo fallezca, dejo á vosotros los capitanes y
principales mandones para que cumplan lo mismo que yo prometí en cuanto
á reduccion: y que en cuanto al sitio de ella, acordé despues con
vosotros que el elegido era perjudicial á nuestros ganados y haciendas,
porque aquerenciadas en esta costa del rio, removerlas á distinto pais
era perderlas.
"Y que supuesto que á los Tobas y Mocobíes se les ha dado en la costa
del rio, desde luego suplico á nombre de todos, que á continuacion de la
reduccion de Tobas se nos dé á nosotros, y que allí se congregarán las
tres naciones unidas de Malbaláes, Chunupíes y Signipés, lo mismo que os
encargo á vosotros cumplais y guardeis: pues ya será esta la postrera
vez que os mande; y porque deseo vuestro alivio, y lo he deseado
siempre, quiero que hasta la muerte conoscais la gratitud de vuestro
moribundo General."
En esta virtud Chinchin y los suyos me hicieron presente todo lo
acaecido, y enterado, suplíqueles esperasen el regreso de nuestro
General, que ya por dos horas lo esperaba, para que con S. S. se
acordase lo conveniente.
El 19, reconociendo S. S. en los Mocobíes muchísimo desaliento para el
trabajo, juntó á los principales de ellos, y les hizo en substancia el
parlamento siguiente.
"El Rey, mi Señor natural y superior, y su Virey de Buenos Aires, me han
mandado á poneros reduccion: á este fin, como ya varias veces os he
dicho, han librado á vuestro favor cuantiosas cantidades de dinero: y
esto para què?--no con otro fin que civilizaros, cristianaros y
reduciros á vida racional. Y sino dejais vuestros antiguos desórdenes,
¿con qué conciencia podré sufragaros graciosos donativos, cuando estos
son condicionales, y vosotros no poneis la condicion? ¿Con qué verdad
informaré á los Tribunales á vuestro favor, cuando vosotros no dais
mérito para ello?"........
El 23, como al mediodia, llegó el indio Quedegody, que fué acompañando
al chasque que se retiró á Corrientes, quien trajo razon de haberle
acompañado hasta las orillas del Rio Paraguay, y que de allí, dando
aviso á la gente que estaba á la otra banda, vinieron a pasarle en una
canoa. Que Portal y el indio Juan Pablo pasaron á la otra banda, y le
dijeron á este los esperára dos dias: que temeroso de los Abipones y de
los españoles de Corrientes, se habia venido luego; pero que Portal no
podia ya tardar en su regreso.
No solo no se diò asenso á esta noticia, sino que imaginamos haber
habido en esto alguna traicion; porque casi lo propio dió por razon el
mismo indio que fué acompañando al Mayor General de Ordenes, D. Jayme
Nadal y sus consocios, sin que hasta hoy se sepa cosa alguna de su éxito
á la de Corrientes: sin embargo de que confiesan los indios no haber mas
que 60 leguas de distancia, y todo camino llano. Por lo que mandó S. S.
se le entretuviera algunos dias con arte, hasta saber la realidad por
algun camino.
Y con efecto, el 25 llegó Portal, y con su dicho confirmó la realidad de
cuanto el indio expuso: por lo que S. S. le dió las gracias de la
fidelidad con que le habia guiado y acompañado. Y con lo que responde el
Mayor de Ordenes en la suya quedamos satisfechos.
"Que ya tiene el ganado á las orillas del Paraná, y que en término de 16
dias estaria con nosotros, siendo la fecha de sus cartas el 19 de
Octubre. Asimismo ha remitido el diario que formó á la ida; del que se
colije distar Corrientes de nuestro real campamento de Lacangayé 76
leguas: que lo mas del camino es campo abierto, con palmares y algunos
de datiles: que no tiene mas tropiezo que algunos madrejones con agua:
que ha sido generalmente recibido de los indios Mocobìes de su tránsito
con mucha humanidad y cariño, y en especial del cacique Amelcoy, quien
le ha franqueado los auxilios convenientes, y escolta de indios para su
guia, resguardo y seguridad, acompañándole tambien personalmente: y
añade, que es un indio en quien concurren las mas bellas prendas que
puede tener el mas noble y racional: que habiendo llegado á una laguna
de alguna magnitud, pasó en una pelota de cuero hasta la otra banda.
"Y reconociendo que en la banda del rio que se objetaba, habia una
poblacion de españoles, hizo señas dando voces: que los habitadores
quedaron sorprendidos, imaginando serian indios enemigos que venian á
asaltarles; hasta que, reconociendo ser gente española, pasó uno de
ellos en una canoa: que avistado con él le preguntó: ¿Qué rio era aquel?
¿què poblacion aquella? ¿y qué lugar era donde se hallaban? Satisfizo,
diciendo--Que el era teniente de aquel presidio que habian puesto poco
hace los Correntinos para resguardo de los insultos de los Guaycurús:
que aquella fortaleza se llamaba _Curupayetí_ [Nota del transcriptor:
_Curupaytí_], que aquel rio era el del Paraguay: que aquel lugar era el
Paso de los Guaycurús: que de allí, rio abajo, distaba Corrientes 10
leguas, y que por allí podia pasar todo su tráfago:--como lo hizo, y
llegó á la de Corrientes el dia 13 de Octubre, habiendo tardado en
camino once dias, á causa de esperar los indios que le habian de
conducir, para lo que se detuvo cinco dias en las rancherias de Amelcoy
y Curupayetí."
Bien se vé cuanto seria nuestro consuelo al saber el feliz suceso de los
nuestros, que ya contabamos difuntos, resultando de esta nueva
expedicion tantas utilidades como se irán anotando.--La primera, verse
descubierto este camino, que hasta hoy por cómputos matemáticos solo se
conceptuaba traficable; estando tan recomendada su apertura por
repetidas órdenes reales: cuya felicidad ha logrado en sus dias nuestro
Comandante General, mediante su desvelo y aplicacion, hasta haber dado
tan acertada disposicion, y haber encomendado su egecucion al referido
Mayor de Ordenes, que con su celo, actividad y talento ha desempeñado
esta confianza con la pureza que se deja ver. La segunda, queda este
continente todo descubierto, habitable y andable; mayormente si á
continuacion de esta apertura y descubrimiento se acalora su tráfico
continuo con el yuvamen de un presidio de la parte de Corrientes, como
lo acordó la Junta Reducional de Propaganda, el año de 1779, y como ya
lo expuse en otro lugar. La tercera, se ha descubierto que los planes y
mapas antiguos erraron el concepto en cuanto al desemboque del Rio
Bermejo, que le figuran incorporado con el Paraná, casi en las dereceras
de Corrientes, sin incorporarse con el Paraguay. Véase el que trae por
cabeza la Historia Corográfica del R. P. Lozano, que creo fué sacado por
otros iguales ejemplares, en los que se notan en este punto dos yerros
notables; porque avisan los nuestros, que para llegar á Corrientes han
pasado el rio Paraguay 10 leguas mas arriba del Paraná, sin pasar el
Bermejo, que han llevado desde aquí á mano izquierda en todo el viage:
de que se infiere, que mas arriba se incorpora con el Paraguay, talvez
en distancia de 20 leguas de Corrientes á la parte del poniente, cuyo
yerro geográfico, con otros que se notan en dicho mapa y su descripcion,
esperamos enmendar con la exactitud debida en la Descripcion Geográfica
que se dará por conclusion de este diario.
NOVIEMBRE.
El 6 llegó el Capitan de migueletes, D. Juan José de Acevedo, de la
parte del naciente, donde se le mandó con el encargo de descubrir el
sitio fijo de la antigua Concepcion destruida, para colocarlo con
certeza en el mapa que se ha de formar en la Descripcion Geográfica. Dá
este por razon que la ciudad está situada á la parte del sud en un
espesísimo bosque y chaguaral impenetrable: que de una laguna salen
algunas acequias para el lugar de dicho pueblo, que distará de este real
de Lacangayé como 30 leguas, y que todo es camino llano y andable.
Que hay muchísimos palmares y maderas útiles: que el campo es abierto
hasta allí y fertilísimo: que hay infinidad de monos de diversas layas,
y entre otros una especie de micos rubios, y con tanta barba, machos y
hembras, como un cabron; y que los machos son por demas, que son negros
y muy feos. De esta especie trajo una hembra con su cachorro, que llegó
muerto á este real; sucediendo con la madre lo propio apenas llegó: lo
que creemos proviniese del balazo que les diò al tomarlos, y de la
ninguna comodidad con que los trajo.
El 12 llegó el Mayor de Ordenes de la de Corrientes, con solo un indio y
un peon, trayendo pliegos de S. E., y conduciendo una corta puntilla de
reses para nuestro socorro: bien se vé cuanto sería nuestro consuelo al
verle, y mayormente cuando, tan celoso de nuestro alivio, se habia
avanzado á venir por caminos peligrosos y no trillados, con tan poca
seguridad. Y en verdad que llegó el socorro tan á tiempo, que ya por
necesidad ibamos matando las vacas mansas de cria.
Atrás dejó 400 vacas, que conduce el inspector Plazaola con el capitan
Corbalan, el partidario Burgueño y algunos peones, que esperamos lleguen
en término de ocho dias; pues D. Jayme, caminando con las pocas reses
que trajo de Corrientes, solo tardó cinco dias.
El 16 salió S. S. con toda la oficialidad por el real campamento de las
Perlas á dar principio á la labor de la iglesia y demas oficinas,
dejando concluida esta de Santiago de Lacangayé; y porque restaba poner
las puertas y ventanas, dejó todos los oficiales carpinteros y algunos
partidarios que les ayudasen, á cargo del ayudante Sardina, con órden de
que en concluyendo pasasen todos á la reduccion segunda. Tambien quedó
el Protector de indios para cuidar de las raciones y abastos de los de
su cargo, y el Sr. Arcediano, siguiendo su espiritual tarea con sus
catecúmenos.
Y en virtud del superior órden de S. E., se les dió á entender á los
indios de este pueblo que el Patron Tutelar de él era el Glorioso
Apostol Santiago, siéndole igualmente del pueblo de Mocobíes; y que el
tutelar de èste era San Bernardo, y que con este nombre titularon desde
hoy su reduccion, llamándola el Pueblo de _San Bernardo el Vertiz_, en
memoria de su especial protector y patrono, el Exmo. Sr. Virey de
Buenos Aires: reservando practicar igual diligencia con el de Mocobíes,
cuya patrona titular se ha pensado sea Nuestra Señora de Dolores y
Santiago.
El 27 han llegado dos principales de la nacion Toba: á saber, Amataquí y
Coglogotí, con 17 gradules [Nota del transcriptor: grandules], 19
muchachos, 26 mugeres adultas, 6 mozas y 14 párvulos, que vestidos y
gratificados quedan incorporados á este pueblo.
El 29 llegó el cacique Coyagayquí, su muger y tres hijos párvulos de
esta nacion Toba, que se vistieron y quedaron acopiados, con otro
grandul y tres párvulos mas, que han llegado el 30.
DICIEMBRE
El 1.º de Diciembre llegó el indio Cotegory de nacion Mocobí, á quien se
vistió, y tres indios Tobas que han quedado en este pueblo: y como á las
5 de la tarde, el Reverendo Padre Fray Francisco del Orden Seráfico,
quien ha venido por agua en un barco con solos cuatro hombres: dicen
haberse vuelto del camino el Coronel D. Adrian Cornejo. Dicho religioso
intenta pasar, siguiendo su fluvial derrota, hasta la de Buenos Aires; y
nuestro Comandante General ha procurado disuadirle no pase de este
lugar, empleándose en esta copiosa mies con mas glorioso fruto, y en
servicio de ambas Magestades. Insinúa dicho Padre ha dado cuenta á S. E.
y á su respectivo superior claustral, quienes es regular le estén
esperando cuidadosos: pero S. S. prometió informar la causa de su
detencion.
Asegura dicho P. que todas las naciones de su tránsito le han recibido
con mucha paz y cariño, y en especial los Mataguayos y Chunupíes, de
quienes hace particular recuerdo; y queda visto no haber tropiezo para
traficar este rio con el copioso comercio de los efectos que produce el
Paraguay, como lo tenia pensado y propuesto el Coronel D. Adrian
Cornejo; cuyo viage pensamos se habia postergado hasta mas oportuno
tiempo. Sobre que mandó S. S. se tomára sumaria informacion, como se
hizo.
El 16 se puso la umbralada de la puerta principal de la capilla, en cuyo
frontis está esculpida la inscripcion siguiente--_JHS. Domus Dei est
porta coeli. Año de 1780. San Bernardo el Vertiz--Se erigió este
templo por el Señor Coronel, Comandante General, D. Francisco Gavino
Arias. Escrito por su secretario Matorras._ Y llegaron Asitkoquí y su
hermano Nayaladí con sus familias, que se componen del indio Filigoydí,
4 mugeres, 2 muchachitos y 4 chinitas, y á todos se les vistió.
El 17 compareció el pariente de Quetaydí, nombrado Paynicorí, con los
indios Paloleiquí, Socoyaní y Elegorí, á quienes igualmente se les
repartió sombrero, manta, y cuchillo al primero, y á los demas manta y
cuchillo.
ENERO.
El 11 como á las tres de la tarde, trabajando el negro herrero, José
Manuel, en su fragua, saltó de ella una chipa al ramadon que servia de
vivienda á S. S., de almacen al Proveedor, de cuartel á la tropa y de
hospicio á todo el resto de la gente: con tal prontitud se ardió el
techo que era de paja, que aunque ocurrimos todos acelerados al reparo,
no pudimos atajar el incendio, que consumió seis piezas de ropa, toda la
seda que habia en madejas, algunos sacos de harina, maiz, arroz, y
algunas armas de la tropa partidaria, entre pistolas, trabucos, fusiles
y espadas, con otros muebles del General y demas habitantes en dicha
pieza; pudièndose salvar lo demas importante con el auxilio de los
indios, que puntuales prestaron socorro. Sensible fuè al General este
suceso reiterado.
Pero mas sensible le fuè que de aquí pasase el incendio á la iglesia que
acababa de concluir, cuyo empajado ardió del todo; y á no tener torta de
barro el encañado, hubiera ardido este sin remedio, con el enmaderado:
lo que no sucedió, siendo menos el perjuicio por esta causa. Pero sí
pesaroso nuestro Comandante de lo acaecido, recayó el 12 de su habitual
dolencia, y estuvo á riesgo de espirar segun le arreciaron sus fatigas.
Y este dia pidió el Proveedor se tomase informacion del suceso, con
expresion de los bienes y efectos consumidos.
El 18 pasóse á la eleccion de alcaldes y alguacil, y de comun acuerdo
eligieron de primer alcalde al cacique Nalegotí, y de segundo al cacique
Cuniquirí; habiendo elegido por alguacil al capitan Daasagoy, llamado
Javier: cuyas elecciones confirmó S. S., y por su enfermedad se hicieron
con ausencia mia, del R. P. cura interino y capellan, Fray Antonio Lapa,
del Protector de naturales, y Secretario de la expedicion.
Y luego eligió S. S. (usando de las facultades de conquistador) por
Gobernador del pueblo al cacique Quetaydí, y por Fiscal al capitan
Digití: y previniendo á cada cual su obligacion, quedaron contentos,
avisados y acordes, así en esto como en el nombramiento de Gobernador y
Fiscal, hecho por S. S.; quien les advirtió que el Gobernador duraba por
cinco años continuos, á menos que, por causa grave, el cura, ó los
Señores Vireyes ó Gobernador lo quisiesen remover, y poner otro en su
lugar; y que el fiscal, alcaldes y alguacil habian de elegirse año por
año por el cura, cacique, gobernador, alcalde y alguacil electos;
mandando S. S. que todo se sentára en un libro, para que contase en lo
futuro. Y ese dia se levantó rollo en la plaza.
El 20 de Enero pensó S. S. se hiciera la colocacion de esta capilla
porque con este motivo se celebrase el cumple-años de nuestro invicto
Monarca, y se sacase su real pendon: pero ya que no se pudo lograr el
intento por no haberse concluido en el todo con la capilla, se bendijo
por la tarde el templo, y se cantaron vísperas, sacó el estandarte el
Gobernador electo Quetaydí, en cuya habitacion se dispuso la cámara
competente en donde se colocó, y los indios principales en alternativa
le custodiaban con lanzas en la mano.
Este dia nos dimos á la vela en una corta canoa, tirando por el
Bermejo abajo los siguientes: el Sr. Comandante General con los
RR. PP. Capellanes, el Auditor, Mayor de Ordenes, Medico, y dos remeros,
con un que gobernaba la tropa. Tomó S. S. esta resolucion así por ser
mas breve esta via, como por la mayor comodidad del camino, y por
visitar de paso las rancherias dispersas de ambas costas, para tomar de
ellas un cabal conocimiento.
Así caminamos todo el 26 y 27, y encontramos á las márgenes numerosas
rancherias, como saliesen los párvulos admirados al ver la canoa,
mandaba S. S. se les repartiera pan y bizcocho, con lo que quedaban muy
complacidos. A nuestro regreso han recibido los Mocobíes á S. S. con
muchos aparatos de regocijo.
El 28 mandó S. S. congregar á todos los Mocobíes para que eligieran
cacique y alcaldes, precedidas las mismas circunstancias que en el
pueblo primero; y congregados eligieron vitalicio al famoso Lachiriquin.
De Alcalde primero á Santiago Queyaberí, y de segundo á Esaé: nombrando
S. S. de teniente de cacique á Francisco Nachinquin, á quien eligió para
que sacára el estandarte el 29, que se ha dispuesto se haga la
colocacion de la capilla, y de Fiscal á Juan Castiquí.
Y porque, (como dije) aun nos resta el viage de Corrientes, se formará
nuevo procesillo que ha de subseguirse á este: y para que se dieran fin
á las presentes operaciones, propuso S. S. que todos juntos, y cada uno
en particular, expusiese por conclusion de todo, si acaso contemplaban
habia cumplido S. S. en todas sus partes el ligamen de su comision; ó si
sabian habia quedado alguna cosa que hacer, que no se hubiese hecho á
beneficio de esta doctrina? Dijo, y retirándose para que con mas
libertad expusiese cada uno, estando presente el Sr. Arcediano y toda la
oficialidad, dijeron:
"Que S. S. habia trabajado sin dispensar fatiga, mirando la labor de las
capillas y pueblos con tanto desvelo y teson y eficacia, que de ello le
habia resultado hallarse muchas veces accidentado casi en los brazos de
la muerte. Que las capillas y demas oficinas construidas, estaban hechas
á todo costo, en lo doble de las paredes, lo arreglado de los edificios,
y lo labrado de las maderas, y que á justa tasacion, avaluada cada
capilla y sus respectivos cuartos, no descaecia del valor de seis mil
pesos: y que era constante cuanto habia gastado S. S. de su propio
peculio, á fin de perfeccionar la labor comenzada. Por lo que contemplan
á S. S. enteramente libre de reato ó ligamen resultante contra su
persona y bienes; y que es cuanto tienen que exponer." Firmando SS. SS.
y demas oficiales, por ante el Secretario de la presente expedicion, en
este pueblo de Nuestra Señora de Dolores y Santiago de Mocobíes, paises
del Gran Chaco de Gualamba, en 31 de Enero de 1781 años.
_Francisco Gavino Arias._--_Dr. Lorenzo Suarez de Cantillana._--_Dr.
José Antonio Arias Hidalgo._--_Fr. Antonio Lapa._--_Jayme Nadal y
Guarda._--_Juan Crisostomo Sardina._--_Juan Antonio Caro._--_Diego Angel
Leiba._--_Miguel Losada._--_Juan José Acevedo._--_Gerónimo Tomas de
Matorras_, Secretario.
_Sigue la segunda parte del Diario._
FEBRERO.
El 1.º de Febrero se colocó en la plaza el rollo, y se les dió á
entender por el intérprete lo que significaba, y el fin para que se
ponia. Leyéronseles una á una las constituciones formadas en el pueblo
de Tobas por S. S., y en presencia del Sr. Arcediano, del Protector y
demas oficiales, dijeron se conformaban con todas ellas, y que prometian
su puntual observancia. Este dia llegaron de Salta dos soldados que se
habian venido solos y de paseo.
El 2 caminó la tropa partidaria de regreso á su presidio, llevando los
presidarios que se trajeron; y con estos regresaron los peones y gente
conchabada, quedando S. S. con el Sr. Arcediano, su Auditor, Mayor de
Ordenes, Proveedor, Secretario, Médico, y un piquete de 7 partidarios y
sus esclavos: con los que regresaron, y se retiró tambien el Protector
D. Juan Antonio Caro, á quien reconoció el mèdico de la expedicion estar
imposibilitado de poder viajar, por haberle postrado sus achaques.
Y porque el Proveedor D. Diego Angel de Leiba es sugeto de luces, y se
halla bastantemente impuesto en asuntos de reducciones, quien igualmente
que el otro asistió á la pasada expedicion, le nombraron SS. SS. por
Protector de indios para todos los actos ocurrentes, y en especial para
la resolucion de fundos de estas reducciones, respecto de haber
concluido las operaciones de su proveeduria.
Desde el 5 hasta el 7 se ocupó la gente que habia quedado, y los dos
prácticos Guzman y Nuñez, en formar un barco sobre dos camas que se
habian labrado, entoldándole y calafateándole, para que S. S. y los
suyos caminasen por el Rio Bermejo. Este dia llegó de Salta Silvestre
Corro, conduciendo pliegos y algunos muebles que se le encargaron.
El 9 congregó S. S. á los Mocobíes, y les exortó á la perseverancia en
su propósito; á que se portáran con juicio y amáran á sus curas
doctrineros, y que los caciques principales que quisieren venir con
S. S. á la de Corrientes, ó por tierra ó por agua, para que ayudasen á
conducir sus abastos, se les permitiria acompañarle.
Tomóse esta resolucion, así por civilizarlos, como porque tomasen
conocimiento de aquella ciudad y gentes, para que en lo futuro
ocurriesen con satisfaccion en solicitud de sus urgencias. El Señor
Arcediano resolvió caminar por tierra con los caciques que no cabian en
la embarcacion: por lo que S. S. dispuso acompañar al Señor Arcediano,
los soldados que quedaron y sus esclavos conduciendo algunas cargas.
Este dia, como á las cuatro de la tarde, despues de bendecirse el barco,
nos dimos á la vela los sugetos siguientes--El Señor Comandante General,
el P. Capellan, Fray Francisco Morillo, el Auditor, el Mayor de Ordenes,
el Secretario, el Protector, el Médico, el tambor, un práctico, otros
dos de agua, dos remeros, una negra cocinera, el sastre, dos indios
Mocobíes, el uno ladino que hacia de intérprete. Este dia solo caminamos
media legua, con sonda de dos y media varas, y por estar recargada la
embarcacion se le quitaron tres cargas de mula.
El 10, como á las nueve del dia, caminamos siguiendo el rumbo al
naciente, con algunas vueltas al S y al E. Todas las márgenes de nuestro
rio se componian de dilatadas campañas, sin montañas que estorbasen la
vista, pobladas de verdes pastos y cejas de montes, y las vegas del rio
admirablemente formadas y adornadas de sotos y sauces la sonda siempre
de dos y media varas. Este dia caminamos 10 leguas, parando bien
temprano sobre la barranca, al piè de una frondosa arboleda á la banda
del S.
El 11 celebróse temprano el santo sacrificio, y al romper el dia
caminamos, tomando por patrona para el viage á _Nuestra Señora del
Rosario_. Este dia caminamos 22 leguas por iguales campiñas, y la sonda
de tres varas, dando el rio continuas vueltas al S N y E: paramos sobre
una eminente barranca á la banda del N, donde hallamos vestigios de una
antigua rancheria.
El 12, bien temprano salimos de este real, que intitulamos del _Gato_
porque en èl se nos quedó por olvido un montesino que traia S. S. para
remitirle á S. E., por ser animalejo de estraña piel, figura y
propiedades; y aunque por todos medios se procuró su hallazgo, no se
pudo conseguir. Por iguales campos caminamos este dia; pero como
estrechase mas el rio, la sonda era de cuatro varas y en partes de
cinco. Venimos á sestear en distancia de 10 leguas, cerca de unas
rancherias de indios Tobas que están á la banda del N, cuyo caporal es
Tegnocorí, de los empadronados, que con los suyos habia venido á la
cosecha de la algarroba.
Luego que nos sintieron, vinieron al barco, donde mandó S. S. se
repartiera bizcocho y tabaco; y porque nos faltó la carne nos vendieron
estos una oveja. Saliendo de esta sesteada, venimos á dormir en el Paso
de los Guaycurúes: y todo este dia por una y otra banda nos salian
indios Tobas y Mocobíes á las barrancas, admirados con las canoas, y
queriendo les dieramos conversacion, nos gritaban que parasemos. El
General, cierto de la legalidad de estos, no siendo posible parar el
barco por lo eminente de las barrancas, mandaba al de la proa tirase el
cable á los indios para que ellos le sugetasen: y con efecto, agarrados
de él, con mucho júbilo y algazára le sugetaban. Repartíaseles bizcocho,
tabaco, abaloríos y yerba: dábaseles razon de nuestro viage, y ellos muy
contentos de ver al _Apo_, que así llaman en su idioma al superior, nos
soltaban la cuerda, despidiéndose muy agradecidos.
En este dia el rio dió muchas vueltas al N: anduvimos 21 leguas hasta el
paso referido, que le llaman de los _Guaycurúes_, por ser tránsito
preciso de esta nacion, cuando pasa á invadir al Abipoa; y allí
encontramos algunos aparejos, de los que habian dejado, y se dividian
diversas sendas trilladas. La sonda de este dia de nueve cuartas, y de
diez por lo comun.
El 13 salimos de este paso al romper el dia: caminamos por el rumbo del
E y S, con doce cuartas de sonda. En varias partes el rio forma crecidos
remolinos, y una herradura ó tajamar, tan grandioso y quieto que parece
una mar muerta. Al cabo de las 25 leguas venimos á parar en una eminente
barranca muy abundante de mosquitos, (como toda esta vereda): en partes
no alcanzaban sonda los remansos de este dia.
El 14, junto con el dia caminamos; y á la legua de haber salido se
encontró á la banda del N un madrejon que se ceba del rio, y presumiendo
seria el _Arroyo de las Conchas_, pasamos algunos sugetos á reconocerle,
y hallamos que dimanaba del rio. Y en distancia de 16 leguas, dando el
rio una vuelta hácia el E, se divide en dos brazos, uno que gira directo
al naciente, en cuya puerta está acopiada gran multitud de trozos, y no
lleva tanto caudal como el brazo que gira al E, cuyo giro seguimos y al
cabo de 4 leguas, venimos á parar á la banda del N, sobre una eminente
barranca. Este dia tuvo la sonda por lo comun tres varas, y en partes
seis. Las márgenes del rio por una y otra banda se veian graciosamente
pobladas de árboles de tajibo, laurel, canela, que llaman _brava_,
quebracho, pacará, urundey, chalchal, mollelentisco, chirimoya, murtas
de arrayán, sotos, sauces y cañas tacuaras, con otros que no pudimos
conocer. Este dia caminamos 21 leguas.
El 15, con la luz del dia caminamos al rumbo del naciente, y reconocimos
que nuestro rio se iba enangostando; y apresurando su movimiento y
formando continuos laberintos, sin que alcanzára la sonda. Al cabo de
tres leguas, sin poderlo remediar, nos hallamos en un estrecho
conflicto. Dividíose el rio en dos canales, la una al naciente, y por
allí el rio parecia precipitarse en algun despeño: el mayor trozo del
agua giraba al S; y apenas se pudo sugetar el barco para que tomára esta
vereda, por donde habia la agua mas pausada: pero dimos en un undoso y
fuerte remolino, que nos estuvo dando vueltas por espacio de media hora,
forcejeando a tirarnos al precipicio. Los remeros y prácticos trabajaban
sin turbacion contra el agua, aunque sin mas fruto que no dejarse
llevar; hasta que S. S. invocó el patrocinio de Nuestra Señora de Itaty
con una promesa, y al instante nos dió el agua paso franco.
Y antes de narrar los demas sucesos de este día, haremos una útil y
conveniente digresion. Para evadir este remanso hay dos remedios: el
primero, echar por tierra aquella isleta, que es tan corta que no tiene
media cuadra, y es de tierra gredosa, y luego se juntan estos brazos. El
segundo es, tomando aquel brazo, que dejamos referido se separa hácia el
naciente, y que en distancia de 20 leguas vuelve á nuestro rio. Lo que
dió mérito á poner esta advertencia; aunque pudiera por tiempos escasear
el agua: por lo que contemplamos mas seguro el primer arbitrio, por ser
copiosa esta canal.
Mas abajo de esta separacion, como á la media legua, vuelve el rio á
dividirse, formando otra isleta como de media legua, y luego se
incorpora un brazo con otro. Como á las cinco leguas hace nueva
division, y en este dia salen 4 brazos de nuestro rio al rumbo del S,
pero nosotros seguimos siempre la canal mas copiosa que giraba al
naciente y S: y aunque con tanto desague pensamos nos faltára el agua,
siguió la canal bien copiosa con sonda de 12 cuartas, y al cabo de las
16 horas vinimos á parar á la banda del S: habiendo experimentado tener
las márgenes del rio los mismos árboles que se han notado, muchas frutas
silvestres, cañas de baston, micos y monos, con mucha copia de volatiles
y caza de loros, patos, papagayos, anseres, charatas y pavas, con otras
aves de las canoras, y de plumas extrañas y vistosas. Este dia nos
asomaron dos feroces tigres á la barranca, el uno con ademanes de
furioso, y aunque se le tiró con una escopeta, no hizo movimiento.
El 16 con la aurora comenzamos á marchar, y á poco trecho salimos de los
bosques á unos campos dilatados, y eminentes palmares de una y otra
banda, y conforme fué aclarando el dia fuimos observando que todos los
brazos que se habian separado de nuestro rio iban tornando á él como á
su centro: y extrañando que solo el brazo primero no habia vuelto, (que
es el mismo que dió mérito á la digresion) habiendo caminado como 10
leguas, bien cerca del mediodia le vimos incorporarse con crecida copia
de raudales, por la banda del N, y en las márgenes encontramos 5 tigres
juntos que habian salido á la barranca, y á poco divisamos otro por la
banda del S, y al cabo de las 12 leguas venimos á dar al mediodia en la
junta de nuestro Bermejo con el famoso Rio Paraguay; aquel caminando de
N á S, y el nuestro de poniente á oriente; aquel cristalino, y este
turbio y sanguineo; aquel un rey coronado en su grandeza, y este un
mínimo vasallo pechero y tributario suyo: pero habiendo tirado la sonda
le hallamos con 9 varas de agua.
Aquí paramos á sestear, y luego como á las 3 de la tarde le pasamos,
buscando la banda contraria por sí tomaba cuerpo el aquilon que estaba
soplando con pausa: y habiendo caminado como 3 leguas paramos á pasar la
noche en la banda del naciente.
El 17, como á la una de la mañana, reconociendo el agua muy tranquila,
caminamos por la costa del naciente, y al cabo de cuatro leguas
devisamos la fortaleza del Curupayety. Al llegar á ella hicieron la
salva nuestros cañones, saludando la plaza, y correspondiendo, salió el
capitan de la fortaleza con algunos soldados, y haciendo á nuestro
General los honores correspondientes, le introdujeron en la plaza.
Aquí paramos el 18 y 19, esperando al Sr. Arcediano, y los nuestros que
vienen por tierra, sin tener la menor noticia de ellos.
El 20 caminamos, y á la media legua nos detuvo una fuerte marejada que
nos embargó hasta las 5 de la tarde, y pasando adelante, completamos 3
leguas de navegacion.
El 21, aunque con trabajo, caminamos por las costas, y venimos á parar
una legua mas abajo del Paraná-Miní.
El 22 atravesamos el Paraná, y tomando la banda del naciente, llegamos á
Corrientes como á las cinco de la tarde, y á vista de la ciudad se
enarboló la bandera y gallardetes: saludóse la plaza con los cañones y
tambor, y á las orillas nos recibió el Sr. Vicario con su clero, el
Mayor de la plaza con algunos vecinos que lo acompañaban. Pasamos á la
iglesia matriz á rendir las gracias al autor de nuestras felicidades, y
se cantó el _Te Deum_, con lo que nos retiramos á la casa de nuestra
habitacion: dando fin á nuestro itinerario que hemos firmado los
concurrentes.
_Francisco Gavino Arias._--_Dr. José Antonio Arias Hidalgo._--_Jayme
Nadal y Guarda._--_Antonio Gutierrez del Castillo._--_Diego Angel
Leiba._--Ante mí, _Gerónimo Tomas de Matorras_, Secretario.
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del ano 1780, mandada practicar por orden del Virey de Buenos Aires, by Francisco Gavino Arias
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